Las autoridades electorales de Brasil reiniciaron una investigación contra la presidenta Dilma Rousseff por irregularidades en el financiamiento de su campaña durante las elecciones de 2014, algo que podría culminar en la eventual anulación de su mandato.
Brasil (elsemanario.com).- En un hecho sin precedentes en Brasil, el Tribunal Superior Electoral (TSE) –instancia que investiga delitos electorales–, reabrió una investigación contra la presidenta Dilma Rousseff por presuntas irregularidades en las cuentas de su campaña presidencial de 2014.
Un acto que podría derivar, dependiendo las responsabilidades que se determinen, en una multa económica o hasta en una eventual anulación del mandato de Rousseff y de su vicepresidente, Michel Temer.
La decisión de emprender la investigación, anunciada la noche de este martes, tiene su origen en una petición realizada por la oposición, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), perdedor en los comicios presidenciales de octubre del año pasado.
El PSDB afirma que la fórmula Rousseff (Partido de los Trabajadores) y Michel Temer (PMDB) financió su campaña con donaciones de empresas involucradas en esquema de corrupción en la estatal Petrobras.
El TSE aprobó la reapertura de la investigación de las cuentas de la campaña lo que podría provocar la impugnación del mandato de Rousseff si la Justicia estima que se usó dinero ilícito desviado de Petrobras.
De esta forma, y por cinco votos por cinco votos a favor por dos en contra, los ministros revirtieron una decisión de la magistrada Maria Thereza de Assis Moura, que en febrero pasado había pedido archivar la demanda por considerar que las pruebas eran “frágiles”. Sin embargo, ahora el tribunal investigará si la campaña de la actual presidenta fue financiada por dinero ilegal.
No hay tregua para Rousseff
La presidenta brasileña no sale de una crisis cuando tiene que enfrentar otra. En octubre de 2014, Rousseff fue reelegida con el 51.6% de los votos, pero hoy las encuestas la sitúan en mínimos históricos para un mandatario de su país, por debajo del 8%.
El primer síntoma fueron las constantes manifestaciones y protestas en Brasil, que tuvieron un efecto multiplicador con el desenmascare del fraude en Petrobras que involucró a varios funcionarios acusados por corrupción pasiva y lavado de dinero.
Además, Roussef enfrenta la peor crisis de Brasil en los últimos 20 años, este año tendrá un déficit de 2.01% de su PIB y, de acuerdo a analistas, su recesión se extenderá gasta 2016 con una estimación de retroceso del 0.16%.
Como medida para una reestructuración de su gobierno en busca de una salida a la crisis político-social, la presidenta brasileña determinó eliminar ocho ministerios de su gabinete para reducir el gasto del Gobierno.
El lunes pasado, al tomar protesta a los nuevos miembros de su gabinete, Rousseff prometió tener más diálogo:
“Diálogo con los partidos y el Congreso” y aseguró que con su nuevo equipo de colaboradores se “garantiza más equilibrio a la coalición que debe gobernar conmigo”.
La eliminación de ministerios, también incluyó el recorte de 30 secretarías, 3.000 cargos públicos y una reducción del 10 por ciento de los salarios de la presidenta, su vice y todos los ministros. Todo encaminado, según la presidenta brasileña, para alcanzar una mayor calidad a la gestión pública, algo crucial para que Brasil vuelva a crecer.
Para colmo, está previsto que este miércoles se dé el veredicto del análisis de las cuentas del Gobierno de 2014 por parte del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), algo que allanaría el camino para la apertura de un proceso de impeachment en el Congreso, que también deberá evaluar las cuentas.
