¿Habrá honor entre ladrones?

Acabo de terminar de leer un libro titulado “Little book of Plagiarism” escrito por un juez de la suprema corte de Estados Unidos, Richard Posner.

El demuestra que el concepto de plagio aparece solamente el siglo pasado, pero que en realidad el soporte de las grandes ideas (como el automóvil) viene de la copia de una idea anterior y su mejora, hasta evolucionarla.

Estando enfrente de Santa Ana, Madona y El Niño, una de las obras más espléndidas del genio pintor Leonardo da Vinci me pregunto: Si pudiera repetir la Mona Lisa, pero pintarla con un gran dominio de la acuarela, ¿sería una obra original?

No lo creo, porque no habría escondido la fuente de mi idea.

Con esta pregunta en mente es que empiezo un escrito sobre lo que es un aspecto importante de lo que es creatividad: Donde está la respuesta a que es creativo y que no?

El hombre ha pedido prestadas ideas siempre: nada se construye de la nada! Es la ley de nuestro proceso cerebral. Se toma una idea que ya existe, se combina, transforma, mejora pero al final, esta basada en algo preexistente, prestado.

En épocas de Shakespeare la creatividad era entendida como mejora de lo que se había escrito antes y no la creación de algo nuevo.

Antes del Renacimiento, estaba prohibido a artistas, escritores o científicos firmar un cuadro, un escrito o un descubrimiento porque nunca era considerado un original sino la transformación de una obra anterior y además era visto como un esfuerzo colaborativo entre varias personas.

Fue la familia Médici en Florencia la que empezó a poner el foco en el artista y no en la obra y es en este momento cuando más y más artistas como Leonardo o Miguel Ángel encuentran que es mejor esconder el origen de sus ideas y llenarlas de niebla para ser reconocidos como originales.

En este momento la copia y el plagio en el arte empiezan a ser condenados y al mismo tiempo el proceso creativo se llena de misterio como si solamente algunos dotados por el Toque Divino fueran creativos y los demás no.

Hay quien piensa que el secreto de la creatividad es saber esconder las fuentes de ideas, pero cuándo ves lo que se puede hacer con lo que otro ha generado, me pregunto si, ¿no habrá honor entre ladrones?

En la historia de los grandes descubrimientos encontramos que es una verdad constante, algunos entre los grandes como Newton, Einstein o Picasso lo reconocen públicamente.

Cuando Newton fue acusado de robar ideas respondió: “Si, estoy parado sobre los hombros de gigantes”.

Claro, actualmente llegar a una empresa y solamente sugerir “vamos a copiar las ideas de tus competidores y mejorarlas” es inadmisible, pero en el fondo estamos copiando ideas de los competidores o de otros giros comerciales, somos el resultado de la historia ya que con las marcas y la mercadotecnia sucedió lo mismo que con el arte.

Durante siglos los productos solamente se diferenciaban por precio y la innovación buscaba únicamente fabricar el producto lo más rápido posible y al menor costo. El economista del siglo XVIII Adam Smith basa su teoría económica en la relación entre oferta y demanda, pero sucede que al principio del siglo XIX en los grandes centros de almacenamiento, se presenta la necesidad de diferenciar la mercancía de una empresa o de otra. Esto lo resuelven marcando los productos (así como se hacía con los animales) para saber quien era el dueño y de ahí el concepto de “marca”.

Es en el momento que el empaque empieza a popularizarse que la diferenciación por marca se vuelve más valiosa que el producto y se repite en la marca lo que paso con la firma de los grandes artistas del Renacimiento.

¡Esto lleva a la gran paradoja que quiero señalar! Nos han enseñado a criticar, rechazar y evitar la copia, ¡pero al mismo tiempo es la fuente de la creatividad!

Nadie acepta que sus ideas vienen de la idea de otro (como este artículo). Ocultamos nuestra fuente de información por miedo a ser visto social o legalmente como un gran ladrón de ideas.

Ahora, en el inicio de una nueva era (muchos ya la llaman la Era Conceptual) ser creativo e ir en busca de innovación no será un don de algunos, sino una parte ontológica de nuestra sobrevivencia. Más nos vale entender que todas estas creencias sobre originalidad y genialidad deberán de ser cuestionadas para poder ser creadores de ideas y no gerenciadores o consumidores de ellas.

Dibujo
Abro la pregunta: es una réplica de la cabeza del David de Miguel Ángel, esta hecha con miles de hojas de papel. Muestra un oficio indiscutible. ¿Es creativo?

2

 

 

0 0 votos
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x