Todos los artículos tienen ese toque sarcástico que caracterizaba al buen Ibargüengoitia. Los temas de sus relatos van desde aquellos que tienen que ver con la historia de nuestro país y sus personajes, apuntes sobre las costumbres y usos de nuestro pueblo, política, burocracia y educación, entre otros. Por la forma en que aborda cada uno de sus temas, es fácil darse cuenta de la atención que ponía en las situaciones que a diario vivía, su capacidad de análisis, y principalmente la forma tan desenfadada y descarada de burlarse de ellos.
Sin embargo, lo que más llama la atención es que cuando uno lee estos artículos, pareciera que en la mayoría de ellos está hablando de situaciones de reciente suceso. Como si Jorge aún viviera, y sobre todo en esta época. Y lo anterior me lleva a pensar: en más de 30 años, ¿México no ha cambiado nada? ¿Tan pasivos hemos permanecido que narraciones escritas hace más de 3 décadas, pueden considerarse actuales? ¿Estamos contentos con la forma de ser como pueblo?
Desde luego que seguramente si hemos cambiado, no podemos estar en una situación tan dramática; y sí efectivamente cambiamos y regresamos a lo mismo, reflexionemos sobre el porqué lo hicimos…y lo que tenemos por hacer.