Telmex-Dish, lucha de titanes en telecomunicación

La relación Telmex-Dish actualmente está en punto de quiebre, pues las leyes secundarias que delinearán la Reforma en Telecomunciones ha generado expectación. Y es que luego de que se hiciera pública una denuncia ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones con el fin de que se revocar la concesión a Dish, ha dado lugar a una verdadera lucha de titanes.

El pasado 10 de febrero directivos de Televisión Azteca presentaron una denuncia ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) para que dicho órgano revoque la concesión de transmisión de sus canales con el argumento de la empresa toma sus señales de manera furtiva. La empresa Televisa hizo lo propio días después.

La denuncia se debe a que según las empresas de televisión abierta no cumplen con el estatuto de must carry/must offer, el cual establece que las televisoras de señal restringida están obligadas a retransmitir las emisiones de las compañías de señal abierta, pero éstas deben darles a las privadas la señal y en este caso, no deberá haber comisión alguna: ni de las televisoras abiertas hacia las privadas, ni de estas hacia sus suscriptores.

Sin embargo, Televisa y TV Azteca piden el cobro de derechos de autor de los personajes que intervienen durante su programación, aún y cuando ya está cubierto por ellos mismos ese monto. Esta situación se empezó a intensificar en el momento en el que Carlos Slim quiso incursionar en el negocio del servicio de televisión de paga.

Must carry /  Must offer. Ambos términos, son un punto fundamental para el desarrollo de la competencia tanto en televisión abierta como en televisión por cable. Must offer: es la obligación que tienen las grandes televisoras de señal abierta de poner a disposición de las televisoras de paga (cable, DTH u otras) sus señales para que sean difundidas. Must carry: es la obligación de los sistemas de televisión de paga (cable, DTH u otras) de incluir las señales de televisión abierta en su oferta de servicios.

 

 

Las empresas de televisión abierta comienzan a contraatacar y su ataque acrecentó en septiembre de 2013, cuando el Congreso aprobó la reforma en telecomunicaciones, donde se decidió que las señales que tuvieran más del 50 por ciento de cobertura en el país debían ceder su transmisión a empresas televisivas privadas (como se menciona arriba). A pesar de ello, aún no se han hecho leyes secundarias para hacer más transparente el proceso de licitación, aun cuando la fecha límite fue el pasado 9 de diciembre. Los jueces, han determinado un moderado uso de manos entre los dos contendientes, sin embargo, el combate continúa.

Se trata de un acto simultáneo a la emisión, no de un uso diverso de las señales abiertas. Según la nueva legislación, emitir implica retransmitir en forma completa, sin cortes y al mismo tiempo (comerciales incluidos). Este es un mandato de ley. Dicha retransmisión es gratuita para la televisión restringida y para los abonados. Así, los derechos de autor se encuentran plenamente cubiertos.

Todo esto le ha beneficiado a Televisa, ya que Cablevisión y Sky son de su propiedad. La televisión es una concesión que otorga el gobierno bajo ciertas reglas. Los negociantes son concesionarios, no producen y venden un producto, sino usan un bien de dominio público. Lo que de alguna forma limita un poco al púgil a atacar de manera directa.

Cabe destacar que también estaba en proceso de licitación dos nuevos canales de televisión abierta, en la cual Slim había compartido plenamente su intención de obtener, sin embargo, parece que aún falta tiempo para que se llegue a hablar al respecto.

Aunque con la reforma energética aprobada, dicho retraso en las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones no debería de ser un impedimento para saldar la deuda que se tiene para discutir y aprobar las leyes federales de radio, televisión y telecomunicaciones.

La televisión es una concesión que otorga el gobierno bajo ciertas reglas. Los negociantes son concesionarios, no producen y venden un producto, sino usan un bien de dominio público. Lo que de alguna forma limita un poco al púgil a atacar de manera directa.

El último round

La versión de un presunto contrato entre Teniver, empresa del Carlos Slim dedicada al negocio satelital, y Dish revelaría que en 2012 el empresario habría acordado la opción de compra de 51 por ciento de las acciones de Dish México por 325 millones de dólares.

Dish rechazó que Teléfonos de México o alguna empresa del grupo tenga participación accionaria, y que si hubiera la posibilidad de una transacción de ese tipo tendría que ser aprobada por las autoridades, dijo que desde que Dish firmó contratos comerciales con Telmex, esta empresa y América Móvil, que es su controladora, han informado que si alguna vez hubiera participación accionaria tendría que ser con aprobación de diversas autoridades.

La cadena televisión de paga explicó además que su relación es con Telmex y que la opción de compra a la que se alude en los reportes financieros es eso, una opción que puede o no llevarse a cabo y, de ser el caso, estaría sujeta al cumplimiento de diversas condiciones, entre las que se encuentra que la autoridad no la objete, que no imponga condiciones o limitaciones que afecten de forma sustancial los activos, negocios u operaciones de Telmex y/o Dish y que no exista orden judicial o administrativa que prohíba el ejercicio de la opción.

El documento que circuló entre los medios señala que las condiciones para la compra de 51 por ciento de las acciones de Dish consisten en el pago de 325 millones de dólares, cifra que sería ajustada a intereses a devengar; se reduciría si las partes involucradas no cumplieran con las aportaciones comprometidas, lo cual aplicaría para Multivisión y Echostar, además se reduciría por los dividendos que se pagarán a los accionistas de Dish. Teniver tendría la opción de comprar la totalidad de acciones de Dish.

En los documentos se establece que “en caso de que las condiciones para el ejercicio de la opción no se hubieren actualizado antes del 1 de enero de 2014, Dish podrá obligar a Telmex a consumar la compra del 51% de Dish México y, para ello, a que busque a un tercero que pueda llevarla a cabo”.

En otros términos, de concretarse la transacción, Telmex recibiría el 51 por ciento de los ingresos de Dish, así como su información financiera; además, la compañía de televisión especificó que “la posible inversión conjunta de Telmex en Dish depende de que no podría suceder ni verificarse sino hasta en tanto la autoridad competente -Ifetel-, autorizara dicha inversión conforme a los procedimientos que establece la ley”.

El resultado de todo este asunto que se ha calentado en los medios no ha dejado en claro el destino que tendrá esta lucha de titanes, sin embargo, podemos rescatar que las grandes empresas de telecomunicaciones ya no pueden hacer transacciones en secreto sin que algo se llegue a ventilar. Ya sea de manera directa o indirecta, los actores deberán ser transparentes en lo subsecuente de las negociaciones.

Es sabido que si la alianza Telmex Dish se llegase a realizar, se pondría en juego la transmisión de los canales de señal pública debido a la reforma en telecomunicaciones, sin embargo, ni Telmex, ni Dish, ni televisora alguna han sido señaladas como agentes que marquen la pauta para determinar contra quien se falle, pues el responsable de esto será el Ifetel, quien hará el anuncio a mediados de marzo.

También, debido a que la Corte validó a este órgano para dictaminar sobre el asunto de la señal de televisión, los involucrados deberán esperar a que se dictamine el must carry  y must offer. En otras palabras, no queda más que esperar a que el instituto se tome su tiempo y cuales jueces dictaminen quien es el vencedor de la contienda, así como anunciar las calificaciones que se dieron en la lucha de titanes oligopólicos en la arena de este país.

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