Amigos queridos:
Todos conocerán la historia de El Maravilloso Mago de Oz, ya sea por el libro original de Lyman Frank Baum o por alguna de sus tantas versiones cinematográficas, dentro de las cuales, quizás la más famosa sea la musical de la Garland*, pero yo prefiero por mucho la de los Muppets.
La verdad que la trama nunca me pareció gran cosa. Recordarán que Dorothy llega a Oz, un país mágico, gracias a un ciclón y accidentalmente aplasta con su casa a la malvada Bruja del Este. La niña sólo quiere volver a Kansas, por lo que parte en busca del Mago de Oz, quién habita en Ciudad Esmeralda. Durante la jornada se hace con tres compañeros: un espantapájaros que quiere un cerebro, un hombre de hojalata que quiere un corazón y un león que requiere coraje. En esta búsqueda, la bruja del Oeste les hace la vida de cuadritos y la del Norte les ayuda, no recuerdo que haga la del Sur (Si notan alguna tendencia en los puntos cardinales. Quizás sea una mera coincidencia)
Lo único rescatable para mí es que el mago no es tan mágico como se piensa, es un hombre de nuestra tierra que con un poco de tecnología y la mesiánica historia que reina en el país, logra convertirse en “El Mago” brindando esperanza a la población. Quizás sea por esto, por el valor que tiene la esperanza o por saber que lo que uno más requiere sólo se encuentra dentro de uno mismo, con un verdadero afán de búsqueda y no llega de fuera; lo que la haya convertido en una historia icónica para el pueblo norteamericano. Quizás sólo sea por la importancia que tiene la tecnología y el saber aprovecharse de las inocentes creencias de los otros, que dicho sea de paso es una lección que aprendieron bien.
Basado en esta historia, el escritor Gregory Maguire publica una saga cuyo primer volumen es traducido al español como Wicked, memorias de una bruja mala en 1995. Aquí la historia pierde toda visión maniquea y va narrándonos la vida de Elphaba, mejor conocida como la Bruja del Este, y al contarnos el origen de la historia nos va presentando a todos los personajes con luces y sombras. En este matiz, amamos a la protagonista, entendemos sus razones profundas, conocemos cómo surgen los compañeros de Dorothy y nos abre un horizonte en el que nos invita a cuestionarnos el mal. Amén de que me encanta el enfoque, el hecho de que los niños tengan contacto con estas versiones me parece de lo más saludable, para evitar estas terribles tendencias que tenemos al prejuicio y a aceptar una versión como absoluta sin un tamiz de duda.
En el 2003 Broadway lo llevó a escena. Tuve la fortuna de verlo este año, interpretado por un gran reparto, entre ellos la fabulosa Idina Menzel. Sin duda alguna el mejor musical que he visto… y miren que me gustan muchos. Recordarán que he sido bendecida con lo que denomino “el gen gay”, por lo que imaginarán asisto a varios. Creo que alcanza este nivel por la mezcla equilibrada entre varios elementos. Por un lado la adaptación justa de una historia profunda, personajes bien definidos dentro de la ambigua naturaleza humana, hermosa musicalización y letras que conjugan desde lo que denomino un himno personal “defying gravity” hasta la bobada más divertida “popular”, colorido vestuario, vistosos efectos… en fin una conjunción lúdica que atrae a niños y adultos. Dando por resultado uno de los musicales más aclamados de Broadway y hasta el momento mi favorito.
Sabrán que en octubre se estrenó en nuestra ciudad y tenía gran curiosidad por ver cómo había quedado la cosa. En una que otra ocasión he visto buenas adaptaciones, pero en otras son unos bodrios terribles. Decidí regalar a la familia y a mi amigo Beto con la experiencia. Estaba un poco temerosa por mí, ya que tenía parámetro de comparación; a ellos sin expectativas, los momios les pintaban más favorables. ¡Wow! ¡Gran sorpresa!. Para empezar, el teatro era mejor que el de Nueva York; la misma mega producción en cuanto a escenografía, iluminación, coreografía, música, etc. Las letras me parecen una labor loable de traducción y adaptación al español… y el reparto buenísimo. Que no tienen las tablas y experiencia que los de Broadway, quizás es cierto, aquellos llevan 10 años en escena, pero para un par de meses no les piden nada. He escuchado mala critica de Dana Paola, la jovencita que se avienta el papel de Elphaba, la verdad que me han parecido injustificadas, ciertamente no es la Menzel, pero lo hace muy bien y creo que lo mejor es el promisorio futuro que tiene, si a los 18 hace esto imaginen en un par de años. El coste del boleto es muy elevado para nuestro nivel de ingreso, pero créanme que es una experiencia que vale la pena vivir.
Mi sobrino Gael de seis añitos, tenía muy divertida a la gente de la fila para las golosinas en el entreacto, explicándole a su abuela que era una gran producción y que por favor no perdiera el detalle de la música en vivo. Estaba realmente encantado, atento a todo lo que ocurría. Sí, lo sé, soy cursi… pero me dio mucha alegría.
Les mando un fuerte y apretado abrazo,
Claudia
*Judy Garland protagonista de “El Mago de Oz” famoso filme de 1939.
Teatro Telcel ubicado en la Plaza Carso (que no los engañen, no está en Polanco) pero sí cerca.