¿En que radica la importancia de una figura como Octavio Paz?, ¿Quién fue Octavio Paz para México, y más que nada, que fue México para Octavio Paz?…
Octavio Paz logró descifrar la compleja identidad del mexicano, sus fortalezas y debilidades. Detectó las principales fallas y temores de la personalidad mexicana ante diversas situaciones. Nos ilustró para tomar conciencia de nuestra capacidad, como individuos y como nación, de explotar nuestras innumerables habilidades; a manera de guía destacó y elogió esa jocosidad y picardía característica del mexicano y su potencial para lograr el éxito en cualquier ámbito. Vislumbró un camino a seguir para redimir las malas decisiones y superar el infortunio que heredó el pasado, su vida por sí misma, es una prueba fehaciente de ello, su obra, es una prueba escrita.
Fernando Savater, reconocido filósofo, activista y escritor español, destacado en el campo del ensayo y el artículo periodístico, definió su obra cumbre “El laberinto de la soledad”, como un “ejercicio de reflexión sobre las rarezas y costumbres del difícil oficio de ser mexicano”.
Octavio Paz fue un portavoz de enorme talla para México, describió costumbres y tradiciones, describió la realidad mexicana y la volvió palpable a través de la palabra. Es uno de los grandes poetas hispanos de todos los tiempos. Su obra abarcó varios géneros; poesía, ensayos, traducciones. Colaboró con tenacidad en el impulso de la cultura en México y el mundo a través de la fundación y participación en innumerables revistas. También fue profesor, conferencista, periodista y diplomático.
México fue una de las grandes pasiones de Paz, así como las letras, la cultura, el amor y el conocimiento. Octavio Paz fue un apasionado de la vida, tuvo una personalidad polémica hasta el último día de su existencia; durante su juventud fue activista y simpatizante marxista, en su madurez se convirtió en surrealista. Se empapó de culturas y visiones extrañas con sus viajes al extranjero, en consecuencia conoció al mexicano por dentro y por fuera y se reconoció como tal.
Durante su evolución fue escritor, diplomático, maestro, esposo, padre y amante. Su vida se caracterizó por una complicada y permanente transición dotada de personalidad camaleónica. Paz, recibió varios premios literarios, como el del Príncipe de Asturias, el Premio Cervantes y el de Tocqueville. Pero el mayor de todos fue el Premio Nobel, en 1990, otorgado como reconocimiento universal a su obra. Fue el primer escritor mexicano en recibirlo, y uno entre los varios concedidos a los autores de la literatura hispánica.
El gusto por la literatura y el conocimiento fue herencia familiar, su abuelo Irineo Paz, fue abogado, historiador, escritor, periodista y funcionario público. Conocido por combatir a los franceses en Colima y por vencer en duelo al hermano de Justo Sierra, terminando así con su vida.
Su padre, Octavio Paz Solórzano, trabajó como redactor y abogado para Emiliano Zapata; estuvo involucrado en la reforma agraria que siguió a la Revolución Mexicana, fue diputado y colaboró activamente en el movimiento vasconcelista. Estas actividades, siempre comprometidas con su país, provocaron su ausencia durante la infancia de su hijo por largos periodos.
La vida de Octavio Paz, sin duda, conservó y consagró la larga tradición familiar de brindar esfuerzo y tiempo a su país.
Desde su juventud mostró entusiasmo por participar en la vida política y cultural de México. En 1937 viajó a Yucatán como miembro de las misiones educativas del Gral. Lázaro Cárdenas en una escuela para hijos de obreros y campesinos de Mérida. Momento en el que comenzó a escribir “Entre la piedra y la flor”, poema sobre la dramática explotación del campo y el campesino yucateco.
Mostró preocupación por las clases desposeídas e intentó beneficiarlas con su acción política. Con tan solo 23 años fue invitado a España durante la guerra civil como miembro de la delegación mexicana al Congreso Antifascista, donde mostró su solidaridad con los republicanos, y donde conoció y trató a los poetas de la revista Hora de España, cuya ideología política y literaria influyó en su obra juvenil. Apoyó al gobierno español elegido democráticamente, formado por una coalición de partidos republicanos de izquierda y el Partido Socialista Obrero Español, al que se habían sumado los marxistas leninistas del Partido Comunista de España, el Partido Sindicalista de origen anarquista y los nacionalistas de izquierda.
Años después, la estancia diplomática de Paz en Francia trajo cambios en sus ideas radicales. Conoció a personajes como el escritor Albert Camus, quien desarrolló un humanismo fundado en la conciencia del absurdo de la condición humana. Paz se interesó en el surrealismo, que aborda la producción libertaria sin límites y la exaltación de los procesos oníricos, del humor corrosivo y de la pasión erótica, concebidos como armas de lucha contra la tradición cultural burguesa. Participó activamente, junto con André Bretón, en varias actividades y publicaciones de tinte surrealista.
Dejó las formas poéticas tradicionales, su obra liberó a la palabra de reglas o propósitos específicos para devolverle su esencia mágica, haciendo uso casi exclusivo del pensamiento y de una rima interna y sutil, difícil de captar.
Su personalidad apasionada lo convenció de migrar de un amor a otro sin remordimientos. Estuvo casado con Elena Garro, con quien tuvo una hija, Laura Helena. En 1959 se unió a Bona Tibertelli de Pisis, con quien convivió hasta 1965, mientras era embajador de México en la India. Al año siguiente contrajo matrimonio con Marie José Tramini, su compañera hasta el final. Con sus propias palabras, Octavio Paz nos dice:
“Vivir es separarnos del que fuimos para internarnos en el que vamos a ser, futuro extraño siempre”
Poco a poco cambio su ideología radical de izquierda, y terminó postrado como figura intelectual que justificó acciones detestables realizadas por la dictadura del PRI en México.
Casi cualquier mexicano ha escuchado su nombre, algún dato relevante o irrelevante. Alguna vez, casi cualquier mexicano, ha escuchado algo acerca de su vida personal, de su desempeño en puestos públicos, o de su amplísima obra literaria; que fue un escritor reconocido, que gano el premio nobel, que fue mujeriego, que abandonó a su esposa, que no se preocupó por su hija Helena…
Es menester de los mexicanos internarnos en su obra, en su acción política, descubrir porqué Paz actuó de esa manera y que fue lo que logró, sin olvidarnos de lo más importante, su condición humana, condición que nos mantiene atados a emociones, sentimientos, ideas, arrepentimientos, y también acciones poco acertadas que pueden desatar cólera u ovación.
Los mexicanos, primero como individuos y después como nación, debemos aclarar nuestro futuro turbio y comprender la cuestión que Octavio Paz se formuló e intento responder, ¿Quiénes somos y hacia dónde vamos?…