Laura Hinojosa, especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia, indicó que os documentos hacen referencia a la tributación del Valle de Tlaquiltenango, actualmente municipio del estado de Morelos, y cuentan con más de 450 años de antigüedad
Morelos.- Códices que datan de 1525 a 1569, dispersos entre el territorio de México y Estados Unidos, fueron identificados por la especialista Laura Hinojosa, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Los documentos hacen referencia a la tributación del Valle de Tlaquiltenango, actualmente municipio del estado de Morelos, y cuentan con más de 450 años de antigüedad, informó el INAH, mediante un comunicado.
La especialista, responsable de la investigación, resaltó la importancia del rescate de este acervo que se suma a los dos únicos con los que cuenta ese estado: el de Moctezuma y el del Marquesado del Valle.
Tras haber encontrado los fragmentos pegados en frisos debajo del convento, Hinojosa comentó que “esta situación se debió probablemente a que los frailes franciscanos querían proteger el legado indígena o bien intentaban esconderlo, porque estos documentos ponían de manifiesto que los encargados del convento también eran beneficiarios del tributo de los pueblos vecinos”.
Los documentos hallados forman parte de un corpus compuesto por 15 códices fragmentados en 345 piezas distribuidas entre el ex Convento de Tlaquiltenango y la Biblioteca del Museo de Historia Natural de Nueva York.
Tras estudiar los fragmentos ubicados en Nueva York y los adheridos bajo el claustro, Hinojosa identificó 15 códices que se diferencian por el tipo de glifos y por representación de tributos, además de que algunos cuentan con genealogías y documentos escritos en náhuatl, español y latín.
Escritos por los indígenas en papel amate y papel europeo con pictografías en rojo, negro y azul, los documentos plasman los tributos que entregaban los pobladores de esa época.
“Encontramos glosas en las que se dice lo que pagaron a los representantes del templo, al Marqués del Valle o a los encomenderos, aunque no hay muchas cosas escritas”, apuntó Laura Hinojosa.
Las cuatro genealogías
A propósito del estudio de los códices, la especialista del Centro INAH Morelos explicó que el códice número uno contiene cuatro genealogías, de las cuales sólo una de ellas se encuentra completa.
Dijo, además, que cuentan con figuras de carácter prehispánico que muestran a los cuerpos sentados de perfil. En las figuras masculinas, se muestra una asociación con un nombre o el pueblo al que perteneció.
Respecto a los códices 2, 3, 4, 7, 8, 11, 13, 14 y 15, retratan los tributos realizados por los pobladores, así como símbolos calendáricos, toponímicos y antroponímicos.
Por su parte, los códices 5, 6, 9 y 10, además de incorporar los tributos con pictografías, contienen escritura en náhuatl y español. Finalmente, el código 12 contiene posibles censos y pago de tributos por servicios.
Específicamente en los documentos que hacen referencia a Tlaquiltenango, zona económicamente relevante en el periodo prehispánico y colonial, se observan los productos tributados por los indígenas del siglo XVI, entre los que destacan monedas, mantas, aves, maíz, leña y servicios personales.
Otros elementos que también entregaban los pobladores fueron los otates, caña, hierba para los caballos y algunos animales como aves de corral.
Esta investigación forma parte del libro “Quince códices en la memoria de un convento”, presentado recientemente por la restauradora.