24 mil millones de dólares de inversión extranjera directa (IED), habla de la capacidad económica del país y sobre todo de las expectativas optimistas que hay sobre el futuro de nuestra nación.
Ciudad de México.- La inversión privada es una variable importante que debe monitorearse permanentemente para determinar el nivel de confianza y las posibilidades reales de crecimiento que tiene un país. La inversión privada debe cuidarse y estimularse porque es una manera sana de financiar el crecimiento de la economía.
Por ello resulta alentador el dato oficial de que en el primer semestre de este año ingresaron a México casi 24 mil millones de dólares de inversión extranjera directa (IED), un monto histórico que habla de la capacidad económica del país y sobre todo de las expectativas optimistas que hay sobre el futuro de nuestra nación. Más aún la estimación conservadora es que para todo este año se espera una IED cercana a los 35 mil millones de dólares.
Si a estas cifras se agregan las importaciones de maquinaria y equipo que implican, se pueden anticipar mayores tasas de crecimiento para la economía mexicana. El efecto de estas inversiones tardan alrededor de 18 meses para reflejarse totalmente en el incremento real del producto interno bruto. Así, parece lógico anticipar una tasa de crecimiento de la economía cercana a 4% en diciembre del próximo año y razonable la estimación oficial de aumento del PIB para el 2014 de 3.9%.
En este contexto cobra mayor relevancia el proceso de reformas estructurales que lleva a cabo la administración del presidente Enrique Peña Nieto a través del Pacto por México y la negociación con las principales fuerzas políticas nacionales (PRI, PAN y PRD) y los coordinadores de las fracciones parlamentarias en el Congreso de la Unión.
Sin duda alguna con las reformas educativa, financiera, de telecomunicaciones y competencia económica, energética y hacendaria, entre otras se busca darle un mejor marco al desarrollo del país y entrar en un círculo virtuoso que siga alentando la inversión privada para financiar tasas de crecimiento sostenidas de 5 por ciento al finalizar la actual administración gubernamental.
Así, el momento mexicano se mantiene latente porque el proceso de reformas estructurales que se lleva a cabo en México es el principal atractivo para la inversión privada nacional y extranjera. Esta misma semana en la Cámara de Diputados se dictaminará y aprobará la reforma hacendaria con las modificaciones realizadas y pactadas con los diversos partidos políticos y antes del 21 del presente mes se enviará al Senado de la República para su discusión, análisis y eventualk aprobación.
Todo este proceso hace que a pesar de la desaceleración económica registrada este año (1.5 por ciento) y la inseguridad que prevalece en algunas regiones del país, México se mantenga como uno de los principales focos de atención e interés para la inversión privada. De hecho, es el séptimo destino más atractivo para invertir en los próximos años de acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Hay crecientes presiones en puerta para encarecer el costo político del proceso transformador y reformador del gobierno de Peña Nieto, pero nada que no pueda resolverse y mantenerse bajo control.