En memoria del fotoperiodista Rubén Espinosa (1983 – 2015)
Ciudad de México .-Y ahí estaba yo, esperando como cualquier día la publicación de uno de mis artículos, de pronto sonó el teléfono. Era raro que me buscaran con tanta impaciencia. Me dirigí a la oficina de la jefa de redacción, toqué la puerta y al grito de “¡pasa!” entré y dije:
– ¿Quería verme?
– Sí, toma asiento por favor. He revisado uno de tus artículos y vi que has escrito algunas cosas que tenemos que modificar. Me parece que no has entendido muy bien cómo escribimos aquí.
– Creo que soy muy quejumbroso y hago críticas muy duras sobre política y gobierno y sobre cómo…
– ¡Detente ahí! Tú sabes que nuestra publicación es muy imparcial y antes que nada nuestra labor es informar.
– Disculpe el atrevimiento por lo que voy a decir pero, yo no puedo escribir sin criticar, ese es mi estilo y así siempre he trabajado.
– Lo sé, pero te tienes que ajustar a nuestra línea editorial y a nuestra manera de dar las noticias.
– Y entonces ¿qué espera de mí, acaso quiere que mire hacia otro lado, o que calle y no denuncie las atrocidades que estamos viviendo? ¡Esa es mi labor como periodista!
Hubo un silencio incómodo, creí perder mi trabajo y cuando vi que lo peor se acercaba, la jefa de redacción se paró de su lugar, se quitó sus anteojos, puso las manos sobre su escritorio y me dijo:
– ¿Sabes que, eres una de las personas más difíciles con las que he trabajado?
Y agregó:
– Pero, si dejo que te vayas… sería uno de los errores más grandes que pudiera cometer en mi vida profesional.
Al principio me sentí muy confundido por ese comentario, después comprendí que lo que había cometido era un error de forma, no de fondo y reconfirmé lo que ya sabía:
Nuestra labor como periodistas no sólo es informar, sino también denunciar y ello no sólo está permitido, sino que es necesario, aunque en ocasiones haya que hacerlo con cierta sutileza.
INFORMAR..el periodista no es un chismoso,soplon o sapo.