La Ciudad de México tiene un nuevo museo, el Museo Jumex, que promete ser uno de los mejores recintos que albergará arte contemporáneo a nivel nacional e internacional, exponiendo artistas de renombre y abriendo puertas al público conocedor y al que no lo es tanto.
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Después de meses de espera e incertidumbre de saber si la Fundación Jumex abriría un Museo en el D.F. o Ecatepec, pues en éste último se encuentra la biblioteca del fabricante de jugos y cuenta con una galería de arte, por fin la Ciudad de México vio nacer uno de los museos de arte contemporáneo mejor planeado, y a decir de los organizadores y director de Fundación Jumex Arte Contemporáneo, Patrick Charpenel, y con esencia de primer mundo.
El Museo Jumex, que abrirá sus puertas al público el 19 de noviembre de 2013 y cuenta con una superficie de 1,600 m2 de arte, fue diseñado por el arquitecto británico David Chipperfield y contará con un acervo de más de 2 mil 600 piezas para que los espectadores puedan apreciarlas, además de disponer de un “laboratorio de experiencias centro de educación y acción muy activa”, como lo mencionó el director de la Fundación.
El edificio cuanta con las Galerías 2 y 3, destinadas únicamente a la exhibición de obras de arte; un nivel para actividades educativas y académicas; la planta baja que contendrá el lobby, taquilla, cafetería y el patio del museo; y finalmente una planta subterránea que alojará la tienda del museo y las oficinas para el personal de la institución.
La Galería 3 guarda la colección Un lugar en dos dimensiones: una selección de Colección Jumex + Fred Sandback, la cual muestra piezas absurdas, surrealistas, que juegan con la imaginación de los espectadores y con dimensiones. Algunas de las piezas pueden ser manipuladas por los espectadores, y hacer que ellos mismos sean partícipes de la creación del arte.
Flores, archiveros, mesas de billar, hilos, fotografías, bicicletas son algunas de las obras que esta sala mostrará a los asistentes.
Por su parte, en la Galería 2 se exhibe el exquisito trabajo de uno de los artistas contemporáneos más adelantados a su época, James Lee Byars, quien a pesar de que vivió en los años 50, hizo del arte su vida, desarrollando locuras, innovando y apostando por la tecnología y los medios de comunicación. Su vida fue un performance, hasta su muerte en 1997.
James Lee Byars: ½ an Autobiography, según sus curadores Magalí Arriola y Peter Eleey, es primera muestra exhaustiva del trabajo de esta artista, organizada por un museo en Norteamérica desde su muerte. La exposición se enfoca en revelar la naturaleza efímera e intangible de buena parte del trabajo de Byars, al tiempo que subraya el carácter necesariamente incompleto de cualquier exhibición que busque resumir la vida y obra de un artista.
A la par de la apertura del Museo, se presentó el proyecto editorial Las ideas de Gamboa de Mauricio Marcin. Quien recibió la invitación para recopilar los textos de Fernando Gamboa, quien es considerado por Octavio Paz como el fundador de la museografía mexicana, moción que pone a discusión Marcin en el texto, que también incluye textos de Alfonso Reyes, Michel Onfray y Carlos Molina entre otros.
A partir del estudio de cuatro casos específicos en la carrera de Gamboa, se muestra la innegable influencia del promotor cultural para propiciar la profesionalización de la actividad museográfica en México.
Una de las piezas más interesantes del museo, por ser meramente mexicana, es la Cosmogonía doméstica de Damián Ortega, curada por Rosario Nadal.
Después de años de no exponer en México, Damián nunca tuvo las circunstancias propicias para poder mostrar el trabajo que ha realizado fuera del país y ahora trata de hacer partícipe a los espectadores, ya que sus piezas se expondrán en el patio del Museo.
El movimiento Cosmogonía doméstica es efímero, ya que busca interacción de la escultura pública la resistencia de los materiales, con la permanencia, el desgaste del clima y el tránsito de la gente.
Es lo que le interesa al mexicano, “jugar con la fragilidad, con una actitud efímera, con una relación de transito de fluido que tuviera una relación con el espacio pero siempre atreves de una escala humana”.
Para el artista contemporáneo este fue un gran acercamiento a México y al público exigente, pues tenía ya la inquietud de traer cosas que lo enriquecen “cosas que me gustan, que me gusta trabajar y exponer. Me gusta la relación que puede haber en cuanto a los lectores, a los visitantes que puede tener una obra mía. Creo que los lecturas van a ser muy ricas muy variadas, diversas y excéntricas y me interesa mucho eso, lo disfruto. Es un placer más que un reto o una obligación”.
Sin dudarlo uno de los Museos que promete traer las mejores exposiciones al país y uno de los recintos arquitectónicos con tecnología, vanguardia y sutileza de la Ciudad de México.