La salud en México: un paciente crítico en sala de urgencias

Con un número mínimo en contratos de seguros de salud, un sector de salud público en maduración y críticas internacionales que deben tomarse muy en serio, México parece seguir en sala de urgencias en los últimos años.

Ciudad de México.- Enfermarse en México afecta en el bolsillo y estimula a un sector cada vez más en constante crecimiento.

El impacto en el bolsillo está relacionado con que el número de personas con Seguro de Gastos Médicos Mayores, de acuerdo a registros de 2011 (Médica Sur) pasó de 2.8 millones a ocho millones en 2011, lo que representa que solo el 7.14% de la población mexicana tiene contratado un seguro, por lo que el 92.86% de los mexicanos tienen que enfrentar gastos médicos que no están considerados como prioridad en sus presupuestos, hasta que tienen que atender una eventualidad.

De esta forma, los usuarios no asegurados tienen que gastar en consultas médicas, estudios clínicos/laboratorio, compra de medicamentos, internado en centros de salud, entre otros elementos.

De acuerdo a la Brújula de Compra (27 de febrero de 2014) de la Profeco y con base en cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2012 se registraron 602 mil 354 defunciones por enfermedades del corazón, diabetes mellitus y tumores malignos, siendo estas tres las tres principales enfermedades como causa de muerte.

Para prevenirse ante estas eventualidades, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2012 (ENIGH) del INEGI reveló que los hogares que gastan en consultas con médicos generales y especialistas, destinan en promedio 439 pesos al mes y 339 pesos en análisis clínicos y estudios médicos.

Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2012 mostraron que el mayor número de la población asegurada lo está pero en el Seguro Popular (36.55 %), seguidos por un 30.42% de afiliados al IMSS, 25.43% que no tienen ningún tipo de afiliación y apenas un 0.44% privado.

Comparado con los datos de 2011, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) reportó que al tercer trimestre de 2013 el sector de seguros de salud creció 90.2% en su número de afiliados.

Salud, derecho universal

Si nos remontamos al artículo cuarto constitucional, la salud en México debería ser un derecho universal pero, ¿qué tan cierto es esto?

En el país, la población que no cuenta con seguro médico debe pagar tratamientos que atienden un sinfín de enfermedades que en cualquier momento pueden adquirirse, aunque, debido a la falta de recursos acaban postergandolas (en mucho de los casos) o incurriendo en gastos exorbitantes para pagar las cuentas de lo que por ley debería ser un derecho.

Para darnos cuenta de la situación en el país, es necesario apuntar que el costo que hace México en salud y que está en el orden del 51.8% en 2012 (Banco Mundial).

Las opciones para los no asegurados

Para el resto de los no asegurados y sus familias, de acuerdo a un estimado hecho por Seguros Axxa, existen varias opciones:

-Se cura a costa de un gasto que supera sus posibilidades económicas, lo que conduce a pérdidas patrimoniales o grandes deudas.

-Fallece. Existen cientos de reportes de negligencia médica por parte de Instituciones de Salud -públicas y privadas- en las que se han negado el servicio a pacientes que presentan graves problemas de salud. En 2013, de acuerdo a un reporte de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico se presentaron seis mil 865 inconformidades y dentro las cuales, el Distrito Federal (tres mil 571) fue la entidad que mas quejas presentó.

-Se mantiene en un estado semi-sano de larga duración. Esta posibilidad sólo genera que el gasto en el bolsillo de la persona sea continuo, pues, los enfermos delegan la importancia de su enfermedad argumentando que sólo es un “dolor pasajero”.

Los costos de un padecimiento común como un traumatismo ligero por accidente, una fractura o el tratamiento de tumores benignos puede rondar entre los 30 mil y los 100 mil pesos,  costo que contrasta con la suma asegurada por compañías como Axxa que con productos como Protección Efectiva, solamente cubre el pago de dos mil pesos para accidentes o fracturas, 15 mil pesos para cirugías y 100 mil pesos para atender enfermedades graves.

Y si se tratara de un accidente más severo, los mexicanos deberán pagar “Alojamiento y Comida” que sería un desembolso de entre 800 pesos por un cuarto regular y 3 mil 600 pesos por la unidad de cuidado intensivo. Y siempre que ocurren accidentes, nunca faltan las radiografías, que aunque  dependerán del procedimiento, su precio rondará entre los 120 y tres mil pesos.

Para casos más urgentes, el recibir un servicio en la sala de emergencias (incluidos los medicamentos, el procedimiento,  los materiales y la atención médica) oscila entre los 300 pesos de tratarse de en un caso menor, hasta los ocho mil pesos en casos más severos.

En algunas situaciones, las complicaciones pueden traducirse en facturas hospitalarias de varios cientos de miles de pesos.

Mayor acceso a servicios de salud de calidad

Para entender las cifras vertidas a lo largo de este artículo, basta con ver lo que en 2013 publicó la OCDE y en donde afirmó que es esencial dar a más personas acceso a servicios de salud de calidad y asequibles.

Recordó que el Seguro Popular, iniciado en el 2004, se ha expandido enormemente para las personas pobres y carentes de seguro: para el año 2011, la mayor parte de la población ya estaba cubierta por el seguro. Pero el alcance de la cobertura y servicios de salud aún es limitado.

A decir del Organismo, los hogares mexicanos pagaron una mayor proporción de su bolsillo en salud que cualquier otro país de la OCDE en 2011. Cerca de la mitad de los gastos en salud lo pagaron directamente los pacientes, comparado con un promedio de 20% de la OCDE.

El Panorama de la Salud 2013 (Health at a Glance 2013), un estudio realizado por la OCDE, muestra que la oferta de los servicios de salud sigue siendo muy baja en México, creando barreras en el acceso efectivo a la los servicios de salud. A pesar del gran incremento en el número de médicos desde 1990, México tenía 2.2 médicos por cada mil habitantes en 2011, uno menos que el promedio de la OCDE de 3.2.

Habían 2.7 enfermeras por cada 1000 habitantes, tres veces menos del promedio de la OCDE de 8.8. El suministro de camas de hospital (1.7 por cada mil habitantes), “es el más bajo de todos los países de la Organización y casi tres veces más bajo que el promedio de la OCDE”.

“Para reducir las desigualdades en el acceso a los servicios de salud en todo el país, será necesario dirigir los recursos con mayor precisión hacia donde son más necesarios”, recomendaba la OCDE en 2013.

México en el panorama internacional

Según estudios de la OCDE, los mexicanos (no asegurados) cubren el 45 por ciento del total de gastos de salud; este porcentaje resulta mucho más alto que en países como Alemania (10 por ciento), España (20 por ciento)  e Inglaterra (diez por ciento).

Debido a estas anomalías, México está por debajo del nivel de inversión media en salud, incluso es el que menos invierte en este sector de entre todas las naciones pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Según cifras de esta organización, México invierte en salud solo el seis% del PIB, lo cual lo posiciona en el penúltimo puesto de América Latina, muy por debajo de Uruguay (10.9 por ciento), Argentina (9.5 por ciento), Chile (siete por ciento) y Brasil 7.6 (por ciento).

Esto tan sólo en Latinoamérica, a nivel mundial, el sector salud en México encrudece.

En Canadá el seguro médico cubre servicios hospitalarios y médicos, tanto de hospitalización como ambulatorios y clínicos, de todos los residentes. Por su parte, España cuenta con seguridad universal para todos sus ciudadanos. Estados Unidos mantiene al 70 por ciento de la población con un seguro de salud privado que es financiado por el Estado.

Continuando con los países industrializados, Holanda tiene a toda su población cubierta por un seguro nacional obligatorio. Pero el mejor país en materia de salud es Francia, el cual cubre al 99.9 por ciento de la población y es considerado por la OMS como el mejor del mundo en este tema.

Estos estándares internacionales demuestran que la salud en México sigue siendo  cara e insuficiente. El derecho a la salud debe ofrecer calidad, cobertura y atenuar las diferencias regionales, algo que en México simplemente han ignorado.

La desaparición de los genéricos

Médicos sin Fronteras en México alertó en marzo, sobre la redacción del Acuerdo Estratégico Transpacífico de libre comercio, un acuerdo que el presidente, Enrique Peña Nieto, busca rubricar y que de hacerlo, afectaría a un número aún no determinado de medicamentos genéricos que dejarían de fabricarse, afectando el consumo en México.

De acuerdo a una petición de MSF, como parte de una campaña por evitar la entrada de ciertos capítulos del Acuerdo y que estarían siendo contrarios a la venta de medicamentos genéricos, la aparición de estos comercios ha reducido el precio de los medicamentos contra padecimientos como el VIH/Sida, “en un asombroso 99 por ciento”. Esto ha permitido que un mayor número de pacientes, en el caso de aquellos que son diagnosticados con VIH en los países en desarrollo, “tengan una oportunidad no sólo para sobrevivir, sino para llevar una vida digna”.

A decir de MSF, las negociaciones del Acuerdo Transpacífico se han mantenido en secreto, “pero versiones filtradas indican que las normas de propiedad intelectual propuestas en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) darán a las empresas farmacéuticas monopolios más duraderos sobre los medicamentos de marca. Las empresas podrán cobrar precios más altos por períodos más largos de tiempo. Y sería más difícil para los países facilitar la producción local o importar medicamentos genéricos más baratos, que son vitales para la salud de las personas”.

En este momento, asegura MSF, México y otros once países están participando en las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), el cual contempla disposiciones sobre propiedad intelectual que amenazan con restringir el acceso de millones de personas a medicamentos asequibles.

“MSF está preocupada por el impacto que este Acuerdo pueda tener en la salud pública de los países en desarrollo donde la organización trabaja y más allá. MSF insta al gobierno de Estados Unidos a eliminar –y a los otros países negociadores del pacto, como México, a rechazar- las disposiciones que amenazan con desmantelar las salvaguardas de salud pública logradas y que ponen en peligro el acceso a medicamentos en países en desarrollo”, señalan en su petición publicada en change.org (Los medicamentos no deben ser un lujo).

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