¿Qué pasa en Tlalpan?

Hace unos días, en la puerta de la Escuela Bartolome Cossio, a la hora en que los alumnos de primaria y preescolar se retiran, un individuo armado intento asaltar a un padre de familia, blandió el arma, disparó al suelo, siguió al padre y dio unos pasos dentro del plantel. Otro padre, David, estaba por salir de la escuela con sus dos hijos pequeños, ellos se abrazaron a sus piernas, vieron al sujeto con la pistola y oyeron el disparo. Los demás pequeños se tiraron al suelo y el terror cundió.

La detonación se escuchó en toda la escuela, los niños y las niñas preguntan qué pasó, alguna madre les dice que el estruendo fue de una llanta de un camión que explotó. Recojo a mi hijo de cuatro años y me dice que no debe estar cerca de la salida porque un día una llanta de camión se salió y entró en la escuela.

Entre tratar de contar la realidad y mantener la idea de que “la vida es bella”, los niños viven en la confusión en un país que se sume en el caos y que no encuentra la manera de acabar con la ineptitud y corrupción de sus políticos, principio básico para combatir la violencia.

La Escuela Manuel Bartolome Cossio tiene 47 años de existencia, una escuela con preescolar y primaria, como lo dice su fundadora: “negada a crecer, a ser un negocio sin control, sin proyecto”, pionera en México de la metodología de Célestin Freinet, una escuela de clase media, que a pesar de la gran demanda mantiene sus cuotas razonables. Los alumnos de esta escuela se encuentran entre los que más han sido seleccionados para la preparatoria internacional, una beca para estudiar en el extranjero que tiene uno de los procesos de selección más difíciles; niños saliendo de secundaria que son entrevistados por directivos de instituciones académicas y diplomáticos, entre otros.

La violencia alrededor de la escuela se ha incrementado en los últimos años. Hace menos de un año, un par de individuos, en la esquina de la escuela, intentaron secuestrar a un padre de un alumno de primero de primaria. Fernando quedó tirado con un balazo en el abdomen a las afueras del plantel. Patrullas llegaron y no lo podían levantar para llevarlo al hospital, lo tienen prohibido. La ambulancia tardó más de 20 minutos. Fernando, por suerte, se salvó. Los niños de la escuela, y los compañeros de Demetrio, hijo de Fernando, preguntaban que había pasado. Mi hijo de seis años, uno de ellos, en la noche pregunta si los ladrones se pueden meter por la ventana de la casa. El de cuatro años me interroga si los malos siempre van a existir.

Nuestra familia no ha estado a salvo, hace dos meses nos robaron el auto, un tsuru. Menos de tres semanas después, se robaron otro auto de otro padre de familia, Ricardo, del mismo grupo de primero de primaria, otro tsuru. El mismo día intentaron robar otro auto de otra familia del mismo grupo. Todo ha ocurrido ahí, alrededor y enfrente de la escuela, en la colonia Toriello Guerra entre la avenida San Fernando y la Renato Leduc, en Tlalpan. En un mismo grupo hemos tenido, en menos de un año, un padre baleado, dos autos robados y el intento de robo de un auto más.

El auto de Ricardo lo robaron mientras con un grupo de padres y madres de familia levantaba el altar de muertos de la escuela dedicado al Negro Ojeda y Eugenio Toussaint, que estuvieron, en algún momento de su vida, ligados a la Bartolo. Por ahí, una foto de Miguel Ángel Granados Chapa y otra de Rita Guerrero acompañaron la ofrenda. El Día de Muertos habla de la escuela: con la presencia de la familia de Eugenio y el Negro, con los alumnos presentes, los maestros y la directora, un grupo de padres cantaba coplas a los muertos. Se les recordó y entre cantos los niños pasaron a ver la ofrenda donde se encontraban diversos objetos que ellos habían elaborado para ella.

Ahora, estamos recabando información de lo que le ha pasado a los padres de familia de los demás grupos. Juntamos las actas de denuncia que se han levantado y que no han llevado a nada. Eso sí, las grúas no dejan de pasar y son muy ágiles en levantar los autos que se estacionan en un área que no estorba a la circulación. Lo más que ha hecho la delegación, cuando ocurren estos “eventos”, envía un par de policías que están ahí un par de semanas y después se van, o desaparecen cuando los eventos ocurren.

Indagando qué pasa en la delegación Tlalpan, todo indica que el crimen se ha agudizado en esta demarcación durante la actual administración. Leoluca Orlando, ex alcalde de Palermo y una de las máximas autoridades en combate al crimen organizado, ha advertido que si el crimen organizado se extiende en la Ciudad de México será el desastre y acabará con la democracia en el país, metiendo al país en una situación de profundo caos.

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