¿Quién es Margarito Díaz, el líder wixárika asesinado en Nayarit?

El activista había luchado intensamente para detener la construcción de la presa “La Maroma” en Real de Catorce, en San Luis Potosí, lugar sagrado de los huicholes que abastecería de agua a los estados de Durango, Jalisco y Guanajuato.

 

El sábado 8 de septiembre, Margarito Díaz González, reconocido activista y defensor del medio ambiente y de los sitios sagrados del pueblo huichol, arribó a su domicilio, en Aguamilpa, municipio del Nayar, en el estado de Nayarit.

Allí, hombres armados ya lo esperaban. Como a decenas de otros activistas en México, su lucha lo llevó a la muerte.

Hasta el momento se conoce muy poco sobre los posibles asesinos o el móvil del crimen, aunque muchos están convencidos de que su labor social fue determinante para el homicidio. A pesar de haber sido atacado el sábado, su muerte se dio a conocer hasta el día de ayer.

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Este martes, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condenó el homicidio de Margarito e hizo un enérgico llamado a las autoridades para que no omita como línea de investigación su oposición a la construcción de la presa de almacenamiento “La Maroma”, en San Luis Potosí.

La CNDH solicitó también a las autoridades de Nayarit la implementación de medidas cautelares a los familiares de Margarito con el fin de garantizar su vida e integridad personal.

¿Quién era Margarito Díaz?

Margarito Díaz tenía aproximadamente 60 años de edad, era miembro del Consejo de Seguridad de Wirikuta, secretario y próximo dirigente de la Unión de Centros Ceremoniales de Jalisco, Durango y Nayarit, asociación que recibió del Gobierno Federal las escrituras de los terrenos del Centro Ceremonial de Aramara en San Blas, según reportes de medios locales.

Margarito era conocido por haber participado en la defensa de los sitios sagrados, particularmente en contra de mineras canadienses en la zona de Wirikuta, en San Luis Potosí. También era un conocido defensor de los derechos de los pueblos originarios y las lenguas maternas.

El activista había luchado intensamente para detener la construcción de la presa “La Maroma” en Real de Catorce, San Luis Potosí, lugar sagrado de los huicholes que abastecería de agua a los estados de Durango, Jalisco y Guanajuato.

Tras su homicidio, miembros de la etnia wixárika de la que Díaz era líder, activistas sociales y autoridades tradicionales Del Nayar, se han unido para exigir justicia por el asesinato.

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