El avance tecnológico en telefonía móvil trae grandes beneficios… pero también grandes riesgos a la salud…
La química funciona en el cuerpo humano a través de sustancias y elementos que pueden ser vitales o nocivos para la salud. Algunas de estas sustancias generan dependencia física que traen consigo secuelas que afectan al sistema nervioso. Cualquier dependencia o adicción a sustancias (drogas), puede ser tratada con ayuda psicológica, psiquiátrica o fármacos que contrarrestan los efectos negativos.
Pero ¿qué pasa cuando la dependencia no es a las drogas?
Hace aproximadamente dos décadas surgieron los teléfonos móviles, que brindaron la posibilidad de establecer conversaciones a distancia desde casi cualquier ubicación. Luego, fue posible comunicarse también con mensajes de texto; más adelante, los celulares no sólo servían para comunicarse, ya que les fueron agregadas cámaras fotográficas, de video y reproductores musicales, entre otras funciones.
Actualmente, los celulares ya son llamados smartphones o “teléfonos inteligentes” por contar con acceso a internet. Además por la introducción de aplicaciones para mensajería instantánea; de las que destaca Whatsapp.
Creada en el 2009 por Jan Koum, ex director del equipo de operaciones de Yahoo, ha ganado millones de usuarios en todo el mundo por brindar un servicio inmediato, simple y económico. Sin embargo, ha llegado a generar cierta adicción a “mantenerse comunicado”, sobre todo en los jóvenes de entre 18 y 35 años.
Y sí esta adicción no es generada por sustancias químicas. ¿Qué nos hace adictos al celular?
De acuerdo con un estudio realizado en Gran Bretaña, la nomofobia (abreviatura de “no-mobile-phone phobia”) podría ser la causante, ya que ésta se define como el miedo irracional a salir de casa sin el celular, mismo que crea un estado de ansiedad por la sensación de permanecer “aislado” de las posibles llamadas o mensajes de familiares y amigos. Y como esta “necesidad” requiere del uso obligado de las manos, podemos llegar al punto de padecer tendinitis.
Tal es el caso expuesto esta semana por la revista médica inglesa The Lancet, en el que informaron sobre una enfermera embarazada de 34 años de edad que se encontraba de guardia el pasado 24 de diciembre en el hospital donde trabaja, en California.
Cuando terminó sus labores, se dedicó a contestar por seis horas las felicitaciones recibidas en Whatsapp hasta que sintió un fuerte dolor en las muñecas y pulgares. Debido a la molestia, acudió al médico y se le diagnosticó tendinitis por el uso excesivo de su celular.
La mujer en cuestión recibió tratamientos contra el dolor e inflamación además de que se le prohibió usar el teléfono por un largo periodo. Sin embargo, una semana después, de acuerdo con The Lancet, la mujer sucumbió ante la necesidad de usar el servicio y volvió a sufrir el padecimiento; bautizado por la revista como el “primer caso de Whatsappitis en el mundo”.
El riesgo de que la nueva enfermedad se expanda es inminente, ante la tendencia de hacer mal uso de la aplicación y que se calcula que más de 489 millones de personas la usan, además de ser una de las más populares en México.
Sobre la tendinitis, el Doctor Juan Pedro Martínez Ávila (Cédula profesional 6727172), quien actualmente es residente de 3er año de traumatología y ortopedia, dijo al Semanario Sin Límites que “particularmente en la mano, hay muchos tendones y el más lastimado es el de la porción del dorso de la mano que va hacia el pulgar”.
Este padecimiento, agregó, se da en pacientes que se dedican mucho al uso de computadoras, teclados y sobreuso como músicos, tejedores y actualmente se añaden a la lista todos los usuarios de gadgets (celulares) y gamers. “Específicamente la tendinitis del pulgar es llamada tendinitis de quervain”, explicó.
El Dr. Martínez recomendó que para prevenirlo, hay que procurar limitar el uso de los aparatos mencionados, asi como mantener el brazo estable desde el codo (recargarlo) y la muñeca al hacerlo.
“Además del tratamiento con analgésicos y antiinflamatorios, también funciona el hielo y calor alternado”, abundó.
Por último advirtió que “de no ceder el padecimiento, existe opción quirúrgica”.
Y tu ¿Estarás expuesto a padecer “Whatsappitis”?
Por Luis Alberto Hernández Valencia
New in Correspondence: The diagnosis for the bilateral wrist pain was WhatsAppitis http://t.co/Hc9XNypFfV #whatsapp
— The Lancet (@TheLancet) marzo 21, 2014
Deja una respuesta