Los repatriados se enfrentan además a una dura realidad: el país no cuenta con la infraestructura suficiente para brindarles empleos dignos.
Para muchos, el sueño americano termina con un duro despertar que no siempre tiene un final feliz.
Cada año, cientos de inmigrantes son repatriados a México, en donde no sólo tienen que empezar de cero, sino que tienen que hacerlo con circunstancias de profunda desigualdad y escasez de oportunidades.
Según destaca el informe Desigualdades en México 2018, los mexicanos deportados deben enfrentar la falta de empleos, o la existencia de trabajos mal pagados, sin prestaciones y algunos de ellos sólo en el mercado informal.
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Se trata de una problemática profunda, porque la mayoría de los inmigrantes repatriados son adultos jóvenes o mujeres menores de edad, quienes ya no sólo se concentran en estados que antes eran puntos de migración tradicional.
Ahora, se asientan también en regiones con mayores rezagos sociales de estados como Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Estados de México y Baja California. El resultado de esto es que pierdan todavía más las ventajas competitivas que en otros años les permitían incorporarse al mercado laboral con mejores salarios.
Por ejemplo, por el dominio del inglés o de técnicas en ramas de diversas industrias, los migrantes que eran repatriados usualmente contaban con la posibilidad de conseguir un trabajo al regresar a México, muchas veces mejor pagado que el de la población no migrante. Ahora, sin
“Se ha observado un deterioro en los salarios de retornados hombres y mujeres de 2000 a 2010 que también se extiende a 2015. La brecha de ingresos salariales entre ambas poblaciones desaparece por una convergencia, a la baja, hacia los salarios de la población no migrante. De hecho, los ingresos salariales promedio mensuales de migrantes de retorno varones son ligeramente menores a los no migrantes en 2015, mientras que en 2000 los retornados tenían una ventaja considerable con respecto a los que no migraban”, indica el informe.
Los datos
Los repatriados se enfrentan además a una dura realidad: el país no cuenta con la infraestructura suficiente para brindarles empleos dignos.
En febrero de este año, por ejemplo, sólo el 56.2% de los hidalguenses deportados de EU tuvo un empleo a través del programa Repatriados Trabajando, de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS).
Las estadísticas de la dependencia federal destacan que en febrero mil 850 connacionales fueron repatriados de EU; mil 40 fueron colocados en programas de apoyo al empleo, pero esto no quiere decir que de esa cifra todos hayan conseguido un trabajo.