A pesar de no ser tan conocidos, los residuos bifenilos policlorados son una de las fuentes de contaminación más perjudiciales para el ser humano.
A pesar de no tener la popularidad de las emisiones de dióxido de carbono o el envenenamiento de los mares, los residuos bifenilos policlorados son una de las fuentes de contaminación más perjudiciales para el ser humano.
Entre los daños que estos desechos generan se encuentran el cáncer, daños en la piel, hepáticos y para el sistema nervioso. Son incluso motivo de un acuerdo multilateral de varios países, firmado en Estocolmo.
Ante esta situación, el Proyecto “Manejo y Destrucción Ambientalmente Adecuados de Bifenilos Policlorados (BPCs) en México” inició hace poco más de cuatro años, apoyado por el Fondo Medioambiental Mundial, la Semarnat en México, y complementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Su objetivo es prevenir a la población vulnerable del contacto con los residuos policlorados en el país.
Para ampliar la información sobre el avance de este programa, que lleva ya más de 849 toneladas de residuos peligrosos destruidos en México mediante una inversión de 10 millones de pesos, El Semanario sin Límites conversó con el doctor Guillermo Román, participante en el proyecto.
ESSL: ¿Qué se encontró en los resultados de estos cuatro años de trabajo?
Guillermo Román: Ya se cumplió con lo que establece el plan nacional de implementación de la Convención de Estocolmo a nivel federal, que es de ocho temas, uno de los cuales ya se cumplió. Y también se cumplió la meta de financiamiento que el gobierno mexicano comprometió por 13 millones de dólares.
La mayor parte de este cofinanciamiento fue en especie. El gobierno se comprometió para aportar fondos para destruir estos residuos.
ESSL: ¿Cuáles son los procesos que se requiere realizar para destruir estos residuos?
GR: Hay procesos establecidos en México y también en el extranjero: se exportan los residuos. Puede ser industrial o químico.
ESSL: ¿Qué otros resultados aparecieron en su trabajo?
GR:En el proyecto se han capacitado más de mil 500 personas, interactuado en prácticamente todo el país en menos de un estados; se ha creado una consciencia nacional. Hicimos un evento donde convocamos a 500 personas para un solo residuo, lo que es un hito no sólo en México, sino en el mundo.
Ésta es la penetración de poner el tema en la agenda de las empresas, organismos de gobierno y de la gente.
ESSL: ¿A nivel nacional cuál es la situación de estos residuos en México, qué tan conscientes estamos los mexicanos sobre los residuos policlorados?
GR: Muy poco, incluyendo a las empresas y a las organizaciones que tienen transformadores, hospitales, escuelas, todo. Muy poco conocimiento y por lo tanto consciencia.
ESSL.: ¿Cómo le explicaría usted a un ciudadano común y corriente que estos residuos le hacen daño?
GR: El ciudadano promedio no tiene el contacto, sino quienes son los responsables de los transformadores eléctricos, ellos deben tener el cuidado de que no tengan fugas, que no se quemen o que no exploten, a fin de que se puedan librar, porque están contenidos dentro de ellos.
ESSL: ¿Qué medidas de las que han puesto en marcha las grandes empresas y otras instituciones destacaría y cuáles cree que están pendientes?
A las principales empresas se les entregó un reconocimiento, como es el caso de Pemex, CFE, Carso Industrial, Oma y el Instituto Politécnico Nacional, entre otras que sí se comprometieron y ya han hecho la eliminación. Las que no lo han hecho están dispersas, en realidad hemos hecho muchos intentos, pero es parte de la campaña que llevamos a cabo.
Las pendientes son identificar estos residuos, en caso de que los tengan, y si los tienes pasar a que los deben eliminar, y en nuestro proyecto se les proporciona la información de cómo, dónde y cuándo hacerlo.
ESSL: A largo plazo, ¿cuáles serían las consecuencias de que no se atendiera este problema en México?
La primera es una consecuencia legal, que es el cumplimiento de la Convención de Estocolmo, porque al momento de que un país firma un acuerdo de ese tipo o lo ratifica, se convierte en ley nacional, por lo que para 2015 estos residuos deben estar eliminados. Por otro lado hay consecuencias en el sentido de que se tengan que eliminar.
ESSL: ¿Cuáles son las lecciones que México podría aprender de otros países?
Sin ánimo de parecer pretenciosos, tenemos a cinco o seis países de América Latina que vienen a aprender del proyecto, que fue el primero en la región. Claro, siempre aprendemos de las experiencias de otros, pero ellos están tomando la nuestra, tanto de lo bueno como de lo malo. Entre estos países se encuentra, Costa Rica, Honduras, Colombia, Brasil, Argentina y Uruguay.