El fenómeno conocido como luna de perigeo se trata de una ilusión ya que se da cuando la luna se encuentra más cercana de la tierra. Sin embargo el fenómeno provoca todo tipo de especulaciones de desastre en días posteriores al fenómeno.
Ciudad de México.- Este sábado se pronostica, se podrá observar una luna “extragrande” o “superluna” que parecerá más enorme de lo habitual. Esa dimensión se trata de una ilusión causada por su posición con respecto a la tierra en el recorrido de su órbita.
Esto se produce ya que la trayectoria lunar alrededor de la Tierra es elíptica -forma ovalada, no circular- y su centro no es el mismo que el del planeta, estando uno de los lados -conocido como perigeo- 50.000 kilómetros más cerca que el otro -el apogeo-. Por esta razón, cuando las lunas llenas se producen en el lado más próximo parecen más grandes.
En la práctica, no será fácil detectar la diferencia entre una “superluna” y una luna llena normal. Diversas condiciones climáticas podrían afectar su visibilidad, sin embargo la intensidad del brillo es un factor clave.
Tres superlunas van a iluminar las noches de este verano. Específicamente, el 12 de julio, el 10 de agosto y el 9 de septiembre se podrá ver al satélite natural de la tierra más grande de lo normal.
Este fenómeno, aunque puede parecer habitual, solo se puede visualizar en todo su esplendor cada 15, 16, 17 o 18 años, pero cada vez que esto ocurre se producen varias al año, tal y como ocurre en este 2014 y la más espectacular será la segunda, la del 10 de agosto, conocida como una “extra-súper luna”. El fenómeno se repetirá hasta el 2028 o 2029.
El carácter espectacular e inusual de las superlunas, como todos los fenómenos astronómicos de este estilo, ha provocado que se generen todo tipo de teorías y falsas especulaciones a su alrededor.
Una de las más extendidas es la de que tres días después del fenómeno, la Tierra está más sujeta a sufrir terremotos, erupciones volcánicas u otros tipos de desastres naturales. Esta especulación tiene una base científica debido a la mayor fuerza gravitacional de la Luna. Sin embargo, los expertos apuntan a que las últimas superlunas de 1993 y 1975 no dejaron tras de sí ningún rastro de desastres.
A pesar de ello, diversas especulaciones señalan que la de marzo del 2011, que no fue completa, llegó precedida por el terremoto y posterior tsunami de Japón que arrasó la zona de Fukushima.