Kotex es demandado por ser el aparente causante de la amputación de la pierna de una modelo norteamericana, que sufrió síndrome del shock tóxico después de usar uno de sus tampones.
Ciudad de México (elsemanario.com).- Aún cuando desde la década de los ochentas se puede leer como advertencia en las cajas de tampones: “precaución, éste producto puede causar síndrome de shock tóxico y provocar la muerte”, éste mensaje no llega siquiera a cubrir los requerimientos básicos de aclaración que las mujeres necesitan para decidir informadamente si deciden hacer uso de éste producto de higiene femenina, o no.
Bajo esa postura Lauren Wasser, modelo estadounidense de 24 años, decide luchar por detener a las compañías de tampones que la llevaron a perder su pierna izquierda, después de haber sufrido síndrome de shock tóxico (SST) a causa de los productos sintéticos que son empleados para su fabricación.
El SST es una complicación de la bacteria estafilococo, de la cual, al menos 20 por ciento de la población es portadora, pero no todos llegan a manifestarla pues es necesario algún elemento que la dispare. Los tampones son el elemento de germinación perfecto pues han pasado de incluir en su composición ingredientes naturales, como el algodón, a ser elaborados con materiales sintéticos, como rayón, plástico y carboximetilcelulosa en gel. De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Yale, dichos productos proporcionan el medio viscoso ideal para que la bacteria pueda desarrollarse y atacar.
A pesar de los múltiples intentos por crear una litigación que prohíba el uso de éstos materiales -que son empleados desde los años 50 y para los cuales hace 20 años existen opciones más seguras- no se ha logrado tener éxito, pues ésta propuesta ha sido rechazada nueve veces y las principales compañías encargadas de la higiene femenina se respaldan bajo el escudo de la ‘advertencia’ expuesta en cada caja de tampones; sin embargo, éste parece ser más que un medio para proteger la salud pública, una herramienta para evitar los posibles problemas con la FDA.
Éste producto, que ante los ojos de la gente no parece representar ninguna amenaza latente, resulta ser altamente peligroso y llega a afectar hasta al 15 por ciento de las mujeres.
En muchos casos, es común que una cepa toxogenica de estafilococo sea parte de la flora vaginal normal en una mujer, de acuerdo con el doctor Philip M. Tierno, profesor de microbiología y patología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, y cuando ésta se fusiona con los materiales sintéticos de los tampones puede generar SST; patología que mantiene un 50 por ciento de probabilidades de muerte y puede reaparecer en aquellos que sobreviven.
Los síntomas principales son fiebres elevadas, erupción eritodermatosa, hipotensión y disfunción multiorganica, pues el cuerpo intenta luchar contra una de las infecciones que más rápido se propaga dentro del organismo. Wasser da la cara por desmentir a todos los anuncios de tampones en los que se muestran chicas felices corriendo por praderas verdes con ropas blancas y que prometen que sus productos están elaborados con materiales naturales, “No puedo subirme a una resbaladilla, no quiero ponerme un traje de baño y aunque quisiera, no puedo meterme al mar”, manifestó. “Ese producto arruinó mi vida”.
La modelo aún presenta problemas en su pierna izquierda, de la cual ya no tiene dedos y cuyo talón se encuentra en muy malas condiciones, además los doctores no han descartado la posibilidad de una amputación futura. Aunque han pasado tres años desde éste trágico incidente, poco se han podido regular la aclaraciones de los posibles daños causados por usar tampones y mucho menos se ha logrado que éstas empresas cambien los materiales de sus productos.
Por Diana Caballero.