El pacto mundial ONU… lucha contra la corrupción, Reloaded!

Recientemente, y si usted es nuestro lector –o viajero- frecuente, seguramente quedó sorprendido –como un servidor personal o sistema embebido, ambos conceptos importados del argot informático- por la noticia con la que amanecimos el lunes próximo pasado, intitulada –al menos por el diario Reforma- Extorsiona Delegado, y por la relación que guarda, dicha noticia, con las consideraciones realizadas en la columna Symploké de la semana pasada, en relación con el Pacto Mundial ONU y la Luchitatropicalizando, lo más posible al léxico mexica– contra la Corrupción y la propuesta de su sustitución, en el ámbito y acciones de la gestión de lo urbano, por la materialización de entes u organismos, fundados en la búsqueda del bien común y en la descentralización y ciudadanización administrativa de sus actividades.

Queda la sensación de haber abierto la puerta y dejado escapar los espíritus demoniacos justos –demoniacos para los señalados y justos para los que los presenciamos-, que dejamos suelto a lucifer –al lucifer original: al portador de luz, no a la segunda versión que, como reza el dicho “nunca los refritos son mejores” y como resultó la segunda interpretación que se hizo de lucifer en el siglo VIII, del libro de Isaías, “el ángel caído”-, iluminando y desvelando lo que es un secreto a voces, lo que ha sido imaginable –o conocido para algunos- o predecible, como si las palabras pronunciadas, las ideas esbozadas, hubieran dado forma o puesto en escena -todavía no sabemos como terminará y, probablemente, nunca sabremos la verdad- o, mejor dicho, desvelado públicamente un caso concreto y específico, relacionado con la gestión del territorio de la ciudad: la corrupción coparticipe, la corrupción entrelazada y tutelada de los actores participantes: gobierno, sociedad y privados.

El desvelamiento público o la obscenidad de lo mostrado -la puesta en la escena pública realizada por los medios de comunicación- de las supuestas –y decimos supuestas, por la relatividad argumentativa mostrada y la manipulación tecnológica supuestamente realizada y publicada- actividades de extorsión y corrupción –curiosamente, aceptada socialmente como un hecho conocido y reconocido y, de ahí, la falta de indignación y desconcierto social, al menos con la fuerza que se esperaría- puestas a escrutinio –como hechos de la realidad real, para diferenciarla de la realidad ficción, aquella que sucede en la realidad pero no derivado de un hecho de la voluntad primaria o primitiva del ser, sino como una representación o escenificación, una realidad fabricada a priori– y que se enmarcan en el conjunto de entrelazamientos e interacciones –en la Symploké urbana- que suponen los procesos de autorización de edificación y/o apertura de negocios -y que, actualmente, forman parte de las actividades que se realizan, cotidianamente, por los particulares en las instituciones del gobierno de la ciudad y en las delegaciones-, y que, en una estructura administrativa dirigida a la búsqueda e implantación del bien común, forman parte sustantiva de los procesos de desarrollo urbano y de engrandecimiento de la riqueza social y urbana de la ciudad; han puesto al descubierto, además de la gravedad del caso específico –si este se convirtiera en el caso-, los principios que rigen y han regido –los componentes ideológicos y doctrinarios– dichas interacciones socio-económicas-culturales y que, en contra de toda lógica de la construcción de un estado democrático, moderno y equitativo, se han erigido como los valores sociales, comerciales y culturales –la marca irreflexiva de la imposibilidad del cambio: aquí nos tocó vivir!– implantados en los objetos y sujetos coparticipes, desvirtuando, adulterando y corrompiendo las máximas aspiraciones sociales.

–800 mil extras y allí queda –exige el Delegado.

 

“Gazi Nacif tiene 30 años construyendo (…) y es la primera vez que se topa con un problema de éstos así tan abierto”, señaló Reus en entrevista.

REFORMA/ Redacción

Ciudad de México (25 febrero 2013)

El suceso, a pesar de lo despreciable y reprobable –que, una vez más, desvela la cruda realidad y el imperecedero modo de actuar y de ser: “…es la primera vez que se topa con un problema de éstos así tan abierto..”; o sea que, los anteriores sucesos, podríamos inferir, se llevaron al cabo a señas y sin la presencia de lucifer, el portador de luz, en lo oscuro y opaco-, y de su alta negatividad, debe ser transformado –como los movimientos de un hábil maestro educado en las artes marciales- en una fuerza positiva, en una carga esperanzadora; ya que, supone –o debería suponer- y obliga, política y socialmente, a modificar -la mutación del animal urbano, vía el desvelamiento, ya realizado, de la realidad real y su observación acuciosa en el laboratorio urbano-, por la evidencia de su descomposición –muerte y putrefacción del cuerpo urbano administrativo-, una estructura administrativa-social CO-ROMPIDA –que se ha roto en comunidad y por la sociedad en su conjunto-, que es contraria al interés general, al interés de todas y todos -para estar ad hoc al argot político neosecular– y del bien común, principios que cimientan el orden y la finalidad de toda comunidad social sana y madura. Desafortunadamente, la semana estuvo llena de sucesos políticos y mediáticos importantes y el rating pesa mucho en los procesos sinápticos, discursivos y de activación sociales y culturales y, ante otra evidencia de corrupción de mayor relevancia televisiva, radiofónica e impresa –al menos, valorada desde la visión de los mass media!- y, por supuesto, contable –no es comparable 1 millón 800 mil contra los, aproximadamente, 2 mil millones del águila!, como también refirió el desvelamiento del ya clásico: se robaron la partida secreta! y del que, como siempre ha sucedido, sabemos que no pasó nada- que también fue desvelada, es prioritario no dejarnos absorber por la avalancha de imágenes y contenidos, abandonándonos a ellos, sino buscar respuestas, caminos a seguir, modelos nuevos que construir para renovar lo indeseable, para construir lo deseable y que nos dignifiquen y nos representen en adelante.

El desvelamiento público y altamente mediático de la intimidad de una mente desviada, enferma o irregular, debe apuntalar la necesidad de CO-ROMPER, por y en comunión social, la corrupción –generalizada y, desafortunadamente, aceptada por acción u omisión- en la que vivimos y que ha avanzado, inexorablemente, contra la aspiración ciudadana del bien común, el bien de todas y todos; y que, de prevalecer, negaría la posibilidad de la acción comunitaria, la puesta en marcha de soluciones para evitar su implantación y enquistamiento, acciones comunitarias dirigidas a evitar la incrustación de esos modelos de corrupción, de prebendas y extorsión, en el cuerpo urbano, social, político, y cultural de la ciudad –no vaya a ser que al rato, quienes hacen uso de esos modelos de corrupción y que demuestran un alto grado de inmadurez emocional o un estado de adolescencia eterna, anden aduciendo Derechos Adquiridos!, como los 70 y tantos certificados de Derechos Adquiridos expedidos, inocente o maliciosamente, al ‘amparo’ del amparo multiusos– y que, con contundencia se debe dirigir hacia el establecimiento y la construcción comunitaria, de los principios que deben regir los procesos de gestión territorial de la ciudad: la Fortaleza y Templanza sociales.

Ante una estructura social fundada en la inmadurez emocional y/o en un estado de eterna adolescencia –como ha quedado recientemente desvelado mediáticamente–, una estructura compuesta de facto de adultos-niños –o quizás, niños-adultos, deberíamos decir- requiere, para el logro del desarrollo de objetivos superiores y el encuentro con la felicidad a través de las cosas buenas y sencillas de la vida, ser encaminada, orientada, encauzada, educada –gobernada- más en el cuidado y sanación de su afección –de lo que la afecta y de aquello a lo que le tiene afecto- que en su amparo y protección.

“…la sociedad democrática ha de ser tratada, en curatela más que en tutela, en los momentos más graves, como si fuera un niño.”

Gustavo Bueno en Telebasura y Democracia

De la misma forma, en los órganos que la componen, en las instituciones o en los cuerpos urbanos –organismos compuestos de órganos sociales, políticos, económicos- que constituyen la symploké urbana de la ciudad de México, se requieren replanteamientos, reestructuraciones y remodelaciones –reformar los modelos operantes-. Ante la ineficiencia e ineficacia demostrada, por los organismos centralizados de administración, para dar respuestas eficaces y en el marco de la legalidad, a la demanda creciente de autorizaciones, permisos y licencias y manifestaciones urbanas y de construcción, como para resolver los problemas de corrupción que le aquejan, es fundamental incorporar nuevos esquemas de gestión descentralizados, que ayuden a incentivar la inversión productiva, adaptados armónicamente a las innovaciones que la situación actual demanda y, al mismo tiempo, fortaleciendo la centralización política de la administración local y la recuperación de la credibilidad en sus funciones.

Las Curadurías Urbanas –como las de Colombia, en Santiago de Cali, Medellín y Bogotá- son oficinas externas, descentralizadas a la administración local y central, que operan bajo responsabilidad de particulares y en las que los privados, desarrolladores, promotores y la sociedad en general, realizan los trámites y autorizaciones urbanas y de construcción y aquellas autorizaciones complementarias a estas. El Curador Urbano es un particular –especialista y conocedor de la legislación urbana y de construcción- encargado de estudiar, tramitar y expedir las autorizaciones y licencias urbanas y de construcción, que colabora en las atribuciones de la administración pública mediante el ejercicio de un poder legal de carácter administrativo, a través de concurso de méritos y sujeto a la aplicación de sanciones y responsabilidades, de conformidad a los ordenamientos locales aplicables y específicos de su responsabilidad. Son entidades u órganos administrativos   descentralizados, constituidos por un equipo operativo de muy alta especialización, que exige innovación, eficacia y modernización de los procesos de gestión urbana e inmobiliaria –basados en el hecho fundamental que el desarrollo humano y económico cada vez están más vinculados al desarrollo de la ciudad-, siempre actuando en el marco del interés general y el bien común.

La puesta en marcha de las curadurías urbanas –tantas como sea necesario para lograr eficiencia y competitividad en la gestión del territorio y salvaguardar el orden y sustentabilidad del desarrollo urbano- supone la construcción de un motor de innovación, a través de la sistematización y expedición de las autorizaciones urbanas y de construcción; el fortalecimiento del fomento económico equitativo y competitivo de la Ciudad; la concreción y consolidación de actuaciones dentro de un marco de transparencia y apego a la legalidad; incentivar y fomentar la actividad inmobiliaria y comercial y, por lo tanto, económica de la Ciudad; supone la implantación de un modelo de gestión urbano descentralizado, con la participación de un mayor número de especialistas y expertos –condición básica y necesaria de una competencia económica sana, en vez de un modelo, el  actual, de tutela de una atribución universal en una sola persona- con la finalidad de otorgar respuestas –autorizaciones- eficientes, eficaces y dentro de una legalidad compartida –la construcción de un motor basado en la consolidación del interés general ciudadano y de los curadores urbanos-, deseada por quienes coparticipan en la necesaria transformación urbana ordenada y sustentable de la ciudad; supone también el desarrollo y materialización de colaboraciones ciudadanas –la construcción de equipos de especialistas y expertos, salidos de las filas de la ciudadanía, con probada solvencia técnica y moral-; supone, en suma, una forma de incorporar viabilidad económica y financiera, pero sobretodo, normativa –y, por lo tanto, eficientar los recursos de la ciudad (humanos, financieros, económicos, materiales) vía la inversión productiva, en vez del despilfarro y perversión, de dichos recursos, en extorsiones y prebendas-. Las Curadurías Urbanas representan la posibilidad materializar un organismo en el que, parafraseando a Platón en voz de Aristóteles, los sujetos que las trabajan no aparenten ser justos siendo injustos –como ya se ha convertido en el común denominador de la sociedad en su conjunto- sino individuos que aparentan ser justos siendo justos!

“Toda vez que la empresa (…) no fue objeto de extorsión alguna por parte del Gobierno Delegacional en Coyoacán, no interpondré denuncia y/o querella penal alguna en contra del señor Mauricio Toledo Gutiérrez, Delegado en Coyoacán”

Abogado Rodolfo Reus

REFORMA, Ciudad de México  (27 febrero 2013)

El desistimiento del abogado lo único que muestra es complicidad, su documento de desistimiento consolida la complicidad de los actores –públicos, sociales y privados- por tutela, por la protección del interés particular y privado que subyace a los procesos de corrupción –seguramente les resulta más valioso ser cómplices de un hecho nefasto que buscar, con fortaleza y templanza, el interés general y el bien común-, el desistimiento pone en evidencia la protección y salvaguarda de los intereses particulares y privados sobre los intereses de la nación, del país. Curiosamente, pone en evidencia la complicidad generalizada que prevalece: pocas fueron las voces que salieron a denunciar y señalar el suceso y, en contraste, hubo grandes ausencias –los gremios, la academia, los exgobernantes (aquellos que primero salen a criticar ‘duramente’ los temas de los que son incompetentes en vez de combatir aquellos en los que tuvieron competencia y nunca modificaron, protegiéndolos y cubriéndolos con su silencio), los exservidores públicos convertidos en asambleístas, diputados y/o senadores, procuradores y exprocuradores, en fin, los que participan o han participado y conocen, en carne propia, sus beneficios- y no se les ha escuchado, y su inacción desvela su interés real: la protección de lo que para ellos es y ha sido la gallina de los huevos de oro –gallina que, de no ser por el desistimiento cómplice del Abogado, el Delegado (para el caso, cualquier Delegado o servidor público o empresario o gestor porque, para infortunio del Delegado de Coyoacán, fue él quien, en estos días, quedó desvelado, pero pudo haber sido cualquiera y, precisamente en esa característica, radica su importancia) se hubiera convertido en su verdugo…la complicidad salomónica para la protección y salvaguarda de lo más preciado: la posibilidad de actuar fuera de la ley-; dejando, desafortunada y grotescamente, un legado ominoso y fatídico: la consolidación de la corrupción –el cierre de filas!- y la muerte de Luchita contra la Corrupción!

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