Además de ser más atentos, los padres también son más propensos a cantarle a sus hijas y usar palabras de cariño hacia ellas
Los padres son más sensibles a sus hijas que a sus hijos, según un nuevo estudio. La investigación muestra cómo pensamientos inconscientes sobre el género influyen en la forma de tratar a las personas, incluso cuando son niños pequeños, informa Live Science.
Los padres participan en juegos más rudos con sus hijos y usan un lenguaje relacionado con el poder y el éxito, palabras como ‘mejor’, ‘ganar’, y ‘super’. El descubrimiento proviene de estudios cerebrales y grabaciones de las interacciones diarias de padres con sus hijos.
“Cuando un niño grita o le habla a su papá, los padres de niñas responden más rápido de lo que los padres a los niños”, dijo Jennifer Mascaro, quien dirigió la investigación del Woodruff Health Sciences Center en Atlanta.
“Debemos ser conscientes de cómo las nociones inconscientes de género pueden jugar en la forma en que tratamos incluso a los niños muy pequeños”, dijo.
Los padres de niñas también usaron más palabras asociadas con emociones tristes como “llorar”, “lágrimas” y “solitario”. Pero con los hijos usaron un lenguaje más analítico, palabras como “todo”, “abajo” y “mucho”, que han sido vinculados al éxito académico futuro.
“Es importante señalar que la conducta paternal con prejuicios de género no necesita implicar malas intenciones por parte de los padres”, dijo James Rilling, coautor del estudio.
“Estos sesgos pueden ser inconscientes o pueden reflejar esfuerzos deliberados y motivados altruisticamente para moldear el comportamiento de los niños de acuerdo con las expectativas sociales de los roles de género adulto que los padres sienten que pueden beneficiar a sus hijos”, dijo.
El estudio recolectó datos de comportamiento en un entorno real a través de un registrador electrónico activado (EAR), que se fijó en los cinturones de los participantes.
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Los participantes incluyeron 52 padres de niños pequeños (30 niñas y 22 niños) en el área de Atlanta que acordaron usar el EAR por día entre semana y un día del fin de semana. El dispositivo se encendió aleatoriamente durante 50 segundos cada nueve minutos para grabar cualquier sonido ambiente durante el período de 48 horas.
Además, los padres se sometieron a exploraciones funcionales del cerebro mediante tomografías mientras veían las fotos de un adulto desconocido, de un niño desconocido y de su propio hijo con expresiones faciales felices, tristes o neutrales.
Los padres de las hijas mostraron respuestas más fuertes a las expresiones felices de sus hijas en áreas del cerebro importantes para procesar las emociones, la recompensa y el valor. En contraste, los cerebros de los padres de niños respondieron más fuertemente a las expresiones faciales neutras de sus hijos, informa Time.
Los hallazgos son consistentes con otros estudios que indican que los padres, al igual que las madres, utilizan un lenguaje más emocional con sus hijas y participan en un juego ‘rudo’ con sus hijos.
No está claro si estas diferencias se deben a fundamentos biológicos y evolutivos, la comprensión cultural de la forma en que uno debe actuar, o alguna combinación de ambos.