Una vuelta de tuerca más y se barre el tornillo (o de cómo buscarle tres pies al gato)

“Estas modalidades de pensamiento en pintura forman un diagrama prácticamente estructural, tan sistemático como las operaciones algebraicas entre lo poético, ético, estético y político de sus intervenciones sociales”

Cuauhtémoc Medina, en el texto curatorial que presenta “Francis Alÿs: Relato de una negociación”.

 “La inteligencia y la imaginación pueden ser dos infiernos que, mezclados, se convierten en un macro-infierno de dimensiones insondables en el que predomina la confusión”

Walter Noroña, curador de las Islas Ellice.

 

La expresión me pareció afortunada cuando una amiga muy querida la utilizó para decirme que, mutatis mutandis*, puede resultar genial decir algo aplicándole una nueva perspectiva.

Darle la vuelta de tuerca a algo, pues implica observar y analizar un tema – no hay muchas opciones, si le hacemos caso a Borges – desde un ángulo ingenioso. Como resultado se ve nacer, en muchos casos, alguna especie de producto genial. El problema viene cuando uno, de tanto darle vuelta, fuerza tanto el tornillo que éste termina por barrerse.

Francis Alÿs. El puente entre Marruecos y España
Francis Alÿs. El puente entre Marruecos y España

Francis Alÿs es un flâneur** que ha querido entender a la ciudad como lugar de conflicto; para ser un flâneur hay que pasearse. Baudelaire fue un flâneur en ParísWalter Benjamin lo estudia-, Nietzsche lo fue en Turín y George Brummell, malgré lui***, en la gris y triste ciudad de Caen.

Un flâneur no hace más que pasear y analizar empíricamente; un flâneur reflexiona sobre lo que la ciudad le dice conforme se adentra en ella. Una ciudad es incomprensible, sobre todo si se trata de México, Nueva York, París o Lima. Una ciudad es imposible de desentrañar de cabo a rabo, pero hacer la lucha es un ejercicio válido.

En la exposición retrospectiva de Francis Alÿs, que actualmente se muestra en el Museo Tamayo, el artista pretende decirnos lo que ve y siente de sus flâneries por medio de técnicas yuxtapuestas: la pintura, el dibujo, performance, video y demás. Yo, honestamente, no entiendo nada.

La cosa recibe una vuelta de tuerca adicional cuando los críticos, crípticos y curadores explican para confundir. Yo no sé si la finalidad sea restringir todavía más un ejercicio de creación artística basada en estudios sociológicos, que ya de por sí es difícil de entender, para circunscribirla a un núcleo hermético que es el único con derecho a acceder a la comprensión (¿comprenderán ellos, al menos?) del arte contemporáneo.

Quizás el trabajo de Alÿs sea estético, divertido, analítico, crítico y original. Quizás el paseante museístico pueda disfrutar de la imaginativa creación y el agudo sentido de análisis del artista. El problema viene cuando se para frente al texto curatorial para dilucidar algunas (o muchas) dudas sobre el mensaje que está tratando de recibir, y se encuentra con frases de un rebuscamiento casi leguleyo.

Francis Alÿs. Tornado
Francis Alÿs. Tornado

Es juerguista que sea Cuauhtémoc Medina quien haya aceptado curar la exposición, un curador – sin duda inteligente, culto y muy capaz – que hace algunos años manifestó que la pintura estaba muerta y se debía voltear a ver el video arte como la manifestación artística de nuestro tiempo. Ahora se entretiene presentando un trabajo que no sólo se sirve del video arte, sino también de la ya muy muerta pintura como medios para transmitir ideas. No pasa nada, todo mundo tiene derecho a rectificar sus opiniones.

La exposición de Alÿs incluye tres proyectos de años diversos: Tornado, que entiendo, es una producción de cuadros y dibujos que acompañan una persecución de remolinos de tierra en el sur del Distrito Federal (habrá que ver eso porque suena interesante); No cruzarás el puente antes de llegar al río, una “intervención mitológica”, nos dice Medina, en torno a Gibraltar y la temática de las migraciones contemporáneas relacionadas con la búsqueda de una vida mejor, un tema que a Alÿs, si recuerdo bien, le ha venido seduciendo desde hace tiempo (en todo caso, la recomendación que se le puede hacer a un viajero de no cruzar un río antes de llegar al puente, es un consejo que no debe echarse en saco roto); y Reel-Unreel, que está compuesta de obras en torno a la “guerra de imágenes” en Afganistán (no entiendo bien cómo se inicia una guerra de estas características, pero estoy seguro que los miembros de la élite del arte contemporáneo, tienen asimilado el concepto y yo soy simplemente un imbécil que no entiende nada, así que no se moleste nadie en querer explicarle temas ya digeridos a un zascandil como yo).

    Francis Alÿs. Don’t Cross the Bridge Before You Get to the River
Francis Alÿs. Don’t Cross the Bridge Before You Get to the River

El texto curatorial del señor Medina, se compone también de frases de gran sofisticación intelectual y sintáctica. A mí se me antoja de aplauso, aseverar que Alÿs presenta una “pintura subordinada a un balance de signos y medios” (Baudelaire rompería todo si le dijeran que la pintura ha pasado a subordinarse, no digamos a la fotografía, cosa verdaderamente escandalosa, sino, incluso hoy en día, a medios para él completamente desconocidos), o que el “papel tanto epistemológico como retórico de los cuadros y los dibujos de Alÿs, nunca es fijo” (descífreme esa, señor Cervantes).

Me vuelvo a preguntar ¿así de complejo es el trabajo de los artistas contemporáneos o es que algunos nos empeñamos en retorcerlo y complejizarlo para que nadie entienda un carajo y así sea la cosa, pasto de tan sólo unos cuantos? Es verdad que el arte siempre ha sido interés de las élites, eso simplemente es así y no tiene nada de malo. No creo que un indígena chiapaneco que se pasa las horas ingeniándoselas para darle de comer a su familia, guarde alguna mañana para ir a ver alguna exposición itinerante a Mérida o que un desheredado de un arrabal perdido de la Ciudad de México, que tiene que volver a acomodar las láminas de su casita porque la noche anterior se le cayeron con el aire y la lluvia, vaya a hacer una excursión familiar al Museo Jumex para sentirse comprendido por Abraham Cruzvillegas. El arte medieval quizá cumplía una función ideológica distinta, al igual que durante el Renacimiento, se representaban temáticas que hoy ya a nadie interesan y que para todo ello era indispensable un mínimo de bagaje cultural, si no se quería uno perder las lecturas de entre líneas. Pero yo no sé si al punto que hemos llegado estén ya los mismos creadores –y los críticos – terriblemente confundidos.

Yo siento que cada vez queda más patente el esnobismo de este mundín enrevesado. Pero a los adoquines, como el que esta pluma desliza, no hay que hacerles mucho caso. No dudo que mi incapacidad para comprender se deba sencillamente a mis limitaciones culturales y analíticas. ¿Será que de plano soy un botarate que no entiende nada o es culpa del titipuchal de kilómetros que me separan en todos los sentidos de los círculos iluminados? ¿A quién va dirigida, pues, la producción artística?

Francis Alÿs. Cut
Francis Alÿs. Cut

Yo estoy demasiado lejos de México. Y no lo suficientemente cerca de Gibraltar.

*Nota del editor. Mutatis mutandis es una frase en latín que significa cambiando lo que se deba cambiar. Se utiliza tanto en inglés como en castellano y en otros idiomas cuya raíz es el latín. Informalmente el término debe entenderse: de manera análoga haciendo los cambios necesarios. Fuente: Wikipedia.

**Nota del editor. El término flâneur procede del francés y significa callejero o paseante. En la Francia del siglo XIX, el flâneur era un tipo literario. Fue Walter Benjamin quien, a partir de la poesía de Charles Baudelaire, le hizo objeto del interés académico, durante la pasada centuria, como figura emblemática de la experiencia urbana y moderna. Gracias a Benjamin, el flâneur pasó a convertirse en una figura importante para estudiosos, artistas y literatos. Fuente: Wikipedia.

***Nota del editor. Malgré lui significa renuente o a su pesar. Fuente: Wikipedia.

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Ruth

Que forma tan visceral de escribir, desde ese punto no se puede hacer un análisis al arte contemporáneo, y sin embargo, si comparto tu punto de vista sobre lo rebuscado de la curaduría en este tipo de exposiciones.

Diego de Ybarra

Gracias por su comentario. No entiendo por qué mi manera de escribir le resulta visceral. Está lejos de ser eso. Si viera usted qué tranquilo estaba mientras escribía el texto. Muchos saludos.

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