La medicina evoluciona tremendamente con este dispositivo creado por la UNAM, para el control y manejo de procesos que suministran medicamento, de modo que no se dañen ni lastimen los órganos implicados.
Ciudad de México.- Los medicamentos están hechos para curarnos, mantenernos con vida o disminuir los síntomas, sin embargo, existen algunos tan fuertes, que en el proceso terminan lastimando algunos órganos o los vuelven sensibles.
La UNAM ha diseñado un mecanismo capaz de transmitir el medicamento de forma cutánea, haciéndolo tan eficiente como si fuera inyectado por vía intravenosa. José Juan Escobar Chávez, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM, con ayuda de su equipo creó un dispositivo capaz de liberar fármacos de forma sostenida y menos invasiva.
El sistema de liberación transdérmica usa un promotor físico de microagujas que es capaz de mantener una concentración plasmica constante por la vía cutánea, con la ventaja de disminuir algunos efectos colaterales, que se manifiestan al administrar medicamentos por la vía oral o intravenosa.
Es un beneficio para los tratamientos de terapia prolongada que llegan a afectar los órganos internos por la toxicidad de los medicamentos, al ser administrado por otros medios, como el cutáneo, logra mejorar la calidad de vida de los enfermos, ya que el tratamiento se aplica por la piel y se difunde desde el estrato corneo hasta la dermis, ingresa al torrente sanguíneo y produce un efecto sistémico.
De igual forma, en caso de que el medicamento resulte contraproducente, es mas fácil de retirar, inmediatamente sale del sistema, ya que la piel recupera sus propiedades de barrera de permeabilidad sin daño, “por esto son tratamientos no invasivos”, menciona el académico de la FES Cuautitlán.
Hasta el momento esta técnica solo ha sido probada para el tratamiento de la Cardiopatía Isquémica, bajo el diseño de un hamaco llamado Pravastatina Sódica, cuya acción terapéutica permite disminuir los niveles de colesterol en la sangre. Su objetivo es expandir la cantidad de medicamentos que pueden ser suministrados vía cutánea, así como diseñar una serie de tratamientos ‘poco convencionales’, cómodos y eficaces.
Estos nuevos medios tienen la finalidad de no sobrecargar el hígado en caso de pacientes que se encuentren severamente graves, o personas que participen en tratamientos prolongados o que tengan que vivir bajo el uso de medicamentos diariamente. Por otra parte se esta investigando si existe la posibilidad de que con este tipo de aproximación se pueda evitar las alergias que provocan ciertos medicamentos transmitidos por vía oral.