Las decisiones de Trump y los problemas de la eurozona, como el Brexit, podrían marcar la agenda económica y política de 2017.
Ciudad de México.- Con el inicio del 2017 a la vuelta de la esquina, analistas expertos y economistas han comenzado a hacer sus predicciones de lo que podría vivirse el próximo año en la agenda económica a nivel mundial.
Acontecimientos como la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, el surgimiento de movimientos de izquierdas y derechas nacionalistas, así como el naciente rechazo a la globalización serán eventos que marcarán el curso de la economía global.
La elección de Trump a la Casa Blanca será un factor determinante en varias de las notas que podrían volverse relevantes el próximo año.
Las amenazas de terminar con varios acuerdos de libre comercio, así como de implementar medidas que cerquen y modifiquen el comercio global, podrían originar turbulencias en varias esferas económicas.
Sus polémicas propuestas sólo reflejan el sentir de millones de personas que no se han visto incluidas ni beneficiadas por el proceso de globalización iniciado, particularmente, 35 años atrás. Las decisiones que ha prometido llevar a cabo están enmarcadas en el proteccionismo comercial y el nacionalismo económico.
Los estímulos fiscales y el elevado rendimiento en los bonos gubernamentales estadounidenses, derivado de las alzas en las tasa de interés de referencia por parte de la Reserva Federal, tendrá un efecto directo en las economías de países emergentes.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta un crecimiento mundial del 3.4% para 2017, cifra superior a la proyectada para este año.
Por un lado, esto pronostica un mejor desempeño de la economía norteamericana, pero también significa un bajo crecimiento para los países en vías de desarrollo que verán reducidos los montos de inversión extranjera, redirigida a mercados desarrollados.
En los mercados emergentes, la perspectiva parece ser mejor que la de este año, aun frente a la perturbación en los mercados financieros, con expectativas a que el precio de materias primas e insumos primarios siga en aumento, como el petróleo, y a una posición generalizada de baja deuda.
La Unión Europea podría sufrir grandes cambios en 2017. Con el sorpresivo voto a favor del Brexit, y el rechazo al referéndum de modificación constitucional en Italia, los grupos de extrema derecha europeos asomaron la cabeza. El FMI proyecta un crecimiento de la eurozona en 1.4% para el próximo año, reduciendo su anterior estimación en 0.2 puntos porcentuales.
La situación de Grecia expresa también el sentimiento de desconfianza que la población mantiene respecto a organismos financieros internacionales, y su preferencia por medidas nacionalistas.
Tras la crisis en la que el país se encuentra sumergido el país, la población se decantó por resolver el problema desde el interior y sin recurrir a la asistencia internacional, al contrario de las medidas finalmente adoptadas por Alexis Tsipras.
El próximo año Francia elegirá presidente, en Alemania se votará un nuevo parlamento, y en los Países Bajos habrán elecciones generales, y los movimientos nacionalistas de ultraderecha podrían tomar un papel importante, añadiendo tensión a la ya debilitada eurozona.
La Unión Europea sufre problemas de enormes disparidades entre sus miembros, mismas que han sido aprovechados por partidos radicales que cobijan el sentir de las clases menos beneficiadas por la apertura comercial.
En el continente asiático, de China se espera un crecimiento a la baja después de la paulatina eliminación de apoyos gubernamentales a la industria, en su lenta transición a economía de mercado, por lo que crecerían a niveles post crisis de 2008.
Aún con esto, las expectativas generales son de incertidumbre, incluso geopolítica. Con la guerra en Siria sobre la mesa, las principales potencias económicas del mundo se han alineado de acuerdo a sus intereses, acrecentando las tensiones políticas a nivel mundial.