México obtuvo en 2016 el lugar 55 en materia de lectura, de acuerdo con el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA por sus siglas en ingles) que integra la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Ciudad de México – El organismo internacional señala que el problema en rezago de hábitos de lectura es por el rezago de dos años de escolaridad, sobre todo en materias como lectura, matemáticas y ciencias.
Animal Político cita que a México le tomaría incluso 25 años alcanzar el promedio general de las 34 naciones que componen la OCDE, en matemáticas y más de 65 en cuanto a lectura.
De manera particular, el reporte PISA ejemplifica que Japón es uno de los diez mejores países posicionados, por lo que incluso uno de los estudiantes mexicanos con el más alto promedio apenas alcanzaría el promedio de uno de dicho país asiático.
Señala que 55 por ciento de los alumnos mexicanos no alcanza el nivel de competencia básico en matemáticas, para lectura es el 41 por ciento y de 47 por ciento para ciencias.
Los mejores países son Corea, Japón, Suiza, Holanda, Estonia, Finlandia, Canadá, Polonia, Bélgica y Alemania, sin embargo, México se ubica en último lugar entre los países de la OCDE y en el sitio 53 de entre los 65 países que participan en la prueba, superando a Montenegro, Uruguay, Costa Rica, Albania, Brasil, Argentina, Túnez, Jordania, Colombia, Qatar, Indonesia y Perú.
El medio cita además una marcada desigualdad en materia de enseñanza entre escuelas con mayores ventajas sociales y económicas que contrastan con las de menores ventajas o alejadas.
Cabe destacar que la prueba PISA indicó que el 90 por ciento de los jóvenes de 15 años están escolarizados en la mayoría de los países miembro, pero en México el índice es de menos de 70 por ciento.
En el caso particular de México, lo anterior no representa un grave problema pues al momento de la aplicación de la prueba de evaluación, el promedio no fue superior en escuelas privadas o escuelas de enseñanza pública, pues únicamente el 3.8 por ciento de los estudiantes logran sobreponerse a un contexto de desventaja social, contrastando con el promedio general de 6.5 por ciento de la OCDE.