Cada vez mas personas presiden del sueño con el objetivo de tener mas tiempo para realizar algunas otras actividades. Miran al descanso como una opción o un lujo, sin tener en cuenta el daño severo que sufre el organismo tras la privación de horas de sueño.
Ciudad de México (elsemanario.com).- La persona promedio pasa alrededor de un tercio de su vida durmiendo, aunque hoy en día nuestra sociedad tecnológica cree que dormir es una actividad que solo se realiza cuando ya no existen tareas pendientes, cuando ya no hay más trabajo remunerado por hacer.
Se ha vuelto una práctica común el racionar las horas de sueño como medicina o transformarlas en una tarea de la cual podemos prescindir, sin embargo, esta falta de sueño resulta terrible para la vida física y psicológica del individuo.
La falta de sueño puede provocar una caída de puntos en el coeficiente intelectual, perdida de memoria, envejecimiento prematuro e incluso la perdida del deseo sexual. Cuando la falta de sueño se vuelve crónica, comienzan a presentarse problemas del aparato circulatorio, lo que provoca afecciones en la presión sanguínea, fallas cardíacas e incluso diabetes.
A nivel cognitivo la falta de sueño influye en la irritabilidad, el juicio inestable, déficit de atención y lapsos de olvido. Una falta de sueño significa un incremento en el movimiento cardiaco, aumenta el tiempo que tarda el cuerpo en responder ante los eventos, genera dolores musculares, perdida de tejido óseo y daña el páncreas.
Existe una tendencia muy común entre las personas que se sobre esfuerzan en sus labores que tienden a no dormir y compensar esta falta de sueño durante los fines de semana. Una encuesta estadounidense sobre el uso del tiempo, examinó a 125 mil participantes correlacionando las horas de trabajo con las horas de sueño. Se encontró que aquellos que duermen seis horas o menos suelen trabajar 1.5 horas mas en la semana y hasta dos horas mas durante los fines de semana o días feriados. Se asocia el incremento de las actividades laborales con una falta de sueño, las cifras indican que entre las personas que no duermen, la actividad mas popular es trabajar seguido de socializar, jugar videojuegos o mirar televisión y realizar tareas escolares.
El irse a la cama a dormir no significa que la persona descanse; el comprender mejor la dinámica del sueño puede ayudar a contrarrestar los efectos de largas horas sin descansar y ayudarte a alcanzar un óptimo rendimiento.
1.- Comprender el ciclo del sueño
La primera etapa del sueño dura 90 minutos de los cuales puedes pasar hasta 65 sin conciliarlo, una vez que has logrado perder el estado de consciencia aparece la segunda etapa o etapa REM, este es el sueño mas profundo y en el que se presentan representaciones oníricas, suele durar aproximadamente 25 minutos. Entre una etapa y otra existen periodos de ajuste en el que la más minima perturbación puede alterar severamente un sueño reparador como demasiada luz, vejiga llena, sonidos extraños y esto nos hace levantarnos por la noche y comenzarlo todo nuevamente. Los ciclos se repiten de forma constante al término de uno y otro.
2.- Fija una hora para despertar
Determinar la hora a la que debes de levantarte de la cama a la mañana siguiente ayuda a alcanzar el objetivo de dormir al menos ocho horas, fija el tiempo teniendo en cuenta la hora en la que necesitas despertar.
3.- Adelántate al sueño
Métete a la cama 15 minutos antes de tu hora de ir a acostarte ya que el cuerpo tarda mas tiempo en relajar la tensión muscular de todo un día de trabajo y esto retrasa el proceso que sigue tu cuerpo para quedar dormido, lo que te resta horas de sueño.
Molestar las fases de sueño profundo REM es lo que provoca la sensación de cansancio y malestar, muchas veces no se necesita añadir más horas de sueño al cuerpo sino solo respetar estas etapas y tratar de trabajar en torno a los ciclos de sueño completos.
Con información de: PijamaSurf.