Para tener un día muy productivo, tienes que seguir esos sabios consejos de las abuelitas en donde decían que al que madruga… siempre le va bien.
Tal vez no siempre le vaya bien, pero tiene muchas posibilidades de que sus días sean muy agradables y pueda manejar mejor el estrés.
Suena la alarma y siempre decimos: “ahorita, cinco minutos más”, Grave error, esos cinco minutos de aparente “descanso” pueden ser el motivo de un día estresante.
Lo mejor es levantarse a la hora planeada, tomarse el tiempo suficiente para bañarse, desayunar y salir, todo con calma y sin prisas.
Aunque no lo creas, esto es uno de los secretos más valiosos para iniciar, continuar y terminar el día emocionalmente fuerte.
¿No lo crees? Piensa en ese día importante que se te hizo tarde, sientes otra vez esa angustia de no tener la certeza de que llegues a tiempo, ¿no es cierto?
Son emociones desagradables que elevan tu nivel de estrés, disminuyen tu capacidad de raciocinio y te vuelves menos eficaz en todo.
Por eso lo más importante es planear desde una noche antes cómo va hacer tu día siguiente, las actividades que vas a realizar y el tiempo que le dedicarás a cada una.
Artículo relacionado: Conoce a los enemigos más poderosos de la productividad y la eficacia
Y ya que tienes una agenda de actividades, es mucho más fácil saber qué hacer y evitar que los urgentes no te coman; por lo que dejarás las prisas de lado.
Al inicio del día, no dediques demasiado tiempo a responder correos o postear en redes sociales cómo amaneciste, concéntrate en lo importante.
De esta manera, podrás lidiar mejor los imponderables, un tráfico inusual no te pondrá de malas y tus actividades fluirán de manera muy parecida a lo que planeaste.
Recuerda desayunar bien y tomarte un tiempo de relax luego de haber cumplido con alguna actividad, esto también te ayudará.
Si comienzas el día relajado y de buen humor, seguro serás más productivo y al finalizar la jornada, te sentirás contento y orgulloso de ti mismo.
