El gran consorcio estadounidense Apple perdió los derechos del nombre de uno de sus productos ante una pequeña empresa mexicana a principios del año pasado. El caso aún sigue abierto…
México, D. F.- Un imperio se forma por el alcance geográfico y la imposición de una cultura. Dentro de ésta misma, se encuentran aspectos como el idioma, tradiciones, religión, alimentación y hasta tecnología.
En la antigüedad los imperios se formaban con el asesinato y conquista de regiones enteras, es decir, no se edificaban “por la buena”. Hoy en día, la situación no difiere mucho de aquellos tiempos, sin embargo, ya no es tan común que se le denomine como imperio a las naciones dominantes. Hoy, se les conoce como “primer mundo”, mismos que actualmente son formados con una simple herramienta que es considerada como el elemento que convierte en tangible el poder adquisitivo: El dinero.
Los recursos económicos brindan al primer mundo la capacidad de desarrollar, difundir, distribuir (o imponer) su cultura; y como la tecnología es parte de ella, no es un secreto que mucha de la tecnología utilizada en varios países “dominados” (incluido México) es de origen estadunidense.
Tal es el caso de los productos desarrollados para la marca Apple, compañía creada por el fallecido Steve Jobs.
Ordenadores, tabletas y otros gadgets concebidos por dicha organización, han tenido gran alcance mundial, posicionándose como una de las marcas más utilizadas en nuestro país.
Uno de los gadgets más populares en México, es el iPhone, la marca de teléfonos inteligentes desarrollada por Apple, misma que ha tenido gran éxito entre los consumidores mexicanos.
¿Este éxito es determinante para el crecimiento de una empresa? Evidentemente al haber más consumo hay más dinero y el “monstruo” sigue creciendo. Sin embargo, a pesar de todos los recursos y el poder que tiene actualmente, este gigante cayó ante un pequeño rival mexicano: iFone.
iFone es una pequeña compañía creada en 2002 que se dedica a vender sistemas y servicios de comunicación, especializándose en el desarrollo de software, quien a mediados de marzo del años pasado, ganó un juicio contra Apple por el registro de su nombre que es fonéticamente muy parecido al del producto de la compañía de la manzanita.
¿Y cómo fue que le ganó estos derechos de propiedad? Eduardo Gallástegui, abogado corporativo de iFone explica ante medios internacionales:
“La empresa mexicana bautizó a uno de sus productos con el nombre de iFone (síntesis de las palabras internet y teléfono) registrándolo el mismo año ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), organismo gubernamental que regula el uso de marcas e inventos”, indicó.
Señaló que el registro de la marca se hizo bajo la categoría 38 del IMPI, que corresponde al servicio de telecomunicaciones como la transmisión de ondas de radio, voz y datos. Posteriormente, Apple pretendió dar de alta el nombre iPhone dentro de esta misma categoría hasta el 2008, pero el Instituto lo rechazó porque es fonéticamente muy parecido al del producto ya registrado.
Gallástegui aseveró que el consorcio norteamericano no quedó conforme y solicitó la caducidad de Ifone, con el argumento de que la compañía mexicana no la había utilizado durante años. Esta acción fue el detonante de iniciar el juicio, llevando al IMPI a rechazar la demanda de Apple, que recurrió entonces a varios tribunales que avalaron la decisión inicial.
Apple presentaría el caso ante la Suprema Corte para solicitar una revisión de las decisiones legales anteriores, sin embargo, los ministros determinaron que ese tema no era de su competencia. ¿Resultado? El triunfo de la empresa mexicana.
A pesar de que Apple puede continuar con la venta del producto en territorio nacional, con una simple y adecuada aplicación de la ley, la compañía mexicana tiene los derechos de los nombre iFone y iPhone, convirtiéndose en un evento curioso de ese ámbito en México.
Recientemente, Apple ha perdido dos litigios, uno a inicios de enero de 2014, cuando padres de familia en Estados Unidos exigieron el reembolso de compras realizadas por sus hijos quienes, dijeron, no cuentan con la edad y capacidad de realizar dicha transacción, argumento que obligó a la compañía a pagar una cantidad aproximada de 32.5 millones de dólares.
El otro fue ante su similar y rival surcoreano Samsung, en octubre de 2013, por asuntos relacionados también con patentes de tecnología y nombres, como parte de un largo proceso judicial que ha llegado a tribunales de varias naciones europeas, en el mismo Estados Unidos e incluso en Japón y Corea del Sur.
Para el caso contra Ifone, Apple no se rinde y aún está pendiente un acuerdo entre ambas compañías. En tanto, este episodio sin duda hizo recordar a la compañía de Cupertino la historia de David y Goliath.
Por Luis Alberto Hernández Valencia