La historia de Lucía Zamora, la joven que fue rescatada tras 36 horas bajo los escombros

Lucía quedó atrapada en un espacio pequeño, a diez centímetros del techo, ahora mismo no puede decir si estuvo parada, acostada o inclinada

Es una de las imágenes emblemáticas del reciente terremoto que cimbró la capital del país. Una joven de camiseta rosa, con la sonrisa en el rostro, en el momento exacto en que es rescatada y sacada del edificio colapsado en Álvaro Obregón 286.

El nombre de la joven es Lucía Zamora, una consultora de mercado que pasó 33 angustiosas horas atrapada entre los escombros del edificio, uno de los más afectados por el sismo del 19 de septiembre.

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El edificio, ubicado en la colonia Roma, fue uno de los inmuebles más afectados y se vino abajo pocos segundos después de que se registró el sismo de 7.1 grados. De inmediato, cientos de personas corrieron a ayudar a los atrapados, y afuera del inmueble se congregaron familiares de más de 40 familias que veían con desesperación el lugar en el que sus seres queridos estaban atrapados.

Muchos de ellos, tristemente, no lograron sobrevivir o todavía permanecen desaparecidos. Pero no fue el caso de Lucía, quien, atrapada, intentó hacer llamadas y mandar mensajes con su celular.

“Comenzó a temblar y tomé mi celular y me dirigí a la recepción, y un compañero, Isaac, nos decía que nos dirigiéramos hacia las escaleras de emergencia y no alcancé a llegar, me quedé a la mitad del camino cuando el techo se desplomó encima de nosotros”, relató la joven de 36 años que todavía no sabe por qué la vida le regaló una segunda oportunidad.

“Cuando terminó de caer todo (…) se escuchaban gritos, alaridos, gente llorando, y lo primero que hice fue tomar mi celular, ver si podía hacer una llamada pero no había llamadas, después recuerdo que recé”.

Lucía quedó atrapada en un espacio pequeño, a diez centímetros del techo, ahora mismo no puede decir si estuvo parada, acostada o inclinada, pero tenía las piernas estiradas y podía mover los brazos. Estaba atrapada junto a Isaac y Paulina, una trabajadora del piso de arriba, entre los tres se daban fuerzas, rezaban, decían que todo estaría bien.

“Te vas tranquilizando. Hay momentos de temor, de miedo, en los que las sensaciones de hambre y sed desaparecen. Rezas, te regresa la fe, pierdes la esperanza. Experimentas todo, todas las emociones. Yo traté de mantenerme calmada lo más posible”, relató la joven.

No sabe cuántas horas pasaron, pero finalmente ella, Isaac y Paulina, escucharon las voces de los rescatistas, uno de ellos preguntó si alguien seguía con vida. “Ayuda, ayuda”, gritaron los tres.

Pero el miedo no terminó en ese momento, faltaron otras seis horas de maniobras de rescate para que pudieran ser rescatados. Al final eso es lo de menos, los tres tuvieron una segunda oportunidad que decenas de personas que se encontraban en el edificio no tuvieron.

Su foto, la imagen de un rescate milagroso, fue compartida cientos de veces en redes sociales y se convirtió en uno de los símbolos de esperanza que han inspirado y dado fuerza a miles de mexicanos, incluidos decenas de rescatistas que no pierden la fe y continúan tratando de salvar vidas tantos días y horas después del terremoto.

Con información de la BBC y CNN.

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