¿Qué está pasando en la UNAM? El ABC de la protesta estudiantil

El ataque porril de este lunes fue el punto álgido de un conflicto que se ha venido gestando desde hace semanas, pero tras la brutal agresión, todavía persisten las dudas sobre quién o quiénes están detrás de estos ataques.

En los últimos días, imágenes y vídeos de los enfrentamientos en Ciudad Universitaria han circulado con fuerza en redes sociales y medios de comunicación. En los mismos, se puede observar la violencia de un grupo de entre 40 y 60 porros que agredieron con suma violencia a jóvenes estudiantes de nivel bachillerato de la UNAM que exigían mayor seguridad en sus planteles.

Los estudiantes agredidos este lunes eran, en su mayoría, alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) que, apoyados por compañeros de otros CCHs y Prepas, marchaban hasta las inmediaciones de Rectoría en CU.

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Las imágenes difundidas muestran el punto álgido de un conflicto que, sin embargo, se ha venido gestando desde hace semanas, pero tras la brutal agresión de parte de grupos porriles, todavía persisten las dudas sobre quién o quiénes están detrás de estas agresiones.

El origen del descontento

La inconformidad de los alumnos del CCH Azcapotzalco se ha manifestado desde días antes del inicio del ciclo escolar. A finales de julio, redes sociales de la institución de bachillerato se quejaron de que la nueva directora del Colegio, Guadalupe Márquez Cárdenas, insistió en que se borraran los murales de la escuela.

Los jóvenes argumentaban que Cárdenas, nueva directora desde diciembre de 2017, no permitía la libre expresión ni la difusión cultural. No fue la única inconformidad que manifestaron. El 3 de agosto se tenían que subir a la página del CCH Azcapotzalco los horarios del ciclo escolar, pero los horarios fueron publicados hasta el cinco de agosto, sólo un día antes de iniciar clases.

Esto provocó la formación de grupos saturados de hasta 60 alumnos y de otros con sólo 12, lo que también concitó la molestia de los profesores. Hubo otras medidas que la directora pretendía tomar, como la eliminación de los cursos sabatinos.

El día 23 de agosto se convocó a una asamblea estudiantil en la que se redactó un pliego petitorio en el que se pedía:

-Esclarecimiento del presupuesto escolar

-Restauración del acervo mural del colegio y permiso para la creación de nuevos murales por parte de alumnos

-Asignación de profesores y horarios

-Castigo a profesores y administración abusivos y deficientes

El día 27, luego de que la directora no se presentará al diálogo con estudiantes y al no haber resolución al pliego petitorio, los jóvenes tomaron las instalaciones del plantel. Un día después, durante otra asamblea, un grupo de encapuchados irrumpió el evento para golpear e intimidar a los jóvenes, no obstante, el paro continuó hasta que el 31 de agosto, el CCH informó que el rector, Enrique Graue Wiechers, aceptaba la renuncia de la directora Guadalupe Márquez.

El feminicidio de Miranda

El 1 de agosto, las autoridades dieron a conocer que Miranda Mendoza Flores, estudiante de 18 años del Colegio de Ciencias y Humanidades Oriente, había sido asesinada. La joven fue vista por última vez el día 20, cuando salió de la escuela, pero nunca llegó a su casa.

La familia de la joven, habitantes de Los Reyes La Paz, recibieron una llamada en donde se les exigía 5 millones de pesos para liberarla, pero nunca se logró concretar la negociación. Un día después, el 21 de agosto, la Policía Federal encontró el cuerpo desnudo y calcinado de una mujer en el Municipio de Cocotitlán, Estado de México.

Los exámenes genéticos confirmaron, días más tarde, que se trataba de Miranda.

La violencia en CU

Ante el asesinato de su compañera, estudiantes del CCH Oriente convocaron en redes sociales a una protesta en CU, esta marcha iba acompañar a la movilización de CCH Azcapotzalco el 3 de septiembre. A la marcha se unieron también alumnos de las Preparatorias 5, 6 y 8.

Justo cuando extendían su pliego petitorio en Rectoría de CU, un grupo de entre 40 y 60 porros, vestidos con jerseys de fútbol americano que los identificaban como supuestos alumnos de CCH, atacaron con piedras, cohetones, bombas molotov y cuchillos a los manifestantes.

Los elementos de Auxilio Unam no intervinieron en ningún momento, pero imágenes y vídeos captados por los testigos dieron cuenta de la violencia con que golpearon a los estudiantes que se manifestaban pacíficamente.

El enfrentamiento dejó al menos seis estudiantes heridos, dos de ellos de gravedad. Como resultado de estas agresiones, hasta el momento, 33 planteles educativos de la UNAM se han unido en un paro de actividades y la exigencia de la expulsión de porros de la Universidad.

La respuesta de la UNAM

El día de ayer, el rector Enrique Graue dio a conocer que se han identificado a los grupos porriles que agredieron a los jóvenes universitarios, que ya presentó las denuncias correspondientes ante las autoridades y que firmó la expulsión definitiva de 18 estudiantes, las cuales espera sean ratificadas por el Tribunal Universitario.

A través de un comunicado, la universidad precisó que entre los agresores se encuentran los grupos conocidos como “Treinta y dos”, del CCH Azcapotzalco; “3 de marzo”, del CCH Vallejo; la “Federación de Estudiantes de Naucalpan”, y otras organizaciones “de vándalos”.

“Grupos de provocadores que obedecen a intereses ajenos a la Universidad y que, evidentemente, pretenden desestabilizarla creando un clima de inseguridad e incertidumbre”, se lee en el comunicado.

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Nydia Egremy

Excelente trabajo de síntesis del problema. Un verdadero ABC.

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