¿Éxito o felicidad? Dos conceptos que confundimos con mucha frecuencia

El éxito y la felicidad, a pesar de que se asumen como sinónimos, en realidad tienen implicaciones muy diferentes en la vida de las personas.

Generalmente asumimos que una persona es exitosa cuando tiene un gran trabajo, ha logrado una gran cantidad de dinero, goza de lujos y es la representación de poder en el mundo occidental.

¿Y las personas felices? Pareciera entonces que las personas exitosas también son felices, debido a que han logrado todo lo que la mayoría desea y además, se cree que no tienen problemas.

La realidad es muy diferente. Una definición muy interesante del concepto de éxito, se deriva de su procedencia del latín “exitus”, que significa salida.

De tal manera que éxito se refiere al resultado final y satisfactorio de una tarea, “resultado de un negocio o actuación”, dice la Real Academia Española de la Lengua (RAE).

Es decir, métricas tangibles que son importantes y tienen su lugar particularmente en el mundo de los negocios y laboral, dice el sitio Acción Preferente.

“El éxito cuelga delante de nuestros ojos las cosas que pensamos que nos harán felices, estatus y cosas… una vez que lo descompones, parece tratar sobre lo que pensamos que nos hará felices”, señala el portal.

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¿Y entonces la felicidad? La felicidad es un estado de ánimo en donde las personas gozan de lo que los rodea y de su entorno, pero no hay una manera única de medirlo.

Según la RAE, felicidad es un “estado de grata satisfacción espiritual y física”.  Para el sitio Significados.com, “la felicidad es una condición subjetiva y relativa. Como tal, no existen requisitos objetivos para ser felices: dos personas no tienen por qué ser felices por las mismas razones o en las mismas condiciones y circunstancias”.

De esta manera, el éxito no asegura la felicidad, ya que no representa un estado permanente de satisfacción, sino momentos pasajeros en donde se consiguen los logros y metas planteadas, pero no necesariamente están ligadas al desarrollo integral de las personas.

Así, “como tú personalmente defines éxito y como tú personalmente defines felicidad, depende totalmente de ti. Pero reconoce la diferencia”, dice Acción Permanente.

 

 

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