El Diario de sucesos de México del alabardero José Gómez (1776- 1798), proporciona valiosa información sobre el día a día en el palacio, la vida cotidiana y los sucesos relevantes, contados por un observador de primera
Ciudad de México.- El Diario de sucesos de México del alabardero José Gómez (1776- 1798), un texto de rica descripción de la vida interior del palacio virreinal durante el último tercio del siglo XVIII, ahora puede ser leído íntegramente gracias al doctor Ignacio González-Polo y Acosta, del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM.
Dado a conocer a mediados del siglo XIX por don Manuel Orozco y Berra, el escrito “proporciona valiosa información sobre el día a día en el palacio, la vida cotidiana y los sucesos relevantes, contados por un observador de primera”.
El doctor González-Polo, quien impartió una conferencia sobre el manuscrito en el Museo de El Carmen, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ha dedicado más de dos décadas al estudio de la vida de José Gómez, “quien era, por decirlo de alguna manera, el encargado de la seguridad del Palacio Virreinal”.
“El tiempo que abarca este diario es de vital importancia en la historia política y económica de la Nueva España, el último tercio del siglo XVIII cuando se aplican la Reformas Borbónicas y se dan las condiciones que desencadenarán las luchas por la Independencia de varias colonias españolas”, comentó el investigador.
La existencia e importancia del Diario…, abundó, radica en que no sólo relata el día a día en el palacio, sino también los sucesos relevantes, como las decisiones políticas, las obras públicas, las relaciones con la Iglesia y también las festividades.
“La primera vez que estudié el manuscrito, que supuestamente estaba perdido, fue porque lo encontré en la Biblioteca Nacional (UNAM). Entonces sólo me referí al gobierno de Revillagigedo, que fue por mucho el mejor de los virreyes de esa época. Muchos años después, trabajé el Diario… íntegro, es decir, los volúmenes que se conservan, que son seis, faltando los dos primeros cuadernos”, aclaró el historiador.
Los dos primeros tomos del documento “están perdidos y en ellos, seguramente, José Gómez narraba su partida de España, su paso por Cuba y su llegada a Veracruz. Lo que se conserva arranca en el tercer tomo, pero por el diario mismo sabemos que llegó a Nueva España con el virrey marqués de Croix”.
El sexto volumen, último del manuscrito, se llama Cuaderno de las cosas memorables que han sucedido en esta ciudad de México y en otras… relativo al gobierno de los distintos virreyes, por lo que se convierte en una especie de efeméride de todo el diario, ya no con la precisión del día a día, sino que refiere las decisiones políticas y las grandes obras públicas.
Otro de los aportes de esta búsqueda fue el hallazgo del testamento de Gómez, quien falleció en 1800, que da noticia de su origen granadino y algunos pormenores de su biografía, como la petición de que se “rematen mis bienes para eterna gloria de mi alma”, porque nunca se casó y no tuvo descendencia.
Reconstrucción de la historia
Sobre el origen de la edición de 1854 de Orozco y Berra, González-Polo supone que fue Carlos María de Bustamante, político, cronista e historiador partidario de la causa de la Independencia, quien encontró el manuscrito, porque éste tiene anotaciones de su puño y letra. Incluso hay una nota que dice “Hasta aquí me quedé”.
Agregó que Orozco y Berra en su libro, actualmente una rareza bibliográfica, omitió algunos párrafos y modificó otros más. De ahí la necesidad de paleografiar el texto íntegro y darlo a conocer en una versión completa.
En su primer libro, Diario curioso y cuaderno de las cosas memorables en México durante el gobierno de Revillagigedo (1789-1794), el investigador respeta literalmente el manuscrito original, con repeticiones y saltos temporales.
En cambio, para la edición del Diario de sucesos en México del alabardero José Gómez… González-Polo explicó que trató de redactar el documento haciéndolo más accesible a la escritura actual, “actualicé la ortografía y omití la repetición de palabras”.
Para este segundo volumen, ordenó los sucesos cronológicamente y no como aparecen en el diario, que da algunos saltos temporales, “para que el lector no pierda el hilo del contenido, pues el alabardero escribe, por ejemplo: esto sucedió hace ocho días”.
José Gómez fue alabardero de los virreyes Carlos Francisco de Croix, marqués de Croix (1766-1771), Antonio María de Bucareli (1771-1779), Martín de Mayorga y Ferrer (1779-1783), Matías de Gálvez y Gallardo (1783-1784), Bernardo de Gálvez y Madrid (1785-1786), Manuel Antonio Flórez Maldonado (1787-1789) y Juan Vicente de Güemes, segundo conde de Revillagigedo (1789-1794).
Los alabarderos son la guardia de honor de nobles, príncipes y reyes. El Real Cuerpo de Alabarderos, de los soberanos españoles, existió hasta 1931 y fue reestablecido en 1975 hasta el día de hoy.
La alabarda es una modificación tardía de la lanza, rematada por un hierro puntiagudo y cortante, de entre 1.80 y 2.40 metros de largo.
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— INAH (@inah_mx) enero 10, 2014