A 111 años de su nacimiento, Dolores del Río sigue siendo recordada no sólo en México sino en el mundo.
Ciudad de México (elsemanario.com).- “María Candelaria” es, quizás, uno de los personajes más reconocidos en el cine nacional e internacional por una razón esencial; la película, que se llevó La Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1946, FUE dirigida por Emilio “El Indio” Fernández y protagonizada por Pedro Armendáriz y Dolores del Río.
Dolores del Río fue conocida como la primera diva de México en el extranjero; se paseó por Hollywood a su antojo, siendo una de las máximas estrellas del cine nacional. Con motivo del aniversario de su nacimiento, fue recordada en Nueva York con el ciclo: El cine negro mexicano de la década de 1940 y 1950, muestra que se proyectó en el Museo de Arte Moderno de la ciudad y que estuvo compuesta por siete películas.
De origen aristocrático, Dolores del Río llegó a la Ciudad de México en la época de la Revolución Mexicana. Aquí, la actriz tuvo contacto con un México distinto al de su infancia: soldaderas, campesinos y personas humildes, fueron personajes que causaron alto impacto en ella y que, más tarde, la llevaron a buscar interpretar esa realidad en sus películas.
Por azares del destino, en 1925 ofrece una fiesta, con su esposo Jaime Martínez del Río, a la que asiste un reconocido productor del cine hollywoodense quien convence a la pareja de abandonar la capital del país para llegar a la “meca del cine” donde Dolores se convertiría en una de las grandes de la pantalla grande.
Ya en Hollywood, Dolores del Río se divorcia de su primer esposo, aunque conserva el apellido durante toda su vida; acto seguido, se casa con el escenógrafo Cedric Gibbons y se convierte en una celebridad internacional.
En 1928 filma “Ramona”, cinta que la lleva al estrellato. Así, en las décadas de los veinte y los treinta, se popularizó en los Estados Unidos, rechazando cualquier tipo de producción nacional; sin embargo, el declive de su carrera en el extranjero, la hace regresar a México, en donde iniciaría una nueva etapa profesional que la llevaría a convertirse en una verdadera estrella de la Época de Oro del cine nacional al participar en filmes como: “Flor Silvestre”.
En 1946 gana un Ariel por “Las abandonadas“, cinta grabada después de dos de sus más icónicos filmes: “María Candelaria” y “Doña Perfecta“.
En 1960, al regresar a Estados Unidos, es considerada como una imagen de la sexualidad, resultado de su indudable belleza y de la forma en que encaró la vida en el escenario y fuera de él.
Con más de 50 películas, Dolores del Río se retira de los escenarios en 1978. Muere el 11 de abril de 1983 en La Joya, California.
Por Alberto Cedeño.