Elementos como la falta de planeación, corrupción en el cambio de uso de suelo y una política de la vivienda desvinculada, han sido factores que han provocado un crecimiento desmedido e irregular de Morelia.
Morelia, Michoacán.- En el Distrito Federal fenómenos como el crecimiento de la mancha urbana, es un fenómeno que también ocurre en otras capitales como la de Michoacán, en donde medios locales han dado cuenta de que el crecimiento desmedido y desordenado de Morelia, ha hecho que en los últimos años la mancha urbana se desbordara en una proporción diez veces del territorio que tenía en 1990. En aquel año la capital michoacana contaba con dos mil hectáreas. Ahora, la superficie habitada es de 20 mil hectáreas.
De acuerdo a encuentros que autoridades de la presidencia municipal de Morelia han tenido de la mano del gobierno estatal con integrantes del Consejo Consultivo del Instituto Municipal de Planeación (Implan), donde se encuentran 30 especialistas en desarrollo, arquitectura, movilidad, vivienda y políticas de urbanismo, la falta de planeación, corrupción en el cambio de uso de suelo y una política de la vivienda desvinculada han sido al menos tres de los factores que provocaron en Morelia la expansión de las llamadas “ciudades dormitorio”, áreas conurbadas donde sus habitantes habitan por la noche y fines de semana cuando no se encuentran trabajando.
“Una ciudad mal planeada obliga a sus habitantes a vivir lejos de los servicios básicos”, dijo Alfredo Castillo (comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán), quien criticó que la distancia representa exclusión, violencia e inseguridad; así como encarecimiento de los servicios, recursos que podrían ser utilizados en otras obras.
“Si los planes de crecimiento y sustentabilidad no pasan por manos de los expertos, el desarrollo será parcial; organismos como éste se tienen que replicar en otras entidades”, alertó el comisionado.
De acuerdo a Castillo Cervantes, fue responsabilidad de las anteriores administraciones, quienes debido a que abarataron el cambio de uso de suelo se expuso a familias a las consecuencias de las lluvias y terremotos, los cuales dijo, han demostrado la mala planeación de estas áreas.
“El modelo de producción de vivienda siguió la política de suelo barato alejado de los centros urbanos y generó que la infraestructura sea insuficiente como la distribución de agua. La población gasta el 50 por ciento de sus ingresos en transporte y con ello ha crecido el efecto invernadero”, comentó Luis Fernando Morelos (representante de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano -Sedatu-).
El funcionario aseguró que el 87 por ciento de la población del país vive en zonas urbanas, donde no encuentran atención a sus necesidades. “Las ciudades mexicanas son ciudades enfermas”, advirtió, debido a las políticas de vivienda, cuyos cimientos han sido la entrega indiscriminada de créditos.