Hace 41 años la poesía mexicana se ponía de luto por la partida de Rosario Castellanos. Hoy se le recuerda como siempre, vigente con su obra.
Ciudad de México (elsemanario.com).- Poeta prolífica, Rosario Castellanos nació en la ciudad de México en 1925, pero pasó su infancia en Comitán, Chiapas, lugar que sería fuente inagotable en su manera de concebir el mundo. Castellanos es considerada una de las más importantes en el género de la poesía; además, se destacó en el ensayo, la novela, el cuento y el teatro.
Castellanos estudió la licenciatura y maestría en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México para después estudiar un posgrado enfocado a la estética, en Madrid.
Posteriormente, Castellanos trabajó en el Instituto Indigenista Nacional en Chiapas y en la capital del país, producto de su creciente preocupación de los indígenas y de las mujeres mexicanas y sus condiciones.
Después, al inicio de la década de los sesentas se convierte en profesora de la UNAM en la Facultad de Filosofía y Letras, destacándose en filosofía y literatura. Además, impartió cátedra en escuelas superiores de Wisconsin, Colorado e Indiana.
Rosario Castellanos fue siempre una promotora de la cultura en cada una de las instituciones que pisó. Para el comienzo de la década de los setentas, fue nombrada embajadora en Israel, país en el que moriría un 7 de agosto, al parecer, electrocutada accidentalmente en su casa de Tel Aviv.
Rosario vivió una época dominada por hombres; aún así, expuso su vida y la inadaptación de la feminidad en un mundo machista, aspectos que también se posicionaron en su obra y por lo que quizá, es considerada como la pionera del feminismo en México.
Es por todo esto que a 41 años de su muerte, el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes reeditó varios títulos que evocan su trabajo literario, entre ellas “Obras completas de Rosario Castellanos”.
Cabe destacar que, aunque Castellanos destacó en la poesía, su primera aparición en la literatura fue a través de la novela “Balún Canán”, que junto a “Ciudad Real” y “Oficio de Tinieblas”, dos novelas y un libro de cuentos, forman una trilogía sobre el indigenismo destacable en la narrativa nacional.