¿Existe de verdad el mal del puerco? ¿A qué se debe? y ¿Cómo se quita? Encuentra la respuesta a todas estas preguntas y deja de padecerlo en cada comida.
La gloriosa sensación de sueño que sientes después de la comida, esa pesadez incesante que permanece horas después de las enchiladas de la tarde, la desconcentración infinita que llega justo a la mitad de tu jornada… ¿de qué va el llamado ‘mal del puerco’?
El mal du porc, la marea alcalina o, como popularmente le conocemos, el mal del puerco es un termino acuñado para describir la sensación de sueño, pesadez, inflamación -y arrepentimiento- que se siente inmediatamente después de una hiper ingesta. No se sabe con exactitud cuando comenzó a popularizarse, pero el nombre imita el comportamiento que tienen los puercos en granja, quienes llevan una vida de comer, dormir, despertar y seguir comiendo.
Mientras que todos necesitamos ese glorioso combustible que es la comida para funcionar, no todos podrán hacerlo eficientemente debido a la calidad de ingesta que deciden hacer. Alimentos saturados de grasa y altos en carbohidratos son los principales enemigos de tu cuerpo. Mientras que los efectos a largo plazo son bien conocidos (obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas), la relevancia que tienen en el plano inmediato no es tomada en cuenta, sin embargo, éstos son los causantes del llamado ‘mal del puerco’.
¿Por qué?
El proceso de digestión es un delicado entramado en el que todas las piezas de nuestro organismo actúan. El cerebro dirige la función y los órganos sensibles (estomago, intestinos, páncreas, vesícula) obedecen; no obstante, cuando la ingesta de comida sobre pasa las capacidades de todo el equipo para ser procesada, comienzan a surgir los problemas.
La sangre intenta desesperadamente dirigirse a los vasos que irrigan al estomago e intestinos para poder llevar a cabo la degradación de los alimentos (a mayor consumo, mayor necesidad de irrigación). El cerebro pelea solemne por mantener este proceso activo y eficiente al tiempo que controla el resto del cuerpo. Después de una hiper ingesta esta tarea es prácticamente imposible y debe tomar una decisión ejecutiva: apagar al cuerpo.
Esta es la única forma de luchar contra toda esa colecistocinina segregada por tu organismo para ayudarle a degradar la grasa. En términos más comunes, nuestro estomago trabaja a marchas forzadas y esto hace que el cerebro se comience a marear y obtengamos por resultado: sueño y pesadez.
¿Un experimento extraño?
Intenta comer un día sin: tortillas (ni harina, ni maíz), pan, totopos, papas fritas o puré, arroz o pasta. Añade verduras -¡muchas verduras!- y de la variedad que quieras. Notaras cambios inmediatos, sentirás más agilidad y como tu atención se mantiene por horas.
Para eliminar el mal del puerco por completo…
- No consumas alimentos fritos o empanizados.
- Reduce los carbohidratos (harinas, pastas, pan) e intenta cambiarlos por integrales.
- Por favor, toma mucha agua.
- Come lento (al menos 30 minutos) y mastica bien.
- Nunca pases más de cinco horas sin comer, de ser posible consume alimentos cada cuatro. Ojo, alimentos sanos: apio, zanahorias, frutos secos, semillas…
- Duerme bien, al menos siete horas diarias.
- Escucha a tú cuerpo… ¿Sientes que estas al limite de tu ingesta? ¡No consumas más! ¿Tienes hambre? ¡Come en ese momento! (mira de nuevo el punto 5) ¿Te duele el estomago después de consumir grasas, picante o dulces? ¡Entonces deja de comerlos!
Por Diana Caballero