RESUMEN. El presente artículo no pretende hacer un análisis de la Reforma Hacendaria evaluando las medidas fiscales propuestas, sino explicar el propósito general de la Reforma. Para entenderlo, y partiendo de la base de que el objetivo de la política económica es procurar el crecimiento, es necesario ligarlo con la Reforma Financiera y Energética. Tal como se describe a continuación, la estrategia es impulsar la economía en 2014 a través de un mayor déficit fiscal, para posteriormente reducirlo año con año y permitir que la inversión pública y privada compensen la disminución del gasto público. De esta manera, según el modelo propuesto, la economía lograría un crecimiento mayor al inercial, de 0.8% en 2015 y de 1.8% en 2018, al finalizar el sexenio actual.
I. ¿POR QUÉ LA REFORMA HACENDARIA?
De acuerdo con la información proporcionada por la OCDE, de sus países miembros, citada en el documento de propuesta de Reforma Hacendaria, México tiene uno de los menores índices de recaudación tributaria (13.7% del PIB vs. 18.4 para América Latina y 26.3% para los países de la OCDE. Para allegarse de mayores recursos, el Gobierno Federal en México requiere que éstos sean complementados con el valor de las exportaciones petroleras, para que de esa manera sus ingresos lleguen a 23% del PIB.
En síntesis, México requiere de una Reforma Hacendaria por dos razones:
- Para que sea incrementada la captación tributaria
- Para que las exportaciones de petróleo dejen de ser el recurso que compense la falta de recaudación tributaria, lo que da lugar a que dichos ingresos se traduzcan, en su mayor parte, en gasto público y no en inversión en infraestructura.
Consecuentemente, además de la Reforma Hacendaria se requiere de la Reforma Energética para aumentar la inversión en este sector, en especial, relacionado con Pemex. Esto con el objeto de elevar la producción de crudo, derivados y petroquímicos, pero una parte esencial de esta estrategia es contar con inversión privada para poder llevarlo a cabo en lugar de hacerlo con recursos tributarios.
II. LA ESTRATEGIA DE CRECIMIENTO Y SU FINANCIAMIENTO
El modelo de desarrollo propuesto considera como meta el crecimiento económico a través de elevar la inversión respecto del PIB. La inversión deberá realizarse a través de una combinación de factores que permitan que los recursos fluyan hacia el inversionista en un ambiente propicio para detonar los proyectos. De esta manera se tendrá que:
- La inversión privada será apoyada con la Reforma Financiera para elevar el crédito respecto del PIB.
- La inversión pública será facilitada con la Reforma Fiscal a través de la captación de mayores recursos, que se estiman lleguen a 1.4% del PIB.
- La inversión en energía será detonada al flexibilizar la participación del sector privado, nacional y extranjero en este sector.
Dentro de esta estrategia que tiene como propósito elevar el nivel de inversión, la política fiscal juega un papel muy importante. Para 2014 se proyecta un déficit fiscal del 1.5% para impulsar el crecimiento. Posteriormente, se proyecta que decline anualmente en 0.5% hasta llegar a eliminarse en 2017, pero que sea la inversión pública y privada la que dinamice el crecimiento de la economía y compense con creces la reducción en el déficit público.
III. EL EFECTO DE LAS REFORMAS ESTRUCTURALES EN LA ECONOMÍA
Las reformas estructurales mencionadas tienen como propósito elevar el nivel de crecimiento de la economía. En la gráfica siguiente se observa en rojo el crecimiento inercial previsto en el documento de la propuesta de Reforma Hacendaria que ronda alrededor del 3.5%. Sin embargo, las estimaciones oficiales proyectan que con las reformas estructurales la economía podrá crecer en 4.7% en 2015, casi un punto porcentual más que su tendencia inercial. Para 2018, la brecha sería de 1.8%, llegando el crecimiento a 5.3%.
CONCLUSIÓN. No cabe duda de la necesidad de llevar a cabo las tres reformas señaladas (Financiera, Energética y Fiscal) para detonar el crecimiento a través de una mayor inversión en el país. Sin embargo, estas reformas reciben oposición de quienes se ven afectados por ellas o que por motivos políticos las rechazan.
En cuanto a la Reforma Hacendaria, es clara la dificultad de presentar un paquete de medidas que puedan ser instrumentadas con popularidad. Vale la pena mencionar que México no tiene las tasas impositivas más bajas de los países presentados en el primer apartado y, sin embargo, sí la menor recaudación. Ello quiere decir que la estructura tributaria en el país está mal diseñada y operada. No obstante, existe una clara estrategia en la presente iniciativa de Reforma Hacendaria, que es la de eliminar las múltiples excepciones a la aplicación de la reglamentación tributaria. Por otra parte, le queda claro a la administración actual que la inversión se captará por las ventajas que ofrece México a los inversionistas, por su tamaño de mercado interno, entre otros, y que no necesita ser un paraíso fiscal para atraerlos.