Hace unos días viendo un canal de la televisión cultural, que por cierto tiene ahora una oferta más amplia que nunca, vi un programa muy interesante: Periodismo en libros coordinado por Virgilio Caballero, seguramente era una emisión retransmitida porque Virgilio Caballero falleció hace unos meses; en esa ocasión entrevistaba a J. Jesús Lemus, a quien hasta ese momento yo no conocía ni había escuchado nada sobre él. Lemus es un periodista que ha sufrido una experiencia que sólo los grandes personajes pueden sobrevivir. Hace unos años trabajaba para periódicos y emisoras locales en Guanajuato, especialmente dedicado a lo que se conoce como ‘nota roja’ especialmente el narcotráfico. Según él mismo, comenta sin mayor repercusión fuera del ámbito local en que se movía. Un día sin mayores señales es primero secuestrado y después detenido, acusado de narcotráfico y manejo de dinero ilícito; de una manera muy rápida, especialmente en los tiempos que nuestra Justicia emplea. Es confinado en el Reclusorio de Alta Seguridad de Puente Grande en Jalisco, acusado además de ser un sujeto de alta peligrosidad, lo que le hace sujeto de un régimen de prisión muy especial, sufriendo aislamiento extremo entre otras grandes penalidades que yo no les comentaré porque él lo hace muy bien en los libros que me atrevo a recomendar que lean.
Los libros que describen, analizan y reportan la violencia en México –especialmente la ligada al narcotráfico–, son ahora muy numerosos; constituyendo casi un género aparte, confieso que no soy adepto a su lectura, pero los que se recomendaron en el programa Periodismo en Libros, parecían tan interesantes que de inmediato me puse a leerlos.
Jesús Lemus permaneció en la cárcel en condiciones deplorables, durante un poco más de tres años, a los seis meses de su ingreso es condenado a 20 años de prisión, también un tiempo extrañamente corto para los que se estilan en la justicia mexicana, y como estaba catalogado como un personaje de extrema peligrosidad continuó en el Cefereso de Jalisco. Gracias a la comprensión, cariño y tenacidad de su esposa, su hija y un grupo de amigos a los tres años y en segunda instancia, es declarado inocente y sale de prisión. Todo está dramáticamente relatado en los libros.
Él confiesa a sus compañeros de prisión, desde el principio su profesión de reportero, algunos al principio no le creen por qué está en una prisión, y en zonas destinadas a reos que han cometido delitos muy graves, pero él ocupa todo su tiempo –que ahí es mucho–, en desarrollar su labor de periodista. Después de un tiempo, algunos de sus compañeros le hacen confesiones y confidencias, que además de ser sumamente aterradoras son muy interesantes. Él trata de llevar anotaciones al respecto, pero guardar notas se vuelve sumamente difícil, en los cambios de pabellón, de celda, al parecer muchas se pierden, a su excarcelación que él relata como muy agresiva y rencorosa, se pierden muchas otras.
Pero tres años dedicados de manera completa –aún restados a los muchos lapsos dedicados al sufrimiento–, es mucho tiempo, y al salir consigue escribir unos libros extraordinarios. En los que además de describir lo deplorable del sistema penitenciario mexicano, narra historias dantescas de los personajes con los que convivió.
Seguramente las largas condenas de sus compañeros, el aislamiento en que viven, el abandono que sufren por parte de sus familias, cómplices y jefes y ante la presencia de alguien que un día pueda contar su historia (Lemus, el reportero) hace que le relaten sus puntos de vista. Convive con muchos narcotraficantes de alto impacto, por la catalogación de reo de alta peligrosidad, y reos comunes que han cometido delitos de muy alto impacto. Entre estos destacan “El asesino de Tlalpan”, “El mochaorejas”, Mario Aburto (el asesino del candidato Colosio), “La Rana” (el asesino del Cardenal Posadas Ocampo), y entre los narcotraficantes nada menos que “El Chapo Guzmán”, “El Güero Palma”, “Antonio Beltrán Leyva” y “Caro Quintero”. Nos hace relatos de ellos, de las condiciones demenciales que viven debido a su propia condición humana agravadas por las condiciones de reclusión a las que están sujetos, de sus pugnas y complicidades, de la generosidad de algunos de ellos y la ruindad de otros. Quizá podamos juzgar que tienen sesgo, todas las condiciones humanas lo tienen, pero nunca parecen apologéticas ni mucho menos. Quizá resulte éste, el retrato más cercano, realista y desinteresado de muchos de estos personajes.
A su salida de prisión Lemus se dedica a escribir y consigue el primero de su libros: Los malditos que es el sobrenombre con el que son conocidos los huéspedes de esas zonas de la prisión, el libro aparece en 2013 y ha alcanzado muchas reimpresiones, la tercera en Debolsillo apareció en 2018, un tiempo después escribió una segunda parte Los malditos 2. El último infierno, que apareció en 2016 y que también ha alcanzado varias reimpresiones.
Me parece a mí que los libros no han tenido la repercusión que merecen, no parece haber un cambio en el sistema penitenciario mexicano y los encargados de crear acusaciones falsas a Lemus y su largo encarcelamiento no han sido ya no digamos castigados ni siquiera descubiertos o perseguidos, no siempre los libros tienen respuestas rápidas; pero afortunadamente Lemus si ha tenido recompensas a su trabajo, ha recibido varios premios periodísticos nacionales e internacionales, es profesor de periodismo y miembro de Reporte Índigo, un prestigioso medio, en donde se ocupa de las secciones de ‘Política’, ‘Seguridad Nacional’ y ‘Narcotráfico’. Además de estos dos libros que les recomiendo ahora, ha escrito Cara de diablo (2014), Michoacán en guerra (2014) y Mireles el rebelde (2014). Como verán es un digno miembro del club de Periodismo en Libros.
Lecturas recomendadas:
Jesús Lemus, Los Malditos. Crónica negra desde Puente Grande. México: Debolsillo, 3ª reimpresión, 2018.
Jesús Lemus, Los Malditos 2. El último infierno. Más historias grandes desde Puente Grande. México: Grijalbo, 1ª reimpresión, 2016.
Es una excelente recomendación De. Ramiro. Solo he leído Los Malditos y es un libro muy crudo, duro a veces hasta inverosímil cómo, supongo, debe ser la estancia en la cárcel. Ampliamente recomendable pero a sobrecogedor. Lo peor es que son situaciones extraídas de la realidad.
Me dejo impactada con lo que vivió el Sr. Lemus , voy a leer lo recomendado, gracias por compartir.
Muchas gracias por su recomendación Dr Ramiro
Gracias Dr. muy interesante su comentario dan ganas de revisar la producción de autor