El momento mexicano es aquí y ahora. Hoy y no hace un año es el tiempo de México para ser atractivo en la agenda global por la plataforma de despegue económico, a partir de las reformas estructurales aprobadas el año pasado, que le dan un potencial mayor incluso al de las economías más desarrolladas.
Sin duda, México crecerá en 2014 más que los países industrializados, debido a la estabilidad fiscal y monetaria y, sobre todo, al intenso proceso de reformas alcanzado el año pasado. El gobierno de Enrique Peña Nieto trabaja para eliminar las barreras que limitan el potencial de México que lo puede llevar a estar dentro de las 10 principales economías del mundo en los próximos 15 años.
Hoy por hoy México es la segunda economía más grande de América Latina, la cuarta del continente y la 13 a escala mundial. Pero nunca como ahora se habían sentado las bases para alcanzar tasas de crecimiento económico cercanas a 5 por ciento de manera permanente, sólida y sostenida.
El paquete de reformas estructurales mejorará la competitividad de México y generará gran atractivo a nivel internacional. Para algunos analistas resulta absurdo que sólo dentro de México algunos grupos de izquierda radical y otros con claros manejos político-electorales distorsionan la visión de lo que se proyecta al mundo. Grupos adversos al gobierno no quieren ver las bondades que se observan desde ámbitos internacionales. El efecto de las reformas fiscal, laboral, educativa, energética y de telecomunicaciones dará resultados positivos e importantes en la mejora de la competitividad nacional.
México está en el camino del crecimiento económico sostenido en el largo plazo. Y para lograrlo se han cambiado las reglas del juego en aspectos cruciales de la vida económica, social y política y se han trastocado los intereses de los grupos reales de poder y de la gran oligarquía nacional para generar mayor competencia interna, elevar la productividad nacional y alcanzar mayor competitividad en el concierto global.
Este panorama optimista ha generado ya una expectativa de mayor flujo de inversiones privados tanto nacional como extranjero que validará un círculo virtuoso de mayor crecimiento, empleo, consumo y a su vez mayores oportunidades de inversión.
Sin embargo, se requieren dos requisitos previos: primero la aprobación de las leyes secundarias (alrededor de 40), preponderantemente las de telecomunicaciones y energética; y avanzar en un ambiente de mayor seguridad, sobre todo en regiones como Michoacán, Guerrero y Tamaulipas. Todo para generar un clima de mayor certidumbre para la inversión y el desarrollo.
Un impulso adicional al aumento del producto interno bruto nacional será la economía de Estados Unidos, cuyo crecimiento se anticipa en casi 2.6 por ciento para este año, lo que contribuirá a validar el ambiente optimista y el circulo vicioso de la economía mexicana.