Con paso vertiginoso se cumple otro año más desde la triste partida de nuestro querido “Arenero”, José Luis Carazo Vega, quien con este pseudónimo fue abrazado en la radio y televisión, particularmente, en “Toros y Toreros” de Canal 11. En la memoria de todos los que fuimos cercanos a él, recordamos el 11 de noviembre de 1992, 26 años ya y seguirá estando siempre viva su imagen.
A su familia le dejó los mejores recuerdos por la gran persona que fue y un lazo de amor fraterno inquebrantable. Mi madre Lolita, sus hijos y su hija consentida, la Macarena, aprendimos de él enormes lecciones de vida, y ahora mis hermanos Francisco Víctor y Luis Alonso, lo han alcanzado en su descanso eterno.
En imaginaria conversación, como las tantas que sostuvimos y que con la mente se hace posible, seguramente quien escribe recibiría una llamada por la noche el domingo 11 de noviembre comentándome (si es que no hubiera ido a la plaza sobre la transmisión de la corrida por televisión) sobre lo ocurrido.
Recordaría seguramente que en esa misma fecha fue la inauguración de Temporada Grande (1991-1992) y que el cartel con toros de San Martín lo integraron Guillermo Capetillo, Jorge Gutiérrez y César Rincón, este último que había puesto en Madrid el pendón muy alto con cuatro salidas en hombros de Las Ventas, hecho inédito hasta la fecha.
El lleno en La Plaza en 1991 fue impresionante. Los triunfos de Guillermo Capetillo en el primero y César Rincón en el sexto, les permitieron salir en hombros de un entusiasmado público que coreaba a ambos “¡toreros, toreros!”. En aquella época él tenía su programa taurino “Expreso Taurino” y al regresar a su casa me hablaba para saber mi opinión al respecto.
A veces diferíamos, pero lo dejábamos enfriar para la semana entrante en la que varias veces nos marcábamos en el transcurrir del día, y hoy me imagino que le marco a su casa ‒pues a él no le tocó el celular‒ para platicar de lo ocurrido en La México, en la inauguración de Temporada Grande 2018-19 que habría sido como las 10:00 o 10:30 por la noche.
Curiosamente como paso con César Rincón y su récord incólume, Diego Ventura, torero a caballo (nacido en Lisboa pero viviendo en Andalucía desde los 4 meses, de padre también rejoneador, se fue a la finca de Ángel Peralta a colaborar en la preparación de sus caballos; el crío hijo de Doña Irene es un portento a caballo) acumula en su carrera 17 Puertas Grandes en Las Ventas en ese renglón, líder absoluto; obtuvo el único rabo concedido en su categoría en esa plaza en este año y es el primero en torear seis astados en solitario a caballo en el reciente mes de octubre, además con gran éxito, precisamente la salida en hombros diecisiete en sus 20 años de alternativa.
Y hasta donde se encuentre, lo viviría seguramente emocionado; en su aniversario 26 de haber partido a la Gloria, en la tarde inaugural de la Temporada 2017-2018, el 11 de noviembre ‒por cierto, la número 70 en la historia de la Plaza México‒, la presentación del torero a caballo Diego Ventura, fue un portento; derrochó madurez y sensibilidad para deleitar al conclave capitalino.
En su primer turno tuvo momentos brillantes, pero en su segundo con un bravo y codicioso ejemplar “Fantasma” de Enrique Fraga de pinta jabonero (por su color parecido al jabón para lavar trastes o ropa), con sus caballos, entre otros, “Sueño” y “Dólar”, con el cual colocó un par de banderillas a dos manos en un momento supremo de rejoneo; la faena fue de altos vuelos.
El público, sensible y emocionado, solicitó que el juez de plaza, Jorge Ramos, concediera el indulto a “Fantasma” que previo a su regreso a los toriles, fue toreado con la muleta magistralmente por Diego, quien tuvo además la categoría de rehusarse a salir a hombros por respeto a su compañero El Payo, quien en el sexto de la tarde de Barralva sufrió una cornada.
El indulto es el segundo que se concede en una faena de toreo a caballo en La México y recordemos que fue en este mismo año en el cierre de la temporada grande 2017-2018, “Copo de Nieve” de Reyes Huerta, toreado por Andy Cartagena el primero en la historia.
Enrique Ponce obtuvo una oreja de su primer ejemplar discutida y discutible, así como presenciamos una actuación valerosa y entendida de Luis David Adame que promete mucho en su corta trayectoria como matador.
La herencia de valores fue el tesoro más grande que nos heredó a su familia, hasta donde te encuentres Arenero, sabes que quienes te conocieron, te recuerdan con afecto. Le pido a Heriberto Lanfranchi, gran historiador taurino, investigador de cine y juez de plaza, quien partió a la Gloria el 10 de noviembre de 2018, que te pegue un abrazo de parte de todos los que te queremos; a la familia de Heriberto nuestro afecto y solidaridad en un trago tan amargo.