La migración animal, a pesar de ser una adaptación para la supervivencia de la especie, implica grandes riesgos que se complican aún más con el interferir del hombre.
Wyoming, EU.- La migración cumple distintas finalidades. Hay especies que lo hacen para alejarse de inviernos en extremo rigurosos o veranos tórridos; otros lo hacen buscando un lugar apropiado para su reproducción, o para huir de sus depredadores; otras especies lo hacen para procurarse alimentos.
La migración es un movimiento periódico de un animal del lugar donde ha estado viviendo a una nueva área y su subsecuente viaje de regreso a su hogar original. Cuando los animales migran es generalmente para encontrar comida o para encontrar un lugar apropiado para el desarrollo de las crías y generalmente coincide con el cambio de estación durante el año.
En general, para las especies animales, los patrones migratorios, con un riesgo indudable, representan mecanismos de supervivencia que han generado admiración en los seres humanos a lo largo de siglos.
Algunas especies viajan hacia el norte por el verano y hacia el sur durante el invierno, con el fin de encontrar mejores climas y comida más abundante. Otros animales viajan huyendo o buscando la lluvia, o en busca de zonas verdes con grandes pastizales.
Las migraciones animales son uno de los movimientos más increíbles de la naturaleza. El conocimiento de las rutas se transmite de generación en generación e implica muchísimos peligros y obstáculos como cruzar ríos, montañas y extensiones de tierra vastísimas. Incluso existen animales que tardan años en completar su ciclo migratorio
Algunos científicos consideran las migraciones animales como adaptaciones indispensables para la supervivencia.
Tal es el caso del venado bura o ciervo mulo, originario de América del Norte y que se encuentra en Canadá, Estados Unidos, México y Argentina, país donde fue introducido por el hombre.
Estos animales recorren una distancia de más de 240 kilómetros desde el Desierto Rojo hasta las montañas del noroeste, esto en el estado de Wyoming en Estados Unidos.
Los peligros que el venado bura tiene que vencer durante su migración se multiplican considerablemente si pensamos en las 3 carreteras, más de 100 cercas, múltiples ríos y reservas de tierra privada que tiene que cruzar. Eso sin contar la caza, sea furtiva o tolerada como deporte.
Estas grandes migraciones son indispensables para la supervivencia de muchas especies y se llevan acabo bajo nuestras narices; aún así parece no importarnos y no nos percatamos de ello.
Según Hall Sawyer, biólogo investigador estadounidense y que ha estudiado a esta especie durante 15 años, el proyecto que comenzó hace más de una década implicaba el análisis de la no migración del venado bura.
Al documentar la vida de este animal se sorprendió al ver con sus propios ojos los increíbles 240 kilómetros que recorrían año con año, y que cada vez se complica más debido a la indiferencia del hombre por las especies animales.
Con información de National Geographic (2014)