“La edad atómica”fue una de las cintas más galardonadas en el Festival Internacional de Cine de Berlín.
Ciudad de México.- Las dificultades existenciales, los sentimientos de vacío y la falta de comprensión; junco con las frustraciones emocionales y sexuales que padecen los adolescentes, son el sustento del primer largometraje de ficción de Héléna Klotz, La edad atómica (Francia, 2012), que se estrenará en la Cineteca Nacional.
El filme ganador del Premio Fipresci en el Festival Internacional de Cine de Berlín en 2012 así como del galardón Jean Vigo a la Mejor Ópera Prima, es la primera entrega de una trilogía sobre la juventud de la debutante gala, quien anteriormente ha escrito y dirigido documental y cortometraje.
Contextualizada en una Francia moderna y fría, la historia trata de dos jóvenes por demás derrotados, cuyo aspecto refleja desde un inicio que sus vidas no les son gratificantes. Con aparente dirección hacia ningún lado, llegan a un destino, concurrido por jóvenes de su edad, igual de confundidos y con una alegría momentánea, motivada seguramente por el exceso de alcohol, pero seguro por el consumo de algún estupefaciente.
Víctor (Eliott Paquet) y Rainer (Dominik Wojcik) son un par de amigos que se pierden en la oscuridad de la noche y de sus propias existencias, las cuales parecen llevar sin sentido y sin un camino concreto. Los personajes con los que interactúan a lo largo de la noche, todos adolescentes como ellos, tampoco saben exactamente lo que buscan, pero lo que sí es seguro es que si es necesario pelearan por defender aquello poco en lo que creen.
Bares, trenes, estaciones, vías, bosques oscuros y fríos, espacios en los que se adentran buscando ser aceptados, pero lejos de eso, son rechazados por las mujeres, por los otros jóvenes y por los adultos, y no es por algo en particular, es simplemente porque a esa edad es difícil adaptarse, sobre todo a entornos hostiles como la vida misma.
El metraje es de una producción sencilla, filmada en formato digital, en la que predomina la obscuridad de la noche. Tomas intercaladas entre los planos abiertos que vislumbran la frialdad de un París nocturno, y acercamientos a los bellos rostros de los jóvenes agobiados, que a ratos lloran, ríen y sueñan, retratados por Hélène Llouvart.
Las imágenes aportan el carácter de estrechez, que permite sentir el dolor de esa edad previa a la juventud, que atrapa a los personajes en un cúmulo de sentimientos propios de la búsqueda del amor, las emociones fuertes y la identidad.
La edad atómica se entrena el próximo viernes 2 de mayo en la Sala 7, Alejandro Galindo, a las 17 y 21 horas,