Hace menos de una semana se llevaron a cabo los comicios en Chile para elegir nuevo presidente. Con un resultado aventajado, pero no suficiente, Michelle Bachelet es la virtual ganadora. Su triunfo será confirmado el próximo 15 de diciembre en la segunda vuelta, donde se enfrentará con Evelyn Mathei. No cabe la menor duda de que ella es la próxima presidente, pero ¿está lista para enfrentar los nuevos retos?
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El pasado 17 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones en Chile, la ganadora fue Michelle Bachelet (presidenta del periodo 2006-2010), resultado para todos previsibles, la candidata del partido de centro-izquierda. Nueva Mayoría rebasó a sus contrincantes con un 46.68%, sin embargo, este resultado fue insuficiente para declararla como presidenta. Por su parte, Evelyn Mathei fue la candidata que le siguió en números con un 25.1% de los votos, esto representa que ambas tendrán que volver a contender en la segunda vuelta que se efectuará el próximo 15 de diciembre.
Las elecciones se realizaron sin anomalía alguna, en ellas participaron un total de nueve partidos políticos. No obstante, pese a la ventaja de Bachelet y el porcentaje de los votos obtenidos, que muchos chilenos celebraron, cerca del 50% de los votantes prefirió abstener su voto, ¿por qué?
La institucionalidad de Chile se encuentra al margen de la Constitución que rigió la dictadura de Pinochet; incluso el partido al que representa la virtual ganadora ha reconocido en diversas ocasiones que dicha institucionalidad es injusta. La pregunta entonces es, ¿cómo pretenden hacer realidad sus promesas de campaña?
El año 2011 es crucial para entender la situación política, económica y social chilena y tener un acercamiento a las problemáticas que atraviesa este país. En ese año, dieron lugar manifestaciones masivas, la mayoría integrada por estudiantes, aunque con la participación de sectores como sindicatos, campesinos, amas de casa. El gobierno a cargo de Sebastian Piñeira respondió a las demandas de manera violenta, se suscitaron diversos tipos de represiones, y dos años después la situación no ha cambiado, salvo que al día de hoy, cuatro de los dirigentes de aquellas manifestaciones obtuvieron un lugar en el parlamento.
Es probable que muchos de los manifestantes esperen a que en 2014 la “Nueva Mayoría” haga algo al respecto, pero también es probable que muchos de los manifestantes sean parte de la mayoría que optó por la abstinencia. Si hay algo que ha quedado claro en este proceso electoral es que gran parte de los chilenos no ve las instituciones gubernamentales un referente político que los represente, y éste será uno de los muchos retos que enfrentará el gobierno entrante.
No cabe duda que el próximo 15 de diciembre, Michelle Bachelet será nombrada de manera oficial como presidenta de Chile, y a partir de marzo del próximo año estará ejerciendo el cargo; sin duda enfrentará problemas difíciles, puesto que a pesar de tener un discurso progresista se encontrará con las trabas en primer lugar de recibir la batuta de un gobierno de derecha, luego la polarización social y económica, ciudadanos que no creen en su sistema de gobierno, y carencias en muchos de los sectores públicos, como salud, educación y transporte. ¿Será capaz Michelle Bachelet y su Nueva Mayoría de revertir el modelo neoliberal que ha predominado en chile durante los últimos 20 años? O ¿por lo menos de sentar las bases para un posible cambio que satisfaga a los chilenos?