Un grupo de jóvenes universitarios tenía planeado organizar una “caza de inmigrantes” en la Universidad de Texas. Su plan fue descubierto por personal de la universidad y fue cancelado. Mientras tanto, la reforma migratoria sigue estancada en la Cámara de Representantes.
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Uno de los muchos problemas que tiene Estados Unidos es el de la migración. Este país se ha enfrentado con el desbordamiento de millones de personas que llegan a su territorio con el objetivo de ganar dinero para sus familias, que se quedan en sus lugares de origen. Muchos de ellos, como todos los inmigrantes del mundo, mueren en el intento; otros más sólo logran desplazarse y llegar a un destino aún más difícil e incierto del que van huyendo. Y en el caso estadounidense, muchos de los expatriados tienen que enfrentarse a los abusos de las autoridades, y a veces, de sus propios compatriotas.
Durante los últimos años, EU ha intentado evitar que más personas sigan entrando al país, y pese a que la ley y las medidas de seguridad se han fortalecido, no han conseguido erradicar o disminuir en gran medida este problema. Mientras que el tema sobre la reforma migratoria ha sido pospuesto innumerables veces, ésta continúa estancada en la Cámara de Representantes, como si éste no fuera un problema digno de prestarle atención.
Muchas veces, los problemas se vuelven tan cotidianos que se hacen invisibles, hasta que alguien más nos recuerda que están ahí, gritando que son, en ocasiones, más graves de lo que imaginamos. Este es el caso un grupo de estudiantes estadounidenses de la Universidad de Texas, en Austin, miembros del grupo Jóvenes Conservadores (YCT, por sus siglas en inglés) y que además están afiliados al Partido Republicano, quienes habían planeado realizar una cacería de indocumentados en su escuela el día 20 de noviembre.
Como parte de su plan a quién atrapara a algún indocumentado se le premiaría con una tarjeta de 25 dólares, los organizadores dijeron que esta actividad tenía como objetivo poner a discusión el tema de la inmigración ilegal y demostrar cómo es que afectaba la vida de los estadounidenses. Una vez que personal de la Universidad de Texas se enteró sobre este evento, informó a los jóvenes que quienes participaran en este juego violarían el Código de Honor Estudiantil de esa casa de estudios y recibirían sanciones. Por suerte la actividad fue cancelada.
Este hecho debería hacer reflexionar a los legisladores estadounidenses, sobre todo a los republicanos que se han opuesto a aprobar la reforma migratoria, la necesidad de darle atención a esta problemática. Por otra parte, esto debe llamar a la reflexión sobre cuál es el verdadero problema que hay detrás de la inmigración. México es un cruce importante para todos los migrantes latinoamericanos que pretenden llegar a Estados Unidos, y muchos de ellos son victimas de abusos de autoridades mexicanas. De “hermanos” latinoamericanos.
La discriminación, el abuso sexual, los bajos salarios y otro tipo de violaciones son algunos de los peligros que enfrentan los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, y a esto se suma la falta de respeto sensibilidad y tolerancia de los ciudadanos. Ante eso, se vuelve fácil identificar que hay un problema por que un grupo de universitarios quiere realizar una “caza de inmigrantes”.
Sin embargo, habría que preguntarse ¿la violencia tiene que ver tornarse tan explícita para percatarse de un problema? ¿Es necesario que haya victimas para reconocer que hay un problema? Y como ciudadanos, nos queda la tarea de preguntarnos, ¿qué tan tolerantes somos con las personas que son distintas?