La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), llevó a cabo la mesa redonda Trabajo y Mercado Laboral en México. Cambios y Continuidades, del ciclo Temas Actuales de la Sociedad Mexicana, en la que se abordó el tema de la inserción laboral.
Ciudad de México.- Las posibilidades de ingresar en condiciones adecuadas al mercado laboral son cada vez más reducidas. Actualmente, los jóvenes tienen menos oportunidades de insertarse en puestos de calidad que los de generaciones anteriores, según los estándares de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), advirtió Fiorella Mancini, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
“Está demostrado que las posibilidades de colocarse en plazas de calidad a lo largo de la trayectoria laboral depende de las características del primer empleo”, sostuvo en la Casa Universitaria del Libro, en ocasión del Día del Trabajo, que se conmemora este 1 de mayo.
Las probabilidades se han reducido por el deterioro de las condiciones, los salarios, las prestaciones y por el aumento del trabajo informal. Estos cambios perjudican en especial a los jóvenes, reiteró en la charla La dificultad de ser un recién llegado al mercado de trabajo.
Esto acentúa la polarización y desigualdad social, más allá de los procesos de precarización e informalidad de la economía. La dificultad de ingreso es un problema estructural y no coyuntural que pueda resolverse con la superación de una crisis, estableció.
En su oportunidad, Luciana Gandini, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de esta casa de estudios, indicó que las posibilidades de encontrar un empleo de calidad se reducen aún más para los mexicanos que vuelven al país después de ser deportados de Estados Unidos, al rebasar los 30 años y tener una preparación académica más alta.
La reinserción laboral de los retornados, en su mayoría entre los 30 y 44 años, es más complicada al pagar el costo de salir del país y entrar por primera vez a nuestro mercado laboral.
Mauricio Padrón Innamorato, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), aseveró que es necesario conciliar los ámbitos familiar y laboral a partir del tiempo que dedican mujeres y hombres a cada una de sus responsabilidades en el hogar y el trabajo.
Las tensiones derivadas de las horas de trabajo no remuneradas refuerzan las desigualdades sociales, económicas y de género y reproducen condiciones de vulnerabilidad, discriminación y exclusión. Para evitar las amenazas a la cohesión social se requieren políticas con enfoque de derechos humanos que respondan a las necesidades de conciliar el ámbito familiar con el trabajo, concluyó.