24 de agosto de 1981: condenan a Mark David Chapman, asesino de John Lennon

Un día como hoy, pero de 1981, Mark David Chapman, el asesino de Lennon, es condenado a cadena perpetua.

Ciudad de México (elsemanario.com).- Este 24 de agosto se cumplen 34 años desde que Mark David Chapman, el asesino de John Lennon, fue condenado a cadena perpetua.

Chapman nació un 10 de mayo, en 1955 y se dice que fue un niño tímido que padeció de bullying, aunque no parecía afectarle. En su adolescencia consumió algunas drogas, como mucha de la gente del entorno y su época; sin embargo, antes de tocar fondo, decidió transformarse por completo. Chapman se convertiría en un cristiano evangélico.

Mark era ferviente fanático del cuarteto de Liverpool; y más específicamente, idolatraba la figura de Lennon. Para él, Lennon era más que una figura pública resaltada dentro del mismo cuarteto que supo ganar su atención: Lennon era un ejemplo, hasta que a John se le ocurrieron las palabras que causaron revuelo y escándalo entre un sector del pueblo estadounidense: “Somos más famosos que Jesucristo”.

Es ahí cuando todo cambió; a Chapman le marcarían esas palabras. Lennon ya no representaba más esa figura ejemplar; tanto fue afectado el entonces joven que intentó suicidarse. Así, su vida se volvía cada vez más errática, sus relaciones se deterioraban e intento quitarse la vida en más ocasiones.

Evidentemente tenía un problema mental; quizá lo tenga aún, no se sabe. Antes de asesinar a Lennon y después de estar en un hospital psiquiátrico, Chapman aparentaba una salud emocional estable; salió del hospital en el que se encontraba para luego trabajar en él. Poco después decidió hacer un viaje por el mundo, donde conocería a su esposa, la cual fungía como agente de viajes. En secreto, Chapman planearía asesinar a Lennon.

Mark habría mencionado que las balas las consiguió por un amigo suyo, un policía de Atlanta. Además, Chapman de el asesinato, se dedicaría a acosar a la estrella. Y así fue. Esa tarde él espero a Lennon fuera de su edificio en Nueva York; tuvo el “gesto” de darle la mano a Sean Lennon cuando salía con Yoko del mismo lugar que posteriormente se convertiría en uno de los más recordados de la historia de la música.

Ahí estaba Chapman; Lennon salía del edificio Dakota y se vio interceptado por el que sería su verdugo. Chapman le dio a firmar una copia del Double Fantasy, el último disco que grabaría John. Otro fan del cantante estaría ahí para, sin saberlo, tomar la última foto de John Lennon. Paul Goresh se convertiría en el autor de esta imagen:

Imagen: internet
Imagen: internet

Posterior a ello, Chapman se retiraría; sólo para volver después y dispararle 5 balas a Lennon, el 8 de diciembre de 1980. Minutos después, la vida del compositor, guitarrista y vocalista de una de las bandas más emblemáticas de todos los tiempos pasaría al salón de las leyendas por su contribución a la música y a la cultura pop; mientras tanto, Chapman resplandecería por un ligero momento, por asesinar a un grande. Hoy día, a Lennon se le puede recordar en cualquier momento, por su música, por sus frases o porque es fácilmente reconocible en una fotografía. Su asesino es recordable sólo en días como estos, sin que cause mayor impacto su existencia en este plano.

Después de todo este tiempo, el asesino del ex beatle asegura haber encontrado a Dios, “Lo conozco. Me ama. Me ha perdonado. Me ayudó en mi vida como no tienen idea”.

Al mismo tiempo se declaró como un idiota por haber matado a Lennon y causar tanto dolor. Y argumentó que no pudo evitar la “luz brillante de la fama, de la infamia, notoriedad” por eso, aunque pensó en no hacerlo, regresó para dispararle. Ya una vez había viajado desde su lugar de residencia en Hawai para intentarlo; pero se arrepintió y volvió.

El año pasado fue denegada su octava petición de liberación; igual que en 2000, 2002, 2004, 2006, 2010 y 2012. ¿La razón? La junta que lleva decide “probabilidad razonable de que no viva y permanezca en libertad sin violar la ley de nuevo”, por lo que la liberación de Chapman pondría en riego el bienestar de la sociedad.

Esa es al menos la versión oficial; otras remarcarían que Chapman asesinó a Lennon por ordenes de la Cia debido al activismo que el ex-beatle ejercía desde su llegada a New York, pues no se podía permitir que una figura mediática como la de Lennon se plantará ante las decisiones gubernamentales.

Se dice también, que después de dispararle en 5 ocasiones al músico, Chapman sólo se sentó a esperar y sacó un libro. Ese libro es El guardián entre el centeno, texto con el que el asesino se encontraba profundamente conectado. En el juicio por el asesinato de John Lennon, Chapman leyó lo siguiente:

Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura”.

Otra curiosidad es que Chapman, no es el único asesino famoso que fue “fan” de este libro; Robert John Bardo, asesino de Rebecca Schaeffer era seguidor de la novela, igual que Lee Harvey Oswald, asesino de Kennedy, entre otros, lo que ha llevado a especular que la Cia utilizaba este libro para controlar la mente de los asesinos y utilizarlos para sus fines. Ridículo, si lo ponemos en perspectiva el día de hoy. Para eso, estaba el MK Ultra, sin duda.

0 0 votos
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x