Las nuevas etiquetas alertarán a los consumidores del riesgo de consumir altos índices de azúcares presentes en todos los alimentos procesados, incluyendo los azúcares añadidos.
Ciudad de México.- La Secretaría de Salud (SSA) descartó riesgos por el nuevo etiquetado en el que se incluye el total de azúcares en bebidas no alcohólicas y alimentos procesados. La nueva regla busca dar la información adecuada en base al contenido nutrimental para lograr que los consumidores tomen las mejores decisiones alimentarias y de esa forma prevenir la obesidad y la diabetes.
La SSA, a través de la Comisión Federal para la protección contra riesgos sanitarios (COFEPRIS) regula a todos los alimentos y bebidas procesadas, mismas que pueden contener azúcares provenientes de dos fuentes:
1.- Azúcares naturales: tal es el caso de jugos, yogures con fruta, néctares y en general cualquier producto que en su elaboración contenga fruta natural.
2.- Azúcares añadidos: refrescos, caramelos, pastelitos y chocolates.
El nuevo etiquetado contempla las dos fuentes de azúcares para incluir a todos los alimentos y bebidas reguladas por la COFEPRIS, para lo cual se establece un parámetro que contempla a las azúcares totales contenidas en el producto.
La expresión de kilocalorías de azúcares incluida en la reforma no constituye una recomendación de consumo de 360 kilocalorías provenientes de azúcares añadidos, toda vez que este parámetro sirve sólo como una referencia máxima de ingesta diaria de azúcares totales. Cabe aclarar que dentro de las 360 kcal se incluyen las 200 kcal de azúcares añadidos.
Respecto de los azúcares añadidos, si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo máximo de 200 kcal, la reforma va más allá al tomar en cuenta los azúcares totales. Limitar la reforma del etiquetado a los azúcares añadidos a un producto -y no a los azúcares totales como se plantea- equivaldría a dejar fuera de la regulación sanitaria a muchos productos con alto valor calórico, como jugos y yogures.
Es decir, las nuevas etiquetas alertarán a los consumidores del riesgo de consumir altos índices de azúcares presentes en todos los alimentos procesados, incluyendo los azúcares añadidos. En tal sentido, desde que el proyecto se sometió a consulta pública, el parámetro fue de 360 kilocalorías sin que se recibieran objeciones por esta vía.
El etiquetado frontal será por primera vez obligatorio para todos los productos y se apega a las mejores prácticas internacionales y a la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes.
El nuevo etiquetado, fue sometido al proceso de consulta pública previsto en el artículo 69-H de la Ley Federal del Procedimiento Administrativo durante el mes de septiembre de 2013, siendo avalado por el Instituto Nacional de Salud Pública, La Academia Nacional de Medicina y la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMER), que en su proceso convoca a todos los sectores involucrados.
Las nuevas etiquetas, le dan más poder al consumidor ya que le dirán cuanta azúcar, grasa y sal contiene el producto que está consumiendo, así como el porcentaje de kilocalorías que representa en su ingesta diaria, haciéndolo mas claro y fácil de entender que es lo que consume.