Obra de Juan Rulfo sobrepasó el estilo costumbrista

“Rulfo ha sido un intérprete absolutamente confiable de la lógica íntima, los modos de ser, el sentido idiomático, la poesía secreta y pública de los pueblos y las comunidades campesinas, mantenidas en la marginalidad y el olvido”, Carlos Monsiváis

Ciudad de México.- La pobreza, el hambre, el miedo, la aridez de la tierra, la violencia y la muerte, son algunos protagonistas del universo de Juan Rulfo, ese que con solo dos obras se encumbró como uno de los fundadores de la narrativa mexicana moderna y una figura en todo el ámbito hispanoamericano.

En su 28 aniversario luctuoso, el creador de “Pedro Páramo” y “El llano en llamas” es recordado por haber podido transmitir de forma realista el ambiente rural de sus novelas y sobrepasar el estilo costumbrista que realzaba las bellezas del campo.

De acuerdo con la biografía que de él difunde el sitio electrónico “Omnibiografía.com”, su narrativa innovadora y natural que atrapa al lector en el relato es resultado de un lenguaje sencillo, propio de los pueblos que lo inspiraron.

El novelista y cuentista mexicano Juan Nepomuceno Pérez Rulfo Vizcaíno, nació en la ciudad de Sayula, Jalisco, el 16 de mayo de 1917. Su infancia transcurrió dentro de los últimos años de la Guerra Cristera (1926-1929). Debido a la temprana muerte de su padre, en 1923, y la de su madre en 1927, el escritor fue trasladado a un internado en la ciudad de Guadalajara.

Luego de que una huelga en la Universidad de Guadalajara le impidió sumarse a sus filas, decidió trasladarse a la Ciudad de México, pero tampoco pudo ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por lo que solo asistió como oyente a algunos cursos de Historia del arte en la Facultad de Filosofía y Letras de esa casa de estudios.

Cuentan que hacia 1934, Rulfo trabajó como agente de inmigración en la Secretaría de Gobernación. Luego de cuatro años, debido a comisiones de servicio, comenzó a viajar por varias regiones del país.

Fue en esa época en la que el novelista publicó varios cuentos en revistas literarias como “América” y “Pan”, mismos que cobrarían relevancia con el paso del tiempo.

En 1952, luego de renunciar a su trabajo como fabricante de neumáticos, obtuvo la primera de dos becas (1952-1953 y 1953-1954) que otorgó el Centro Mexicano de Escritores (CME). Su fundadora, Margaret Shedd, fue el personaje determinante para que el autor pudiera publicar “El llano en llamas” (1953).

Con el tiempo, “El llano en llamas” se convirtió en una de las publicaciones en español más traducidas y de la cual se han reproducido cientos de miles de ejemplares. A unos días del cumpleaños número 38 del escritor mexicano, su novela “Pedro Páramo” (1955) fue publicada.

Entre 1956 y 1958, el mexicano termina de escribir su segunda novela titulada, “El gallo de oro”. Aunque otros de sus biógrafos tienen registro de su realización en 1963 y 1964. El libro no se publicó sino hasta 1980.

Su relación con Clara Aparicio, con quien se casó y tuvo hijos, quedó registrada en su obra “Aire de las Colinas. Cartas a Clara”. La novela fue publicada hasta el año 2000.

 

Intérprete confiable

El legado de Juan Rulfo también incluye guiones cinematográficos, entre los que se incluyen títulos como “Paloma herida” (1963) y “La fórmula secreta” (1965).

Entre los premios a los que se hizo acreedor el novelista se encuentran, el Premio Nacional de Literatura de México (1970) y el Príncipe de Asturias de la Letras (1983).

Su obra ha sido inscrita dentro del género del realismo mágico, e incluso, se ha llegado a estereotipar como indigenista.

Además, sus biógrafos relacionan su obra con la tradición de la literatura de la Revolución Mexicana, al lado de figuras como José Revueltas (1943).

Juan Nepomuceno Pérez Rulfo Vizcaíno falleció el 7 de enero de 1986 en la Ciudad de México. En 2006, con motivo del 20 aniversario del fallecimiento del escritor, se publicó Tríptico para Juan Rulfo: poesía, fotografía, crítica”, donde diversos autores reviven su obra.

Para el 2010 presentaron “Juan Rulfo: otras miradas”, publicación de 500 páginas en la que se realiza una recopilación de opiniones de Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Susan Sontag, Tahar Ben Jelloun, Urs Widmer, Gao Xingjian y Kenzaburo Oe, sobre la obra de Rulfo.

Para el cronista mexicano Carlos Monsiváis (1938-2010), en la cultura nacional “Juan Rulfo ha sido un intérprete absolutamente confiable de la lógica íntima, los modos de ser, el sentido idiomático, la poesía secreta y pública de los pueblos y las comunidades campesinas, mantenidas en la marginalidad y el olvido”.

 

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