A él no le gustas tanto

La muestra Prenez soin de vous (“Cuídese”, casi literalmente), de la artista Sophie Calle “la tenemos en México estos días, en el museo Rufino Tamayo, porque a nosotros nos gusta ver las cosas a toro pasado, para tener mejor perspectiva”.

Ciudad de México.- En el año de 2009 salió en el cine una película tan descartable, como la mayoría de las que salen en el cine todos los meses. Una película descartable y frívola, pero muy taquillera (no es gratuito que, en el cine, películas frívolas sean a menudo taquilleras), que se llamó He’s Just Not That Into You (traducida al castellano como “A él no le gustas tanto”, aunque si somos mal pensados, la frase inglesa puede tener un significado adicional). ¿Catalogación? Yo creo que chick flick. Y como todas las chick flicks, muy divertida, aunque inevitablemente cursi y empalagosa. Se trata de un pretendido acercamiento sociológico de banqueta, a una problemática cotidiana: la dificultad con la que el ser humano se topa a la hora de querer interpretar el comportamiento del significant other, en una relación sentimental. Una ocupación, huelga decirlo, que siempre termina siendo desencadenante de fuertes dolores de cabeza.

La película termina dando un vuelco romántico perfectamente previsible y satisfactorio, para que el espectador pueda salir del cine con la panza llena de palomitas y coca cola, el alma ahíta de tranquilidad y la cara atiborrada de una sonrisa tonta de eutimia temporal. Pero eso no es lo importante. Lo relevante es la respuesta que el propio título da a ejercicios barrocos, de interpretación, cuando las cosas son tan evidentes: una respuesta dura, contundente, dolorosa, pero a fin de cuentas, veraz e inamovible.

En el 2007 Francia llevó a su pabellón de la Bienal de Venecia la muestra Prenez soin de vous (“Cuídese”, casi literalmente), de la artista Sophie Calle (la reproducción de la muestra la tenemos en México estos días en el museo Rufino Tamayo, porque a nosotros nos gusta ver las cosas a toro pasado, para tener mejor perspectiva). La idea surgió luego de que la artista recibiera del novio una carta de rompimiento. La carta la terminaba con la frase “Prenez soin de vous” (es imperativo y categórico, es paternalista, es condescendiente y es grosero, tan grosero como son las palmaditas en el lomo, en una relación de supra-subordinación: “se me cuida”, “cuídeseme”, “ándele, échele ganas y cuídese”; y es muchas otras cosas, quizá: es “adiós”, es “hasta nunca”, es “no te voy a volver a ver”, es “Dios te bendiga”, y es “me importa pedirte que te cuides para sentir un poco menos de culpa por mandarte al carajo”).

Sophie Calle. Prenez soin de vous
Sophie Calle. Prenez soin de vous

Para seguir a rajatabla el consejo epistolar, la Calle decidió, efectivamente, “cuidarse”. Para soportar el dolor de la pérdida, la artista procedió a exorcizar el episodio, de una manera sin duda sui generis. Le dio copia de la carta a 107 mujeres (en realidad a 105, más una marioneta y un perico) de distintas disciplinas profesionales para que la “interpretaran”, la “respondieran”, la “analizaran”. Los resultados fueron, como era de esperarse, variopintos.

Una criminóloga, una psicóloga, una psiquiatra, una traductora, una novelista, una pintora, una especialista en literatura francesa contemporánea, una cantante, una reportera, una compositora de música, una abogada, una socióloga, una sexóloga, la madre, el perico -hembra-, la marioneta, etc., etc., etc., y así hasta 107. En la muestra se exhiben las reproducciones de algunas interpretaciones, lecturas, respuestas.

****

La carta:

carta

El ejercicio era interesante. ¿Qué quería la artista? Quizá no lo sabía. Tal vez sólo curiosear con problemas sociológicos. Tal vez distraerse. Posiblemente, víctima de un mal humano llamado esperanza -ilusión, onanismo mental-, creer en la posibilidad de haber dado una lectura errónea a la misiva, y abrirse a escuchar una interpretación más conveniente. “Esa carta parecía no estar destinada para mí”, dijo en algún momento. Esa necesidad nuestra de explicarnos los acontecimientos, de modo que nos resulten más asimilables. ¿Qué tanto hay que darle vueltas a todo?

Sophie Calle. Prenez soin de vous. Una de las 107 interpretaciones de la carta de rompimiento
Sophie Calle. Prenez soin de vous. Una de las 107 interpretaciones de la carta de rompimiento

A posteriori, el trabajo de la Calle obtuvo, a su vez, lecturas varias. Una de ellas, fantástica, decretó que el trabajo había pretendido criticar, desde una perspectiva feminista, el rol de la mujer contemporánea en una sociedad post-moderna. Seguramente sí. Uno nunca sabe bien del todo, en el arte, para qué fines trabaja.

Sophie Calle había entendido perfectamente el mensaje subrepticio, encriptado en el cuerpo de la carta esa, esmerada, de un profesional de la pluma (creo que efectivamente el hombre lo era). Pero no quería aceptarlo. “¿Por qué me corta?” se habría preguntado un montón de veces. Más de ciento siete veces. ¿Por qué? Pues es muy evidente el por qué, pero los hombres rara vez nos atrevemos a decir las cosas tal cual. Preferimos echar mano, como diría el Genio de Úbeda, de “esa forma tan cobarde de no decirnos que no”. No nos gusta arrancar la curita de un tirón, mochar el dedo chico de un tajo, doler un segundo para aliviar a continuación. En los barroquismos de una carta, de una cuartilla, en la que se explican con las mayores ambigüedades posibles, las pseudo razones de una despedida; sólo hay una frase que se lee con fuerza y sonoridad, pero entre líneas. Y es difícil aceptarla. Es doloroso ver lo que uno no quiere ver. Uno lo ve, pero no lo acepta. La mente nos lo grita, pero acallamos sus manifestaciones, con interpretaciones rocambolescas que nos ayuden a sentirnos menos mal, a paliar el dolor de la ofensa, a minimizar la indignación del rechazo. Pero la verdad es una. 107 lecturas o 226, pero también cinco o dos, incluso, hubieran sido demasiadas. La lectura correcta es una sola. El mensaje del hombre cobarde, que no dice las cosas con claridad, termina, en fin, siendo muy concreto: Nomás no le gustabas tanto.

Sophie Calle. Prenez soin de vous. Vista de la instalación en la Bienal de Venecia de 2007
Sophie Calle. Prenez soin de vous. Vista de la instalación en la Bienal de Venecia de 2007
0 0 voto
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x
()
x