El Estado Islámico le da dolores de cabeza al mundo, no sólo aplican medidas crueles contra las poblaciones y los rehenes que toman, sino que también destruyen el patrimonio histórico de la nación siria, con un saldo actual de casi 300 sitios históricos dañados.
Ciudad de México (elsemanario.com).- El 26 de febrero miles de personas condenaron la destrucción de decenas de piezas del Museo de Mosul a manos de integrantes del Estado Islámico. A pesar de que más tarde trascendió que gran parte de las piezas del museo ya habían sido trasladadas al Museo Nacional de Bagdad seis meses atrás ante la inminente llegada de los radicales, la alarma cundió entre una sociedad amante de la preservación del pasado.
El profesor de Arqueología y asesor del Museo de Mosul, Abdullah Al-Jumaili, comentó que varias de las piezas que se exhibían en el recinto habían sido evacuadas para que se les realizaran trabajos de conservación.
https://www.youtube.com/watch?v=AJ9wvHq3eQ8
De modo que los yihadistas sólo encontraron 300 piezas en el museo. Sin embargo, aquí se abre un debate un tanto inquietante, ya que los miembros del inmueble aseguran que sólo cuatro o seis obras eran imitaciones de yeso, mientras que el resto eran originales del periodo asirio y hatrene.
Contradicen a estas declaraciones las de los conservadores del Museo de Bagdad, quienes estudiaron el video y aseguran que ninguna de las piezas destruidas es un original y están a salvo en sus instalaciones y en otros recintos del mundo.
¿Cuál es el destino de las piezas que no son destruidas?
En su momento, el gobernador exiliado de Mosul, Atheel Nujaifi, aseveró que hay esculturas que no son destruidas en el video y que ya no se encuentran en el museo, de lo que se desprende que los militantes del Estado Islámico saquearon las piezas para venderlas por internet.
Desde el inicio de la guerra civil, en el 2011, el comercio de arte de esta zona del mundo ha incremento. “Los vigilantes ya no trabajan porque nadie les paga”, declara Edouard Planche, responsable de la Unesco para combatir el tráfico de bienes culturales, que añade que es imposible detener a los saqueadores en las zonas que el EI controla.
Y es que los yihadistas obtienen recursos para financiar su lucha de la venta de estos bienes históricos. Gran parte de las obras saqueadas cruzan la frontera de contrabando hacia Líbano o Turquía, donde cada pieza reporta hasta un 20 por ciento del importe al EI.
A inicios de febrero, la Organización de Naciones Unidas prohibió el comercio de antigüedad hurtadas para acabar con una de las fuentes de financiación más grande de los radicales. La misma organización ha declarado que desde el inicio de la guerra civil cerca de 300 sitios han sido dañados y saqueados.
Entre el saqueo y los bombardeos se ha perdido buena parte del patrimonio cultural de Medio Oriente. Un ejemplo es el Crac de los Caballeros, castillo de la época de las Cruzadas, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2006, que se encuentra irreconocible.
Imagen: Internet
El recuento de los daños en Irak y Siria
El Museo de Irak, reabierto en las últimas fechas, luce nuevas barras de hierro para proteger las galerías que tienen artefactos antiguos.
Ante la reciente destrucción de las ciudades de Nemrod y Hatra, ciudades milenarias al norte de Irak, se suman los atentados contra Dar Sharukin, un sitio asirio de dos mil 800 años.
Amr al Azm, ex funcionario de antigüedades en Siria, ha señalado que todo se maneja por su valor, “si tiene valor propagandístico lo explotan por la propaganda. Si lo pueden vender, lo venden”.
El tráfico de bienes culturales se erige como un problema alarmante, algo que la comunidad iraquí condena tajantemente e incluso ha arrancado demandas de la élite para que se bombardeen las zonas a las que los yihadistas se acercan para realizar daños.
Los conservadores y arqueólogos consideran que los años de trabajo que se ha tomado para preservar obras y espacios históricos son despreciados por ladrones que únicamente buscan financiar una lucha sangrienta.
El Semanario con información de medios.