INE: más gastos, mismas elecciones

La desaparición del Instituto Federal Electoral y la llegada de un Instituto Nacional de Elecciones, hace pensar que las elecciones de 2015 serán uno de los procesos más accidentados, donde se patentarán errores, aciertos y más gastos que se tendrán en este cambio.

 

Ciudad de México.- La apoteosis de la reforma política llegó con su Instituto Nacional de Elecciones. El barrunto en los pasillos del todavía Instituto Federal Electoral, es que 2015 puede ser el descalabro electoral o el triunfo de la inteligencia (llamada estrategia política) de legisladores y partidos, que orquestaron el cambio en el perfil electoral del país.

Si bien en México el mañana tiene sabor a esperanza, la expectativa más sana es que en el 2015 se pase la prueba de la coordinación entre el INE con los institutos electorales y la ejecución de una elección federal donde los actuales legisladores de San Lázaro (junto a presidentes municipales y gobernadores) podrán reelegirse.

El maremágnum de estas decisiones y efectos será la sustitución de Marco Baños, factótum del IFE  tras asumir la Presidencia Temporal, Rotativa y Colegiada para el periodo comprendido entre el cinco de febrero y el cuatro de marzo de 2014 o la posibilidad de ser el último presidente del IFE, ante la llegada del nuevo Instituto.

Durante la sesión de Consejo General en la que Baños Martínez tomó la protesta de ley, aseguró que el IFE será un aliado eficaz en una transición que debe darse sin sobresaltos ni estridencias hacia un nuevo Instituto Nacional Electoral. Y no se equivoca Baños, pues el cambio implicará una serie de gastos que sumados dan cantidades oníricas: tan solo imaginable en sueños.

Al tomar protesta como Consejero Presidente Provisional, Baños mencionó que el IFE dejará una base sólida para que los consejeros del INE dispongan de una plataforma adecuada de lanzamiento, sin rezagos programáticos y con propuestas viables rumbo a la organización de los próximos comicios federales y aseguró que los diputados deben trabajar para que la legislación secundaria se aleje de huecos interpretables y zonas de duda; para ello -dijo- el IFE reafirma su compromiso para que todas las fuerzas políticas cuenten con información técnica oportuna.

Y fue importante que Baños mencionara la presunta estabilidad con que se dejarán los archivos electorales, ya que la tensión está puesta en la elección de 2015 y el impacto que tendrá el que un nuevo órgano diferente en su 100% a lo que conocíamos como IFE, tome el control electoral.

Sin mayor molicie, Mario Torrico, académico de la Facultad Latinoamericana De Ciencias Sociales no descubre un entorpecimiento en el cambio de IFE a INE rumbo a las elecciones del 2015.

“Yo no lo creo, están los tiempos estipulados, son tiempos estrechos que se tienen que cumplir en términos de nombrar a los titulares, en mi perspectiva no creo que haya el escenario de que las elecciones se tengan que postergar, es un reto que tiene el INE, pero yo no veo grave que no podamos llegar al 2015”, explica el politólogo en entrevista a elsemanario.com.

-Si bien considera que no se entorpecerá el proceso de 2015, ¿no estaría de acuerdo en afirmar que el tema de las reelecciones si afectarán el proceso, pues será algo que prácticamente estrenaremos?

-Las reelecciones en sentido estricto, si se ven entorpecidas las legislativas se verán también la reelección en general. Los tiempos si están muy justos, primero se tiene que componer el IFAI, porque este entra en la composición del INE; las cosas se van a tener que hacer sucesivamente y en ese sentido los tiempos si están justos, pero yo me animaría a decir que los partidos están plenamente conscientes de ello, finalmente en la política las cosas se resuelven como al ‘cuarto para las doce’, en ese sentido yo no me preocuparía tanto, porque los tiempos no se vayan a cumplir. Esto saldrá con un acuerdo político, podrán hacer cambios en la ley secundaria y llegar a la elección sin mayor problema.

En este sentido Baños advierte que es indispensable que la legislación secundaria atienda asuntos que requieren definiciones claras respecto a la propaganda gubernamental, el modelo de acceso a tiempos del Estado en radio y televisión para los partidos políticos y candidatos independientes; el fortalecimiento de la credencial para votar como único documento de identificación para los ciudadanos, la consulta popular con espacios equitativos de discusión en medios, los debates entre candidatos a cargos de elección popular, el nuevo modelo de fiscalización y la política de educación cívica nacional, entre otros temas que coadyuvarán a delinear el ámbito de competencia entre el INE y los órganos locales. Ante este ralentí tan acelerado, Baños, quien puede ser el último presidente del IFE, enciende una llama jocunda y anacoluta al mismo tiempo, pues brinca de necesidad en necesidad, sin una relación entre ellas que justifique su enunciado o la omisión que hubo, por ejemplo, a discutir el tema de la vigencia y propiedades de la credencial de elector.

Fue un tema que no se discutió en la reforma porque esta resolvió la elección de autoridades y no tuvo que ver con la identificación de las personas.

Así explicó el doctor Mario Torrico uno de los puntos ciegos que subsisten en una discusión donde todo parece explicado o a punto de serlo y continúa justificando la omisión de los legisladores sobre la credencial de elector:  “seguirá teniendo valor, cambia de manos la emisión de documentos de identidad pero estos siguen vigentes”.

Transición sin fallas

Uno de los compromisos ofrecidos por Baños fue el de garantizar en todo momento el funcionamiento del IFE y también el de generar todas las condiciones para que se lleve a cabo la transición hacia un modelo de organización comicial centralizada, desde un nuevo Instituto Nacional encargado de las elecciones locales y federales.

Sin el IFE no se podría entender el avance democrático de este país, con estas palabras recuerda el doctor Mario Torrico al IFE, en la antesala de su desaparición.

A la nobleza de ánimo de Baños se sumó Benito Nacif Hernández, quien mencionó que el IFE seguirá trabajando para permitir una transición tersa y sin sobresaltos, incrementando el acercamiento con los legisladores para ayudar a construir una legislación secundaria sólida con miras a los comicios de 2015.

“El IFE le apuesta al éxito de la reforma electoral y trabaja para ello, México no se merece otra cosa”, aseguró.

En este punto es importante subrayar cómo va a quedar la coordinación con los institutos electorales.

“Es el punto más polémico, incluso había un consenso en la academia de que el nuevo INE no debía de tener atribuciones en las elecciones estatales, la reforma constitucional le permite al INE intervenir en las elecciones, pero no estipula en qué circunstancias lo haría. Un punto susceptible de sospechosismo o vulnerabilidad, es que la reforma le asigna al Instituto la facultad de nombrar a los consejeros de los Institutos Estatales, entonces el nombramiento de estos consejeros que antes estaba en manos de los legislativos locales, pasa ahora a un órgano autónomo como será el INE, esto le proporciona mucho poder, pero también el poder estar en el centro de los conflictos estatales”, comenta Torrico.

-¿No se politizará el nombramiento de consejeros del INE como ocurrió con el Instituto de Telecomunicaciones?

-En todas las designaciones de cualquier institución en las que participe el Estado, siempre va a existir el que los nombramientos se partidicen, es algo con lo que viven todas las democracias, no solo la de México; la política está inmersa y los partidos buscan jalar para sus lados los nombramientos. Aquí la apuesta de este modelo es una apuesta hacia el equilibrio de que no haya un autor o partido que monopolice el nombramiento de estas instituciones, eso es lo que se busca, que haya un equilibrio político. Cuando un actor monopoliza eso, el mecanismo de nombramiento ya no tiene sentido, pero es lo que impera en todas las democracias.

“Dado que para el caso del INE se está proponiendo que participen instancias como el IFAI, la CNDH; es menos probable que aspirantes a ocupar cargos en el INE, con perfiles partidistas, sean nombrados. Además van a hacer un examen de conocimientos, como parte de los filtros previos a la intervención de los partidos, para que la gente que, por lo menos a la etapa final, tenga un perfil profesional y de calidad y eventualmente si algunos de ellos tiene una tendencia partidista, no sea esta la preponderante sino que sean sus cualidades las que pesen”.

Ahonda: “En el caso del IFE, eran los partidos los que definían a partir de propuestas que hacían ellos mismos en el nuevo mecanismo, ahora también se maneja de que si los partidos no están de acuerdo, la Suprema Corte podrá intervenir y nombrar por sorteo entre los finalistas a quienes vayan a ser consejeros, en ese sentido yo estimo que el procedimiento es mucho más neutral, menos partidista; hay más actores, más pluralidad pero tiene el inconveniente de que como hay mas actores involucrados, va a ser más lento y engorroso, los tiempos de repente van a ser más tardados”.

Más gastos, mismas elecciones

Torrico ve un hecho ulterior a la discusión de la reforma política concentrada en la coordinación con los institutos electorales, la  desaparición del IFE y otras características. Se trata del gasto que representará la cirugía de cuerpo completo, que a pesar de seguir siendo un Instituto cambia de Federal Electoral a Nacional de Elecciones.

“Están los costos que va significar la liquidación del personal, no solo de los consejeros, sino de todo el staff de apoyo, asesores, la contratación de nueva gente; al parecer el INE va a tener una estructura organizacional más grande, necesita abarcar incluso labores de administración electoral en los estados. Sí, se viene una inversión económica muy grande, aquí la apuesta, creo yo para la conformación del INE, no es un asunto de racionalidad económica, sino es un asunto de darle legitimidad política a los procesos electorales, que en los últimos años han tenido problema de ser reconocidos por la ciudadanía. Si la lógica fuera de racionalidad económica, en ningún caso estaríamos creando otra institución”, donde la idea de construir una nueva sede que albergue el total de nuevos y más integrantes, parece un hecho risorio pero muy a tono con la facilidad de gasto del actual gobierno federal, al menos así se lee en su prolegómeno.

Por Octavio Noguez Cervantes.

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